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- 04/05/2024 00:00
Reflexiones antes de emitir el voto
A lo largo de los años, la mayoría de los políticos ha logrado dominar el fino arte del engaño y la manipulación, lo que nos obliga como votantes, a navegar a través de varios medios para tratar de conocer sus verdaderos pensamientos, maquinaciones, estratagemas y planes disfrazados, para tratar de encontrar la verdad en medio de mentiras y engaños.
Saber la verdad sobre nuestros candidatos a puestos públicos es tener discernimiento al votar, y como verdaderos cristianos que somos, estamos llamados a votar por las opciones disponibles más justas, honestas, morales y de principios que reflejen nuestro compromiso con las Sagradas Escrituras, o sea, con Dios; lo que significa que no podemos votar por alguien que aprueba el genocidio del aborto, que apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo, que apruebe el estilo de vida lgbtq+ o cualquier otra desviación de los estándares morales de Dios plasmados en la Biblia.
Ninguna persona puede decir que es un verdadero cristiano y sigue o tiene una agenda política que aprueba esas desviaciones. Tampoco pueden decir que Jesucristo aprueba y está conforme con la matanza de bebés por nacer y con la ideología de género impuesta a nuestras sociedades.
Es muy difícil hoy en día saber quién es realmente honesto o deshonesto y que solo busca llegar al poder, ya que muchos políticos pueden estar en contra del aborto, pero pueden estar conformes con otras categorías pecaminosas.
Vale la pena que comprendamos que las élites marxistas globales, en connivencia con grupos feministas, están imponiendo el aborto y los “derechos” lgbtq+ a nuestras sociedades, y que han sido siniestramente exitosos en otros países. Su visión final es controlar todos los derechos y libertades individuales y concentrar el poder del pueblo en manos de burócratas gubernamentales y partidos políticos de izquierda.
Han derribado todo lo que se ajusta a un patrón bíblico y que afecta nuestra forma de comportarnos como cristianos. Saben perfectamente bien que sin la Biblia no habrá autoridad moral, ni normas de conductas, de honestidad, de integridad, etc., y que una vez que logren eliminar la Biblia, que es el fundamento para la verdad, las virtudes y la moralidad, entonces las élites marxistas en el poder serán quienes determinarán qué es correcto, qué es verdad, qué es moral, qué será tolerado, etc.
Hemos permitido que esas élites marxistas que controlan las redes sociales y los medios de comunicación, dirijan la “realidad” y la percepción a través de la desinformación, manipulación y el engaño que distorsionan la realidad para poder influir en las personas.
La conculcación de nuestras libertades es realmente su objetivo, pero lo que lo hace aún más peligroso es ese agresivo anticristianismo y la eliminación de la Biblia y todo relacionado con la religión de todo lo público mientras impulsan la perniciosa agenda global de separación de la Iglesia y el Estado, lo que no se encuentra en ninguna parte de la Constitución, mientras pretenden falsa y engañosamente hacernos creer que son cristianos.
Hoy lideran una lucha continua para proteger el “derecho” de las mujeres a asesinar a sus bebés, abogan por el matrimonio entre personas del mismo sexo, por el “derecho” de las personas a cambiar de género, y muchos otros comportamientos impíos. Definitivamente no pueden ser cristianos.
Desafortunadamente, han tenido mucho éxito en silenciar y hacer que personas desprevenidas capitulen ante el mal, en un mundo lleno de maldad, simplemente para evitar conflictos.
En resumen, necesitamos elegir a un presidente que cree en Dios, que cree en la familia, que proyecte fuerza, convicciones, valores morales y la voluntad de mantenerse firme y hacerle frente a una agenda nefasta que está dañando a nuestras familias y a nuestra sociedad .
La Sagrada Escritura nos dice que la gracia de la vida es el matrimonio y la familia, y las bendiciones son nuestros hijos.
Cada vez que los humanos intentamos solucionar los problemas de nuestras sociedades y del mundo al margen de la palabra de Dios manifestada en la Santa Biblia, creamos caos, engaños, decepciones, destrucciones y muerte. ¿Cuándo lo entenderemos?