• 03/08/2021 00:00

¡Viva el diálogo bicentenario!

“Es importante que, sobre todo, la clase político-partidista comprenda el mensaje […] y esté a la altura que el momento histórico exige y la Patria reclama […]”

En 2006, en vísperas del referéndum para expandir el Canal de Panamá, desde la Apede propusimos, con todo nuestro convencimiento, trabajar juntos en un Plan y Estrategia Nacional de Desarrollo. Intentábamos superar en un tiempo razonable, de forma continua y sostenible, la pobreza y una vergonzosa desigualdad en nuestro país.

Tamaña iniciativa, que derivó en la Concertación Nacional, se apoyó en una conspicua vocación de diálogo que ha concretado propuestas en beneficio del país.

Los panameños hemos tenido la sabiduría de apostar por el diálogo. En 2006, el conocido dirigente sindical, compañero Rafael Chavarría, acuñó la orgullosa frase “en Panamá estamos exportando diálogo”. No es para menos. A través de aquella virtud cívica de ponernos de acuerdo por más de un siglo, hemos sabido deponer diferencias para alcanzar la construcción del Estado panameño y sus instituciones. Y luego, la consolidación de la soberanía.

Sin embargo, todavía resta, sin duda el más retador, nuestro Tercer Proyecto Histórico, el crecimiento humano y el desarrollo social de Panamá.

Hace ocho meses, empinados sobre aquella vocación de diálogo tan panameña, fuimos todos convocados a un gran pacto para juntos construir consensos, con miras a cerrar las distintas brechas existentes. Y qué mejor ocasión que acometer este reto patriótico, que inspirarnos en nuestro Bicentenario de la independencia de Panamá de España.

Se visionaron dos grandes etapas en el proceso: “Panamá propone”, que recibe propuestas, y “Panamá decide”, que las discute y formaliza.

Un proceso que es realmente inédito, sobre todo por el nivel de participación ciudadana -de abajo hacia arriba-, en una forma ampliamente incluyente, participativa y transparente; así lo ha reconocido la experta Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.

Un proceso que ha significado, sin lugar a duda, la mejor respuesta a tantos problemas de arrastre que debemos resolver entre todos; la mejor respuesta al terrible impacto de una pandemia sin precedentes. Un proceso democrático de construcción de ciudadanía, entre panameños.

Recuerdo que, al inicio, en el Consejo Consultivo decidimos hacer una primera conferencia de prensa, cuando llegásemos a las primeras mil propuestas; y, en efecto, la hicimos. Pero, imagínense nuestra grata sorpresa, cuando esas mil propuestas, en tan solo tres meses, se convirtieron en más de 180 mil.

En tres meses, más de 200 mil panameños, en su mayoría jóvenes, se volcaron vía la plataforma Ágora y entregaron más de 180 mil propuestas; se canalizó un promedio de dos mil propuestas por día, todos los días, incluyendo fines de semana, en medio de una pandemia, y en forma voluntaria. ¡Panamá propuso!

¡Qué mayor prueba de legitimación del proceso que lo anterior! ¡Qué mayor motivación para sentirnos esperanzados y con la certeza de que estamos avanzando con pasos firmes en la dirección correcta, atendiendo ese grito ciudadano de resolver y de cambiar las cosas para bien, vía el Pacto del bicentenario! Claramente, debe llenar de responsabilidad el que la gente confíe en este mecanismo para afrontar nuestros problemas apremiantes.

Se han cumplido con éxito las primeras tres fases del proceso y, al instalarse las mesas temáticas nacionales, con más de 600 acuerdos provenientes de las mesas regionales, estamos iniciando ya la cuarta fase. Cuatro fases, de cinco que fueron previstas.

No tenemos la menor duda de que, con el firme compromiso y aporte voluntario de los comisionados en las distintas mesas de trabajo, lograremos construir los consensos necesarios y ofrecer al país las mejores soluciones para cerrar las brechas sociales, y poder avanzar efectivamente hacia un Estado que promueva el bienestar para todos y todas; y en democracia. ¡Panamá decidirá!

Anhelamos que lo anterior sea conducente a un gran entendimiento nacional, impulsado por la participación ciudadana y con el concurso de todas las fuerzas vivas del país, para dar forma a un revolucionario Pacto Social; con los compromisos de asegurar mecanismos necesarios para observar, monitorear y medir en el tiempo la concreción de los distintos acuerdos, con impacto a nivel nacional.

Es importante que, sobre todo, la clase político-partidista comprenda el mensaje anterior y esté a la altura que el momento histórico exige y la Patria reclama; es importante, asimismo, que la ciudadanía ejerza su poder ciudadano para que protagonice y haga los méritos históricos de este cambio.

(*) Miembro del Consejo Consultivo del Pacto del Bicentenario y expresidente de la Apede.
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