Las mentiras del nuevo presidente de EE.UU. sobre el Canal y el “fantasma chino” en sus operaciones abre un abanico de especulaciones sobre cuáles son los intereses de Donald Trump con Panamá. Claramente, existe un temor, anterior a la llegada del republicano, ante el incremento de la presencia de otras potencias como China en América Latina, que contrasta con la debacle del dominio estadounidense. ¿Cómo se traduce esa angustia del establishment estadounidense para evitar la debacle de su hegemonía?
Para Trump, parece que implica exigir a nuestro país sumisión sobre aspectos estratégicos. ¿Son los mayores puertos del país el principal objetivo de la Casa Blanca? ¿Quiere que nos acoplemos a su política antimigratoria pagando un inviable cierre del Darién? ¿Busca alinearnos dentro su esquema de control global?
Cualquiera que sean los escenarios, el Gobierno debe mostrarse con una postura monolítica en la defensa del Estado panameño. Antes de cualquier uso de la fuerza, no se pueden descartar medidas de carácter económico, para las cuales necesitamos un plan. Sin estrategia oficial, el tiempo corre y no a favor de los intereses nacionales.

Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber

En la plaza toca:

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