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- 18/08/2023 00:00
Pedro Prestán, héroe de la Patria
Este 18 de agosto recordamos los 138 años de la injusta ejecución de Pedro Prestán, figura de importancia histórica, quien, en las primeras décadas del siglo XX, la oligarquía dentro de su sistema estatal de educación calificó de bandido, por tal razón, sería desterrado de los textos escolares, como sucedió con otros héroes populares.
En el año 2022, nos correspondió ser orador ante su tumba, ubicada en el cementerio “Monte Esperanza”, en la provincia de Colón, fue un acto muy significativo, con la asistencia de autoridades y organizaciones representativas, entre estas, la Central Nacional de Trabajadores de Panamá.
Sus biógrafos coinciden en que nació en 1852, en Cartagena y quedó huérfano de padre a muy temprana edad. Su familia se vio en la necesidad de buscar un lugar distinto donde vivir y se radicaron en la provincia de Colón. Con mucho esfuerzo logró estudiar Derecho, llegando a ejercer la abogacía hasta convertirse en una persona pública.
El Istmo de Panamá, para el año 1885, llevaba 22 años de vivir bajo un régimen amparado en la Constitución de Ríonegro de 1863, cuyas raíces se hayan contenidas en los fundamentos federalistas expuestos por el doctor Justo Arosemena.
En materia histórica, tenemos que, durante la segunda presidencia de Rafael Núñez, 1884, se produjo un giro radical en el sistema federal de la República, por la puesta en vigor de una nueva constitución centralista en 1886, la misma facultaría, en su artículo 201, que el Istmo sería administrado con arreglos a leyes especiales desde Bogotá, por su permanente actuar autonomista.
El choque entre federalistas y centralistas, se hizo cada vez más intenso, dando lugar al camino inevitable de la guerra civil, iniciada en 1884, principalmente, en Santander y extendida a otras regiones. Sus secuelas alcanzaron al Istmo el 16 de marzo de 1885, con dos líderes: Rafael Aizpuru en el sector Pacífico y Pedro Prestán en el Atlántico, ambos defensores del liberalismo.
Prestán, organizó al pueblo y emprendió defender la Constitución de 1863, declarándose jefe civil y militar de la ciudad de Colón. En medio del levantamiento llegaron buques armados estadounidenses, no era la primera vez que sucedía, solicitados por el Gobierno central, con el fin de sofocar la sublevación, que era enfrentada por los colonenses y su líder.
El 30 de marzo arribó a Colón un buque con armas que habían sido solicitadas meses antes, en tanto, el mando militar estadounidense, en coordinación con el general colombiano Carlos A. Gónima, impidió el desembarco, hecho que motivó la protesta de Prestán, opuesto a la acción intervencionista. Ante tales eventos, las tropas estadounidenses y colombianas enfrentaron a los insurgentes, desprovistos de armas, pero inmersos con un sentimiento de dignidad y valentía.
El caos provocó un incendio en la ciudad de Colón, atribuido falsamente a Prestán y negado en su testimonio, donde fue claro, refiriéndose a su familia que: “¿cómo podía atentar contra esas vidas que eran la misma savia de la mía?”. Nada en su defensa sirvió para frenar su ejecución el 18 de agosto de 1885, en la estación del ferrocarril, bajo el régimen de Núñez y la voluntad de los Estados Unidos. Meses antes habían corrido igual suerte sus amigos: el haitiano Antonio Patroouzeille y George Davis, originario de Jamaica.
Sostuvo muy bien su biógrafo, Antonio C. Dejanon, estampado por Sonia Ehlers en el libro “El general Pedro Prestán y sus victimarios”, que: “Murió Prestán como mueren los héroes, como mueren los mártires, como mueren los genios que sucumben bajo los golpes fatales del destino, pero para reaparecer más tarde en la memoria y el corazón de las generaciones venideras como el aroma de las flores que se desprenden de sus pétalos dejándonos mustios, tendidos en el suelo para ir a embalsamar la atmósfera”.
Colombia y Estados Unidos enviaban un claro mensaje a los istmeños, relativo en no tolerar protestas de ningún tipo en contra del régimen y la desobediencia sería castigada severamente, así ocurrió décadas más tarde con el fusilamiento del “Cholo Guerrillero, Victoriano Lorenzo”.
El doctor Álvaro Valderas, resumió la vida ejemplar y heroica de Prestán, exponiendo que: “Él debería ser recordado como El General que defendió Colón de las potencias extranjeras, que quiso hacer valer la Constitución de Ríonegro, un compendio de libertades que, a partir de 1886, con la nueva Constitución, fueron derogadas sin motivo. Pedro Prestán, es un mártir de la nacionalidad panameña, al que la contrainformación ha negado su lugar en la historia”.