- 07/04/2025 00:00
¡La reelección es corrupción!
Con esta frase lapidaria, por amarga ironía, el exrector de la Universidad de Panamá, Gustavo García de Paredes (qdep), se expresó para oponerse, hace casi 30 años, a la posibilidad de que su antecesor en el cargo, Carlos Iván Zúñiga, buscara reelegirse.
Todos sabemos lo que pasó después. A tal punto se enseñoreó la corrupción de la Universidad de Panamá por las sucesivas reelecciones del mismo rector, incluso con minoría de votos, que solo la participación decidida de la ciudadanía impidió que García de Paredes se mantuviera allí un periodo más...
La experiencia demuestra que allí donde ha habido reelección, también ha habido corrupción y, en cambio, donde aquella se ha eliminado, esta ha disminuido. En la Universidad Autónoma de Chiriquí, (Unachi), el rector, Virgilio Olmos, se reelegía continuamente, con todo el engranaje clientelar que ello trajo consigo... La hoy rectora Etelvina de Bonagas no ha cesado de reelegirse desde que asumió el cargo.
Acostumbrados a negociar canonjías, una pluralidad de diputados encabezados entonces (2016), por Juan Serrano, en contubernio con la actual rectora de la Unachi, Etelvina de Bonagas, lograron disfrazar sus apetitos con una supuesta “limitación” a la reelección en las universidades públicas. El proyecto de ley 400, buscaba que todos los rectores y demás autoridades de universidades públicas, incluyendo los que estaban en ejercicio de sus cargos, se pudiesen reelegir dizque “una sola vez”, como si una reelección, aunque fuere limitada, no fuera peligrosa y como si la experiencia con García de Paredes no hubiera enseñado lo veleidosos que pueden ser los diputados y lo mutables que pueden ser las leyes, pues allí primero prohibieron la reelección, luego la permitieron por un solo periodo y después se estableció a perpetuidad....
La amarga experiencia no admite relativizaciones: “la reelección es corrupción, y la reelección indefinida es corrupción indefinida”.
El Movimiento de Adecentamiento de la Universidad de Panamá (Movadup) alertó, en aquellos momentos, el dañino significado de la reelección en los claustros universitarios. El hoy rector de la Universidad de Panamá desarrolló y fundamentó —en todas sus presentaciones como aspirante a la rectoría de la Universidad de Panamá— los peligros y consecuencias de la reelección. Sin embargo, al estar finalizando su período como rector en el 2021, volvió sobre sus pasos y se presentó a la reelección, acompañado de un número plural de decanos y directores de Centros Regionales Universitarios, arropados bajo el manto del reeleccionismo y de la mano del populismo y del clientelismo anti universitario.
Hoy el tiempo y los hechos nos corroboran el daño del reeleccionismo de las autoridades universitarias en todas las universidades públicas. Y, nuevamente, las autoridades de la Universidad de Panamá cabildean para lograr que no se prohíba la reelección de las autoridades en la Universidad de Panamá, la cual tendrá elecciones en el 2026.
Urge una ley orgánica de universidades para nuestro país. Pero, urge también un decidido y mayor interés de la sociedad civil y de las autoridades competentes en interesarse en lo que está aconteciendo con nuestra educación superior, producto de la reelección y de la corrupción.