• 02/07/2015 02:00

Taiwán extiende la mano de la paz

Para nadie es un secreto que los conflictos entre los Estados existen y que algunos tratan de solventarlos mediante el diálogo

Desde joven aprendí que los Estados para resolver sus disputas internacionales era conveniente que renunciaran al enfrentamiento armado como medio de solucionarlos.

En aquel entonces, a esa política, se le llamaba ‘coexistencia pacífica' y tenía como objetivo lograr la igualdad de derechos entre los Estados, la comprensión mutua y la confianza entre ellos; así como tomar en consideración los intereses, la no injerencia en los asuntos internos, el estricto respeto de la soberanía y la integridad territorial de los países; sin obviar el desarrollo de la colaboración económica y cultural basada en la plena igualdad y la ventaja mutua.

Con el tiempo el término cambió, pero el concepto no, y a ese principio lo denominan hoy día ‘política de distensión'; convirtiéndose en tarea fundamental de la mayoría de los países.

Para nadie es un secreto que los conflictos entre los Estados existen y que algunos tratan de solventarlos mediante el diálogo.

Durante décadas Vietnam, Filipinas, la República Popular China, Malasia, Brunei y Taiwán han reclamado soberanía sobre formaciones coralinas e islas (junto a sus aguas circundantes) ubicadas en el Mar de China Meridional, en un cruce de rutas estratégicas para el comercio mundial y que podrían poseer grandes reservas de hidrocarburos.

Este mar comprende aproximadamente tres millones y medio de kilómetros cuadrados, un millón de kilómetros cuadrados mayor que el Mar Mediterráneo y dos millones más que el golfo de México.

La importancia estratégico-política y los inmensos recursos energéticos potenciales estimados de este mar, han sido causa fundamental en el surgimiento de diferendos territoriales por la posesión de los archipiélagos que en él se encuentran, su ecosistema y sus recursos naturales.

Recientemente, la situación en este lugar de la geografía asiática ha mostrado síntomas de tensión, pues algunos de los países de la región han estado fortaleciendo sus posiciones estratégicas de defensa y han llevado a cabo ingentes operaciones de relleno, transformando arrecifes coralinos en puertos con diferentes estructuras.

Ese escenario puede acarrear enfrentamientos infaustos que obstaculizarían la libertad de navegación en la zona.

Con el fin de evitar estos posibles resultados adversos, el presidente de la República de China, en Taiwán, Ma Ying-jeou, conocido popularmente como Ma, ha propuesto una iniciativa de Paz en el Mar de China Meridional cónsona con la política de coexistencia pacífica, comprometiendo a todas las partes implicadas a abstenerse de tomar acciones unilaterales que pudieran endurecer la tensión, respetando el derecho internacional, con miras a resolver las desavenencias a través de diálogos pacíficos y conservando, conjuntamente, la libertad y seguridad de la navegación por el Mar de China Meridional, así como los vuelos sobre la región.

Ma planteó, igualmente, que todos los países afectados debieran ser incluidos en cualesquiera mecanismos a ser establecidos para promover la paz y la prosperidad regionales y dejar de lado las disputas territoriales, facilitando así el establecimiento de un mecanismo cooperativo para confeccionar colectivamente un plan integral para la futura exploración de los recursos que se encuentran en el Mar de China Meridional.

No obstante, el presidente Ma manifestó, una vez más, que Taiwán no desiste ni altera su demanda de soberanía sobre todas las islas (y aguas circundantes a las mismas) localizadas en el Mar de China Meridional. Y asienta esa reclamación en el sentido de que los componentes históricos, geográficos y del derecho internacional demuestran que toda esa porción del Océano Pacífico es parte integrante de la República de China (Taiwán).

La mano de Taiwán para promover la coexistencia pacífica y conservar el espíritu de cooperación duradero en la región está extendida. Esperamos que Vietnam, Filipinas, la República Popular China, Malasia y Brunei la reciban con beneplácito.

ECONOMISTA Y DOCENTE UP.

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