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- 23/02/2025 00:00
La guerra en Ucrania: la larga lucha por la libertad y la democracia
La invasión rusa de Ucrania, que comenzó en febrero de 2022, ha desencadenado un conflicto devastador que no solo ha arrasado territorios y vidas, sino que también ha puesto en jaque los principios fundamentales de la democracia en Europa. Las organizaciones que se han levantado en defensa de Ucrania no solo lo hacen en nombre de la soberanía nacional, sino también en honor a la memoria de aquellos que han caído en el frente.
Un ambiente de desolación embarga a la población de este país. Muchos ucranianos han perdido a familiares y seres queridos en el conflicto, o tienen a sus propios parientes luchando directamente en las líneas de fuego. La determinación de estas organizaciones es inquebrantable: siguen combatiendo no solo para defender a su nación de la agresión rusa, sino también para documentar y denunciar los crímenes de guerra cometidos por el Kremlin.
La Corte Penal Internacional ha sido testigo de estas atrocidades, pero el dolor y el sufrimiento de las víctimas continúan siendo una constante. Uno de los aspectos más alarmantes de este conflicto es la extraña y preocupante relación entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladimir Putin.
Mientras el mundo observa con horror el avance de la guerra, Trump parece haber establecido una alianza que va más allá de la diplomacia convencional, con propuestas de negociaciones que excluyen tanto a Ucrania como a Europa, y que dejan en el limbo la soberanía de un país que ha sido víctima de una invasión.
Esta situación resulta especialmente desconcertante cuando se piensa en el historial de agresiones de Putin y en cómo sus intenciones no se limitan a Ucrania, sino que amenazan toda la estabilidad de la región.
La guerra en Ucrania ha trascendido el ámbito de las fronteras nacionales. Se ha convertido en un punto de referencia para la defensa de la democracia en Europa, y todos aquellos que luchan contra el avance de la ultra derecha y el autoritarismo sienten una conexión inquebrantable con el pueblo ucraniano.
Al mismo tiempo, las tensiones entre los intereses geopolíticos, como los impulsados por figuras como el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, quienes parecen respaldar posturas cercanas a Putin, añaden una capa de complejidad al escenario.
La presencia de la ultraderecha, tanto en Europa como en los Estados Unidos, muestra cómo el debate sobre Ucrania no es solo un asunto de guerra, sino también de ideologías que están en juego. A medida que la ultraderecha gana terreno, no solo se pone en peligro la estabilidad de Europa, sino también la libertad misma.
Las voces que apoyan al régimen de Putin siguen diseminando propaganda falsa, una maquinaria de desinformación que confunde a muchos y que, lamentablemente, ha encontrado eco en ciertos sectores de la sociedad occidental.
Aquellos que no comprenden la historia de las naciones que han sido invadidas, que han luchado por su libertad, se dejan llevar por la retórica de un líder autoritario que oculta la cruda realidad tras una mediática cortina de humo. Los que han sido testigos de invasiones y ocupaciones militares saben que la lucha por la independencia no solo se da en el campo de batalla, sino también en el ámbito de las narrativas.
Ucrania está viviendo esa misma lucha. Hoy, como hace décadas, se encuentra peleando por su independencia, por su derecho a existir como nación soberana, libre de las sombras de un imperio que se niega a aceptar el fin de su dominación.
Es necesario recordar que la lucha de Ucrania no es un asunto aislado. Es una batalla que involucra a toda Europa y que se juega en el plano de la defensa de los valores democráticos. La desinformación, las alianzas cuestionables, y la influencia de la ultraderecha son solo algunos de los muchos obstáculos que la nación enfrenta.
El futuro de Ucrania no solo depende de su victoria en el campo de batalla, sino también del respaldo decidido de aquellos que valoran la libertad, la democracia y la soberanía. Este conflicto es un recordatorio de que, en un mundo interconectado, las decisiones de unos pocos pueden afectar la seguridad y el futuro de millones.
La historia de Ucrania no es solo la historia de un pueblo resistiendo la ocupación. Este recuento nos recuerda a todos que la libertad no es un derecho garantizado, sino una conquista que debe ser defendida constantemente.
Y al mirar hacia el futuro, debemos ser conscientes de que la lucha por Ucrania es, en última instancia, una lucha por la paz, la justicia y el orden mundial que deseamos ver en un Europa libre de autoritarismos. La guerra en Ucrania, aunque trágica, también es una oportunidad para reflexionar sobre lo que está en juego y lo que está en juego para todos nosotros.