Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Tomás Herrera nació en la ciudad capital de Panamá, en el Casco Antiguo de San Felipe, el 21 de diciembre de 1804 y murió asesinado en Bogotá el 4 de diciembre de 1854, casi a la edad de 50 años. Es, sin duda, el panameño más destacado del siglo XIX, junto a Justo Arosemena. Forjó su vida en la lucha por la democracia, la decencia, la honradez por el servicio público, fue un hombre de batallas, de combate por la independencia la de las colonias hispanoamericanas sobre todo del Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá.
Se destacó desde muy joven, a la edad de 20 años se alistó en los ejércitos de Simón Bolívar, luchando en la Batalla de Ayacucho, Perú, en diciembre de 1824, en 1826 fue ascendido a mayor, y en 1827 contando con 23 años fue ascendido a teniente coronel por el propio Simón Bolívar, quien le tuvo afecto y mucha confianza. Abrazó la causa bolivariana inspirado por las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, bajo un solo mando se unió a Bolívar en la línea del Centralismo, pero poco a poco fue separándose de ese rumbo político y se ubicó más bien bajo las ideas del Liberalismo, contrario a otros que profesaban las ideas conservadoras. En 1819 se creó la Gran Colombia en el Congreso de Angostura, hoy Estado de Bolívar en Venezuela, siendo el primer presidente de ese país vecino. Luego, Bolívar lo trasladó a la ciudad de Cartagena en 1828. Para ese año surge un intento de golpe de estado contra Bolívar, el 25 de septiembre de 1828, encabezado por su vicepresidente Francisco de Paula y Santander, del cual salió librado Bolívar gracias a la ayuda oportuna que le brindó su amante Manuelita Sáenz, la ecuatoriana, y saltó por una de las ventanas del Palacio de Nariño. Algunos sembraron la intriga y metieron a Tomás en ese golpe, por lo que quedó prisionero en Puerto Cabello, pero el capitán Urdaneta lo salvó de un fusilamiento. Se señaló a Vicente Azuero y Plata, como uno de los conspiradores, ya que había escrito que un libertador es el que quiere la libertad para los demás y un tirano es el que la quiere solo para él. Con claro índice hacia Simón, se le puso como enemigo, por eso quedó alejado del poder. Para diciembre de 1830 muere Bolívar de tuberculosis en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, Colombia, y con ello mueren las ideas de la Gran Colombia. Venezuela y Ecuador se separan, quedando solo Panamá y Colombia o Nueva Granada; se produce por las luchas internas de santanderistas y bolivarianos. Para esa fecha es nombrado gobernador del istmo el ciudadano panameño José Domingo Espinar, quien solo duró un año y fue derrocado por el venezolano Juan Eligio Alzuru, quien lo desterró a Guayaquil, Ecuador, pero Bogotá escoge al general Tomás Herrera para que ponga orden en Panamá. En 1831 se capturó, se le hizo un juicio militar y se fusiló a Juan Eligio por haber instaurado una tiranía en el istmo, devolviendo Tomás el orden público.
Para 1836, Herrera es nombrado representante de Panamá ante el Senado colombiano y a la muerte de Santander, en 1840, se escenifican muchas luchas y guerrillas entre los simpatizantes de una u otra corriente. Empezó a tomar fuerza la idea de separarse de Colombia y fue así que Tomás Herrera organizó ese movimiento y el 18 de noviembre de 1840 se decretó la separación del istmo y duró hasta el 31 de diciembre de 1841. Más de un año, duró ese intento, pero Colombia reintegró el istmo nuevamente, por ideas de Tomás Cipriano de Mosquera. El 1 de enero de 1842, Tomás renuncia al cargo de representante ante el Senado en desacuerdo por la situación; luego de unos años se fue a vivir a Jamaica, sin embargo, en 1846 intenta nuevamente separar al istmo para que fuese territorio libre e introducir mercancías para beneficio del país. Pero eso fracasa. En 1849 es nombrado secretario de Guerra y Marina, por el presidente José Hilario López, más tarde renuncia al cargo por persecuciones políticas que no compartía. En octubre de 1850 es ascendido a general del ejército colombiano, en 1851 fue escogido por la recién formada provincia de Azuero ante el Congreso. Colombia le dio ese nombre a la península de Azuero en 1850, puesto que ya Vicente había muerto en 1844. En 1852 fue candidato a la Presidencia de Colombia, pero fue vencido por el militar José María Obando. A éste se le había acusado de ser autor de la muerte del héroe de Ecuador general Antonio José de Sucre. Ese año de 1854 fue encargado del poder ejecutivo de Colombia por más de tres meses, ascendió al más alto cargo del país. Luego se da un golpe estado, asume la presidencia José María Melo. Tomás no estuvo de acuerdo con esa alteración del orden constitucional y enfrentó la tiranía de Melo, a quien derrotó en el campo de batalla, pero entrando en las afueras de Bogotá, recibió un disparo por la espalda de un francotirador el día 4 de diciembre de 1854 y muere el día siguiente 5 de diciembre, tras una larga agonía, donde hizo un testamento y regaló muchos bienes al amigo Jacinto Corredor, su caballo, espuelas de plata, el viático del Congreso de 600 pesos, todo lo hizo con ese desprendimiento de las cosas materiales. Por su gran gloria y destacado servicio, fue escogido por Guillermo Andreve, Octavio Méndez Pereira, Carlos Iván Zúñiga, y Jorge Conte Porras como el panameño más destacado del siglo XIX, y en su honor al año siguiente se le nombró a la provincia de Herrera con su nombre, porque impulsó la fundación de Chitré como distrito parroquial en 1848, por lo que Conte dice de él: “no hubo en él ninguna inquietud personal ajena a su destino, nadie antes ni nadie después que él podrá llegar jamás a un grado de común identificación con la patria de los panameños”, por lo que en su honor se erigió una estatua en la Plaza Herrera, ciudad capital, a este ilustre ciudadano que lo dio todo por un servicio honrado a su querido Panamá. ¡Viva diciembre mes de Tomás!