• 26/09/2024 00:00

Entrelíneas del 26 de septiembre de 2024

El presidente de la República, José Raúl Mulino, dio su primer discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Puso sobre la mesa la gravísima crisis migratoria que enfrenta toda la región y que expresa su versión más dramática en la selva de Darién; advirtió con especial énfasis el castigo que recibe el país por su inclusión en las listas discriminatorias, mientras los Estados que le exigen a Panamá reglas claras son los mismos que las incumplen en sus jurisdicciones. Igualmente, alertó de la descomposición democrática en la región, ubicando a Venezuela como la principal preocupación de su gobierno. Estos aciertos en su discurso, adelantados previamente por el propio Mulino, dibujan lo que parecen ser los principales focos de su política exterior, aunque sin precisar cuál será el rol del país en el Consejo de Seguridad, más allá de la grandilocuencia diplomática de un país “al servicio de la paz”. El mundo está en guerra en distintos puntos, cruzados por los intereses geopolíticos de las potencias con poder de veto en el Consejo. Eso obliga al país a asumir una ‘realpolitik’ que tenga como brújula los intereses del pueblo, la defensa de la soberanía, los derechos humanos y la democracia. Si Panamá quiere sumar aliados en su reclamo por las listas grises y la justa exigencia de ayuda ante la crisis migratoria, el Gobierno debe hilar fino sus alianzas internacionales, para no terminar envuelto en conflictos que en nada benefician al país.

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