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- 18/12/2024 00:00
- 17/12/2024 19:38
A pesar de que tan solo han trascurrido cinco meses y medio del gobierno del presidente José Raúl Mulino, ya se han dado al menos cuatro “renuncias” o destituciones en importantes cargos de la estructura gubernamental.
Aunque en la mayoría de ellas se desconocen las verdaderas motivaciones de estas “renuncias” o destituciones, con el hecho que las mismas se hayan producido en tan corto tiempo, se envían algunas señales de que algo no estaba funcionando bien en estas entidades o que son producto de algunas fricciones entre altos funcionarios del gobierno.
El primer “soldado” caído del gobierno del presidente Mulino fue el director del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), Arturo Alvarado. Este fue destituido a finales de agosto pasado, en medio de rumores sobre diferencias con la ministra de Gobierno, Dinoska Montalvo. Este fue remplazado por Omar Smith Gallardo.
Otro funcionario que abandonó al gobierno a tan solo días de haberse instalado, fue el director del Servicio de Protección Institucional (SPI), Jaime Trujillo, un cargo de confianza del presidente, y quien “renunció” al cargo de manera irrevocable el pasado mes de octubre luego de haber asumido la posición el 1 de julio pasado.
En una misiva dirigida al presidente Mulino en donde explicó las razones de su renuncia, Trujillo argumentó motivaciones personales. Óscar Beitía Cáceres lo reemplazó en esta posición.
Otra de las más recientes “renuncias” fue la del gobernador de Guna Yala, Elizandro Hernández, un dirigente activo del oficialista partido Realizando Metas (RM), quien fue designado en esta posición por el presidente Mulino el pasado 29 de julio.
En una nota dirigida al presidente Mulino el 2 de diciembre, Hernández comunicó que la dinámica política no está exenta de diferencias y desafíos, e informó al mandatario que debido a las divergencias de criterio con la ministra (de Gobierno, Dinoska Montalvo), llegaron a un punto en el que consideró prudente dar un paso al costado.
Y la más reciente “renuncia” fue la del director del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Ifarhu), Jaime Díaz, quien oficialmente comunicó su renuncia al presidente Mulino el pasado lunes 16 de diciembre, aunque desde el mismo viernes 13 de diciembre se conocía extraofialmente que este había sido destituido.
Díaz, quien es el presidente de la juventud del gobernante partido Realizando Metas (RM), fue reemplazado en el cargo por quien fungía como su subdirector, Gabriel Enrique Cajiga Saldaña, cuya designación como director de la entidad fue oficializada ayer por el Gobierno. Se conoció que Cajiga habría sido recomendado para el cargo por líderes de la coalición Vamos, encabezada por el exdiputado, Juan Diego Vásquez.
Justamente, un día antes de que se conociera que Díaz saldría del cargo, el presidente Mulino en su conferencia semanal de los jueves anunció que habría cambios en el Ifarhu, “con el ánimo de que la institución se centre más y de manera más transparente con el alto deber que tiene, respecto de la facilitación de créditos a los estudiantes panameños [...] así que en los próximos días sabrán a qué me refiero con relación a los cambios en el Ifarhu”, anunció el gobernante. Tres días después de lo dicho por el presidente Mulino, Díaz oficializó su renuncia al cargo.
Ni en el caso de Díaz ni en ninguna de los “renuncias” o destituciones previas, el presidente Mulino ha explicado o detallado sus razones.
Para el analista político José Eugenio Stoute, hay que tomar en cuenta que el gobierno de Mulino está conformado por miembros de varios partidos, corrientes de independientes y otros de la empresa privada, además de personas de confianza personal del presidente.
Eso, indicó, da como resultado un gobierno que “se sostiene en un equilibrio inestable, tal como hemos podido observar con el comportamiento de la bancada del partido RM.
A pesar de estas “renuncias” o destituciones, para Stoute, poco a poco el gobierno alcanzará la estabilidad necesaria, o por el contrario, se profundizará la crisis que asegura, es producto de la forma en que se ganaron las elecciones.
Poco después de la designación del nuevo director del Ifarhu, las bases del partido EM, reclamaron al gobierno posiciones de trabajo.
En tal sentido, Freddy Espinales, dirigente de RM, manifestó que fue su partido el que ganó el gobierno y que hay mucha gente del colectivo que “trabajó políticamente” por un puesto de empleo.
“Vemos nombramientos de muchos PRD, yo quisiera preguntar cuántos de esos PRD nos apoyaron a nosotros, cuántos panameñistas nos apoyaron a nosotros, cuántos molirenas nos apoyaron, cuántos Movin nos apoyaron a nosotros. Fue una contienda política sana, pareja, decente; pero nosotros ganamos, nosotros no perdimos”, exclamo Espinales.
En tanto, el diputado del Parlacen, y miembro de RM, Rubén Darío Campos hijo, expresó que han estado muy pendientes del tema de los nombramientos de la bases, candidatos y líderes de RM; sin embargo, sostuvo que entienden que al final son decisiones del presidente y de su equipo de trabajo, “ que bueno, no sé si responderán a alguna negociación o acuerdo con algún movimiento, partido o persona”.
”Son decisiones del presidente y son cuestionables, a nosotros sí se nos ha dicho que a partir de mediados de enero iniciarán los procesos de nombramientos de los líderes y las bases de RM y hemos estado pasivos esperando ese momento”, dijo Campos hijo y agrega “qué te puedo decir del nombramiento del director del Ifarhu (...) son discrecionalidades del presidente, ¿qué podemos hacer? seguir esperando”, concluyó.