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- 24/06/2022 00:00
Movilidad estudiantil
La movilidad estudiantil representa, en la actualidad, una importancia primordial para el desarrollo cultural y educativo de nuestro país, de sus instituciones de educación superior y todos los jóvenes universitarios. Hoy vemos crecer el peso y el significado de la movilidad estudiantil internacional, en la agenda nacional de políticas en los centros de educación superior.
En ese sentido, los centros de educación superior han de ser conscientes de que sus transformaciones institucionales, en un mundo tan exigente y competitivo, no puede limitarse a la incorporación de nuevas tecnologías y a provocar algunos cambios organizativos que tienen, a veces, poca trascendencia.
Es necesario, entre otras cosas, renovar a profundidad planes de estudio, revisar pedagogías y didácticas, reformular programas curriculares e incorporarse plenamente a los procesos de internacionalización de las universidades; a través del impulso a la cooperación entre instituciones y al desarrollo de la Movilidad Académica Estudiantil. Todo esto dirigido, en esencia, a fortalecer los compromisos de la Institución con su función social y su misión principal de formar profesionales y construir ciudadanía.
Vivimos en una época caracterizada por la profunda complejidad de sus problemas y los intensos cambios que tienen lugar en todos los órdenes de la vida social, política, profesional, educativa y hasta espiritual. Por esta razón, la máxima aspiración de las universidades, en estos tiempos, debe ser la de lograr la formación vocacional de los estudiantes, la cual les motive a intervenir en los grandes problemas que apremian a nuestros países.
Pero para intervenir con éxito sobre estos contextos, debemos, en primer lugar, descubrir las causas que los genera: las realidades del mundo al que pertenecemos, sus actores e idiosincrasias y, sobre todo, los sueños y esperanzas de los olvidados y marginados de siempre.
Y es que los estudiantes universitarios de hoy deben estar conscientes de que, los grandes problemas que aquejan a la humanidad son de tal magnitud y complejidad que, no hay ninguna duda de que estamos situados en la encrucijada histórica de tener que decidirlos, por primera vez como especie, si pretendemos salvarnos de algún modo.
Es allí donde se inscribe para las universidades el desarrollo de programas estudiantiles de intercambio y cooperación internacional como éstos, puesto que permiten que nuestros alumnos tengan la posibilidad de contar y de formarse una visión más amplia, profunda y cabal del mundo en que les ha tocado vivir… ese mundo que reclama en ellos la acuciosidad que anime sus reflexiones, sus interrogantes, inquietudes, interacciones y respuestas que estos desafíos y tensiones sociales exigen en nuestro tiempo.
Las universidades deben asumir la internacionalización de la educación superior, no como un hecho limitado al beneficio estrictamente individual del estudiante o académico, sino como parte de un eje estratégico de desarrollo institucional y altamente decisivo en el mejoramiento de la calidad educativa, ante los grandes desafíos a los que hemos hecho alusión.
A pesar de que la conceptualización de la definición, fines y objetivos de la movilidad estudiantil no ha alcanzado consenso en la escasa literatura que sobre esta materia existe en América Latina, no cabe duda alguna de que la misma contribuye al enriquecimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje y en la creación de vínculos, interdependencia y conectividad, principalmente en los ámbitos culturales y académicos de nuestros países.
Sin embargo, las universidades enfrentan todavía un largo camino, desde el cual desentrañar sus limitaciones objetivas para los estudiantes (dificultades socio-económicas, presiones familiares, carencia de un segundo idioma); así como la necesidad de examinar los factores determinantes de la movilidad y en la elección de los estudios, la necesidad de una mayor visibilidad de las casas de estudios superiores en el exterior y el establecimiento de indicadores que permitan medir el grado de profundización que el proceso de internacionalización va adquiriendo en la Universidad.