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- 16/01/2018 01:00
‘La unión civil de los mil pecados'
Antes de escribir estas letras, tenía una percepción diferente a la que describo a continuación con relación a la legalización de la unión civil entre dos personas del mismo sexo. ¿Por qué cambié de opinión? Permítame compartírselo.
A lo largo de los siglos, el matrimonio ha tenido una evolución histórica muy representativa de acuerdo a su tiempo y espacio. En la época de las hordas, la relación entre otros grupos distintos a los de su proveniencia era escaza, por ende, el matrimonio era por grupos endogámicos. Posteriormente, al surgir los clanes, las relaciones entre diversos grupos se incrementan y surge el matrimonio exogámico. Finalmente, cuando el ser humano logra establecerse en un lugar fijo y adaptarse a las condiciones del mismo, se desarrolla la poligamia y su contraparte, la monogamia.
A pesar de las diversas formas de matrimonio, el objetivo siempre ha sido el mismo: procrear. En efecto, el significado del matrimonio va más allá de un vínculo sentimental y de una estabilización familiar, de hecho, el significado etimológico de la palabra de origen latina, no me deja mentir.
Matrimonio significa ‘el oficio de la madre'. El oficio de la madre dentro de la familia, es procrear y cuidar a los descendientes. Definitivamente, es un significado que no se ha perdido.
Ahora bien, ¿qué ha sucedido con el oficio del padre, es decir, el patrimonio? Al padre de familia le correspondía conseguir el pan de cada día, proporcionar un lugar donde vivir y proteger a su mujer e hijos.
Curiosamente, el significado de patrimonio en la actualidad no es el mismo de siglos atrás. Está demás decir que patrimonio se refiere al conjunto de bienes de una persona, independientemente de si es hombre o mujer.
Pero, ¿a qué se debe esta variación? Se debe a la revolución de las mujeres con deseos de trabajar y perseguir sus sueños, ya que no era lo correcto ante los ojos de la sociedad y de la Iglesia. Por esta razón, al conseguir esta independencia, rompieron el esquema del patrimonio, convirtiéndolo en una palabra sin discriminación de género.
Por supuesto que no fue un proceso sencillo en su época, tal como sucede ahora con el deseo de la comunidad LGTBI para poder legalizar su unión.
Ahora entiendo que no es justificable que la palabra ‘matrimonio' no se pueda adaptar a dos personas del mismo género, porque hace unas cuantas décadas atrás, ‘patrimonio' vivió esta historia.
Considerar que las personas homosexuales y lesbianas no tienen derecho al uso de dicho término, es discriminante. Y si es Ud. mujer, con mayor facilidad me entenderá, ¿se imagina no tener su propia casa, carro, dinero, empresa o terreno porque ese ‘no es el oficio de la mujer'?
Así como las mujeres encontraron un balance entre criar un hijo y mantener un hogar, la comunidad LGTBI está luchando por igualar sus derechos a los de una familia heterosexual.
Se llama evolución. ¿Se adapta Ud. o se queda?
ESTUDIANTE