• 27/02/2018 01:02

Quien juega con fuego, termina...

Las actuaciones del presidente Varela dejan boquiabiertos hasta sus propios seguidores

La cacareada transparencia del Gobierno de Juan Carlos Varela se ha traducido, según mediciones internacionales, en que Panamá es uno de los países más corruptos de América Latina. Así como no ha engañado a los panameños con ese permanente pregón, prestigiosos entes, como Transparencia Internacional, han sido claros en señalar el grave deterioro gubernamental en materia de corrupción. Y eso, a pesar de que se nos pretendió vender a este Gobierno como totalmente diferente al de Martinelli.

Las actuaciones del presidente Varela dejan boquiabiertos hasta sus propios seguidores. El rumbo que le da al país deja desconcertados a todos, porque hace difícil descifrar exactamente lo que persigue. Este desdén no encuentra explicación en su actuar en la conformación de la Corte Suprema de Justicia, la cual debió estar integrada desde el 2 de enero pasado, y hoy nos muestra un estado preocupante: dos magistrados que se le vencieron sus términos que siguen actuando, porque sus reemplazos no han sido designados. Un magistrado suplente (Zamorano) que no ha sido ratificado desde que su principal (Moncada Luna) fue separado de su cargo. Tres suplentes que no han sido designados. Una directiva de la Corte provisional, porque su presidente titular, José Ayú Prado, renunció. Requiriendo el Pleno de la Corte un quórum mínimo de siete magistrados, en diversas ocasiones, este no se ha podido reunir por falta de quórum reglamentario.

Es función del presidente de la República el proponer a la Asamblea Nacional los designados a la Corte Suprema para que este órgano del Estado los apruebe o impruebe. No es secreto que, en el ejercicio de esta función constitucional, el presidente Varela incumplió sus obligaciones en repetidas ocasiones:

1.— Esperó hasta los últimos días de diciembre para proponer sus designado (a)s a la Corte Suprema de Justicia.

2.— Debido a la presión ciudadana y legislativa que se dio, el presidente Varela debió proponer otros nombres y no esperar, tal como lo hizo, a la derrota legislativa que sus designadas sufrieron.

3.— Con diversas excusas ha evadido responsabilidad de designar otros magistrados para que la Asamblea los evalúe, llegando hasta dos meses del 2018 sin una Corte Suprema debidamente constituida.

El artículo 191 de la Constitución Nacional señala con claridad los casos específicos cuando el presidente o la vicepresidenta de la República son responsables, o sea, que podrían ser llevados a juicio ante la Asamblea Nacional.

Veamos:

‘1.— Por extralimitación de sus funciones constitucionales.

2.— Por actos de violencia o coacción en el curso del proceso electoral; por impedir la reunión de la Asamblea Nacional; por obstaculizar el ejercicio de las funciones de esta o de los demás organismos o autoridades públicas que establece la Constitución.

3.— Por delitos contra la personalidad internacional del Estado o contra la Administración Pública.

En los dos primeros casos, la pena será de destitución y de inhabilitación para ejercer cargo público por el termino que fije la ley. En el tercer caso, se aplicará el derecho común' .

Adicionalmente, el Código Penal, en su artículo 356, señala que:

‘El servidor público que, ilegalmente, rehúse o retarde, sin causa justificada, algún acto propio de su cargo será sancionado con prisión de seis meses a un año o su equivalente en días multa arresto de fines de semana' .

Resulta evidente que el presidente Varela está jugando con fuego. Con su actuación, premeditada o asesorada, reiteradamente está obstaculizando el ejercicio de las funciones del Órgano Judicial, sumado a esto la faltan de recursos económicos para que entre en funciones la justicia comunitaria que reemplazó el sistema de los corregidores.

¿Qué pretende el presidente con estas abiertas agresiones a la Constitución Nacional y a la Ley? ¿Quién le aconseja que actúe así? ¿Habrá algún interés oculto en todas estas extrañas e inconsecuentes decisiones?

Presidente Varela: No olvide nunca que el que juega con fuego, casi siempre termina quemado.

ABOGADO, POLÍTICO Y DIPLOMÁTICO.

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