La República de las Islas Marshall ha creado su primer santuario marino para proteger dos ecosistemas vírgenes alrededor de los atolones Bikar y Bokak,...
La decisión de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), de no presentarse ante la audiencia del Senado de los Estados Unidos, fue una elección correcta y consecuente con una postura soberana del Estado. Lo preocupante no solo fue la audiencia, llena de mentiras y medias verdades, sino también ver en Panamá a diputados, políticos e incluso un expresidente insistir en la presencia de la ACP en el Senado, una postura absurda y que expresa en el mejor de los casos una total ignorancia del manejo de la política exterior. En el peor de los casos, un claro planteamiento antinacional. Ninguna entidad ni funcionario panameño tiene que rendir informes a parlamentos extranjeros, mucho menos a aquellos cuyos miembros busca arrodillar a la nación panameña. Es evidente que Panamá, de la misma forma que negoció el Tratado Torrijos-Carter, requiere una estrategia agresiva e inteligente dentro de los Estados Unidos. Una diplomacia quirúrgica que sume aliados dentro del Congreso, con empresarios, sociedad civil y el pueblo estadounidense. Flaco favor le hacemos a la causa de la defensa del país, mirando este desafío con ojos de colonizado.