• 17/06/2011 02:00

Verdades de la Torre Financiera

En Panamá se está construyendo una serie de obras, como plataforma de una ambiciosa infraestructura. La ampliación del Canal es la de ma...

En Panamá se está construyendo una serie de obras, como plataforma de una ambiciosa infraestructura. La ampliación del Canal es la de mayor incidencia para la futura economía. Urbanísticamente, la ciudad capital y el sector turístico son los líderes de la transformación hacia un nuevo perfil de país. Sin embargo, la futura construcción de la Torre Financiera es el tema de mayor atención en los medios de comunicación y existen opiniones diversas, algunas encontradas y muchas que desconocen el diseño y la propuesta de este proyecto.

La Torre Financiera Panamá, es un proyecto urbanístico promovido por el Estado, tendrá un componente de un 60 por ciento de participación de la empresa privada y fue pensado no solo para erigir una edificación imponente, icónica, emblemática, un símbolo de las finanzas nacionales, sino para rescatar, restaurar, incorporar, dotar un área importante, sensible y deprimida de la capital y al mismo tiempo crear un espacio público del cual hoy carece ese sector de La Exposición.

La edificación se construirá con las más modernas tecnologías, considerando el uso de paneles solares para el ahorro energético de algunas áreas del edificio, y todo el proyecto que comprende las zonas aledañas al Complejo Hospitalario y Monumento Histórico Nacional, como lo es el Hospital Santo Tomás, se beneficiará, porque algunos de sus edificios serán restaurados y contarán con los recursos necesarios para cumplir a cabalidad sus funciones, como el Centro de Vacunas.

Entre los beneficios que se añaden está el ahorro de una suma importante en alquileres a terceros por parte de la Nación y todos los contribuyentes. Uno de los propósitos de la Torre es albergar a la institución financiera nacional más importante para el país, su columna vertebral económica, como lo es el Banco Nacional de Panamá. Esta Torre, que se construirá en el sitio que ocupaba la Embajada de Estados Unidos frente a la imponente bahía, es esencial y filosóficamente lo que se denomina un proyecto, que no es más que la ejecución de una obra planificada en el contexto de un conjunto de actividades interrelacionadas y coordinadas para alcanzar uno o más objetivos específicos.

El edificio de la Torre no sólo es una estructura tradicional funcional en sí misma con características basadas en una diversidad de servicios complementarios para sus usuarios y visitantes, ya citados, sino que representará la identidad financiera de la Nación y abrirá las puertas para que los promotores tomen más en cuenta la planificación urbanística de sus futuras obras y todos hagamos más ciudad.

La Torre se ubicará en un circuito que está tomando una dinámica muy particular dentro de la ciudad y, como en todas las capitales, existen polos de desarrollo que potencian las ventajas comparativas de los sitios, que en este caso tiene componentes naturales, el mar, culturales, el Casco Viejo, urbanísticos, comerciales y ahora un conglomerado que incluye todos esos servicios y más, en un sólo lugar.

El proyecto urbanístico que lidera la Torre Financiera Panamá tiene otras virtudes, ya que incluye la dotación de un museo, el Museo del Oro de Panamá, patrimonio con más de 22000 piezas, que actualmente están guardadas en un depósito sin que los herederos de este tesoro puedan disfrutarlo.

Esta idea desarrollista ya tiene un largo recorrido, una firma nacional de reconocida reputación y calidad profesional dentro y fuera del país, ganó una disputada licitación entre 26 empresas nacionales y extranjeras, de las cuales seis cumplieron con todos los requisitos del pliego de cargo. Después del fallo de un prominente jurado de reconocidos especialistas, la opinión pública ha sometido a su juicio un proyecto que paulatinamente se ha ido enterando de su complejidad, importancia, magnitud y dimensión de la propuesta.

Es apenas lógico que surjan dudas, preguntas, inquietudes, que se afirmen tesis peregrinas y que también conozcamos de primera mano opiniones que avalan la llamada cultura del No. Quien conozca a un arquitecto, a un creador de sueños tangibles, a un artista, tiene que asumir la otra cara de la moneda: No existen los No para una obra, un proyecto que se ha pensado prolijamente y que se ha abierto a la opinión pública para mejorarlo si es necesario. La transparencia es una virtud para que el éxito sea estable, sostenible en el tiempo.

La Torre Financiera nos presenta una imagen amable, estéticamente agradable, pero consistente, surge de un cuidadoso, esmerado, paciente diseño pensado para crear un símbolo amable e icónico, que refleje lo que es Panamá como país de finanzas que mira con optimismo hacia el futuro y el horizonte se lo marca el mar, el más grande los océanos del planeta, el antiguo Mar del Sur que descubrió y bautizó aquí en el Istmo Vasco Núñez de Balboa hace casi 500 años. Es lo que festejaremos cuando se inaugure la Torre Financiera el 2013. Una obra emblemática para compartir la historia, el pasado, construir el nuevo patrimonio nacional con un sello propio.

*ESCRITOR Y PERIODISTA.

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