- 01/01/2025 00:00
- 31/12/2025 16:11
Tras varios años de ejercer como un activista ciudadano, el abogado y ahora diputado Ernesto Cedeño hace un balance de los seis meses de gestión en la Asamblea Nacional, lo actuado hasta ahora por el presidente de la República, José Raúl Mulino, y lo que espera del nuevo procurador general de la República, Luis Carlos Gómez Rudy y del nuevo contralor Anel Bolo Flores.
Para Cedeño, quien ahora como diputado no puede accionar legalmente, hace falta levantar ese activismo ciudadano y cree que se requieren personas de la sociedad civil que inviertan tiempo y dinero sin esperar nada a cambio, frente a la vulnerabilidad de muchos ante situaciones jurídicas.
El jurista, experto en derecho procesal y con experiencia en derecho administrativo, también cuestiona la gestión del procurador saliente, Javier Caraballo, y la del contralor Gerardo Solís, esta última que califica como deficiente, además del rol que no están jugando los partidos políticos de la oposición.
Es un rol diferente al que yo estaba acostumbrado a hacer, que era activarme por los derechos ciudadanos a través de acciones legales, porque en la Asamblea se activa a través de la fiscalización. Las acciones son un poco diferentes porque no puedo accionar como yo accionaba ante los tribunales y me he circunscrito dentro de mi papel actual, sí a pedir rendición de cuentas ante las instituciones. Seguimos ejerciendo un activismo dentro del marco de la constitucionalidad, esto es dentro de la fiscalización que hace un diputado. Aunque extraño mi antiguo rol, entiendo que debo ejercer otro papel, tanto para la creación de leyes como de fiscalización, y hacer lo mejor posible en el ámbito administrativo que ejerce un diputado.
Yo pensé que con más de 30.000 abogados que hay en el país, iba a haber un activismo ciudadano más agresivo, pero no lo he notado todavía al día de hoy. No he visto hasta ahora que haya esa proliferación de abogados que se activen en ese tipo de cosas. Yo estuve dispuesto siempre a pagar un precio, pero no encontraron nada. Siempre hay algo de temor, había personas que me daban información sigilosamente para que yo activara y lo hacíamos desde los tiempos de la dictadura, inclusive. Hace falta levantar ese activismo ciudadano, se requieren personas de la sociedad civil que inviertan tiempo y dinero sin esperar nada a cambio, porque siempre hay personas que están vulnerables en situaciones jurídicas.
Definitivamente que el régimen orgánico del Reglamento Interno va a ser un reto pendiente del 2025, que yo creo que nosotros tenemos que abordar. Hay varias iniciativas presentadas y me parece que ese es el reto que tenemos todos los diputados de predicar con el ejemplo y hacer los ajustes en el régimen orgánico del Reglamento Interno. También, algo que veo es que se requieren ajustes, es la manera de decidir algunos nombramientos y lo vimos con la Autoridad del Canal de Panamá, cuando se escogió al representante de la Asamblea a través de una aplanadora, ya que muchos no estábamos de acuerdo con ese que escogieron [Nelson Jackson] y mira que al día de hoy ahora con esto del presidente Donald Trump, hay varias personas que han cuestionado la labor de la junta directiva del Canal de Panamá por que no actúa, según ellos, con algunos principios de solidaridad como quisieran, sino como una isla económica diferente. Yo creo que nosotros sí perdimos una oportunidad como Asamblea de escoger a una persona que representara genuinamente los intereses del pueblo en la Autoridad del Canal. Esa práctica de utilizar la aplanadora para escoger a un directivo, yo pienso que se debe superar y llegar a más consensos.
Claro que sí, porque marca una línea de pensamiento del no sometimiento, indistintamente de que el Ejecutivo se haya reunido con todas las bancadas, pero se ha visto un nivel de independencia en cuanto a la decisión. Mira que con lo del proyecto de la Caja de Seguro Social, el órgano Ejecutivo no logró lo que quería en un principio. Quería por lo menos que se aprobara el proyecto en tres debates antes del 31 de diciembre, y luego varió y dijo que al 31 de diciembre quería el primer debate, y la Asamblea dijo que no, que eso no era así, que eso sí iba a verse con calma en el tiempo de la Asamblea. Eso marca un radio de acción con un nivel de independencia que debe tener un parlamento de los otros poderes del Estado. Como institución, me parece una buena decisión haber dejado la discusión del proyecto de reformas del Seguro Social para enero.
Aquí algunos partidos políticos no están jugando un papel de oposición beligerante y somos algunos diputados los que nos estamos oponiendo a ciertas cosas. Por razones que desconozco, no son beligerantes algunos partidos políticos y me parece que la Asamblea debe jugar su papel de independiente, indistintamente de que algunos diputados pertenezcan a una línea partidaria. Eso no es bueno para la democracia, yo pienso que uno tiene que jugar su papel porque se requieren los equilibrios y el contrapeso para que no haya desborde, para que no haya abusos de autoridad, para que no haya actos inconstitucionales; en todo se requiere un equilibrio.
Yo la he visto muy buena, para sorpresa mía, políticamente asombroso porque ha podido lidiar con las diversas corrientes dentro de la Asamblea con profesionalismo. En cuanto a austeridad, cortó inmediatamente los servicios profesionales, históricamente allí es donde los partidos políticos se montaban a hacer nombramientos de camarilla que no eran necesarios para la ciudadanía y ella los cortó. Me parece que va con buen pie, primero, el manejo político que tiene con todos, y segundo, cortó con una partida que la tienen todos los otros órganos el Estado y ella dijo que no, y hemos podido subsistir. Me parece que desde el punto de vista administrativo va por buen camino, me ha sorprendido positivamente sabiendo que algunos de los diputados no pertenecemos al ala a la cual ella pertenece, pero se ha manejado con profesionalismo.
Bueno, es por eso que hay que mandar un mensaje de que somos diferentes. Algunos de repente venían con un chip anterior y están extrañando ese manejo político económico, pero los que hemos llegado por primera vez hemos visto con buen tino ese recorte, a tal punto que anhelamos que el mismo gobierno haga lo propio y recorte las partidas por servicios profesionales porque no son necesarias. No vemos ese tipo de austeridad en los otros órganos del Estado y en las otras instituciones. La Asamblea que yo estoy viendo ahora camina de una manera diferente a la que antes estaba, y la prueba es la eliminación de la partida de servicios profesionales; allí había millones de dólares.
Ha sido una gestión deficiente, incluso yo tengo una denuncia contra él en el Ministerio Público con el procurador Javier Caraballo, que no le dio el empuje adecuado por haber firmado el contrato minero. El propio Caraballo nos presentó una carta donde nos decía que tenía poca colaboración de la Contraloría en el manejo de las auditorías y también lo dijo la Fiscalía de Cuentas, de que no tenían el respaldo que ellos pedían por parte de la Contraloría, pero no ha hecho absolutamente nada. Me parece que en mucho de la debacle que hubo como el tema de la descentralización paralela y con los auxilios económicos del Ifarhu, no se contó con esa efectividad de la Contraloría y me parece que sí ha ejercido una labor deficiente el señor Solís. Esperamos que el nuevo contralor Anel Flores haga la diferencia, y que haga lo correcto frente a lo que tenga que refrendar y objete lo que tenga que objetar. La de Solís fue una Contraloría inexistente en cuanto al control adecuado de los fondos públicos, y por eso, mi calificación es de de 2.3. El futuro de ese señor no sé, porque se requiere de un Ministerio Público independiente; denuncias tiene, depende de cómo venga el nuevo procurador Luis Carlos Manuel Gómez Rudy a ejercer su papel y las denuncias que se puedan presentar contra Solís o contra cualquiera.
Yo sí creo; yo presenté el insumo y el procurador Caraballo lo sabía. Si ellos pidieron apoyo para auditorías y la respuesta del Ministerio Público era que varios casos se caían y se cerraban por falta de apoyo con las auditorías y por falta de colaboración del contralor Solís, ya eso debiera ser elemento suficiente para investigarlo y no lo quería hacer, no lo quiso hacer. Allí hay un elemento por lo menos para exigir rendición de cuentas del porqué no colaboró. No colaboró con la justicia en la magnitud que pedían las autoridades tanto de la Fiscalía General de Cuentas como del Ministerio Público.
Antes de ser electo me habló de una reingeniería que quería hacer en el Ministerio Público, respetando el debido proceso e implementar la carrera de instrucción. Nombrar a dedo no fortalece la independencia judicial, entonces él dice que la iba a implementar. Eso me llenó de esperanza porque yo sí quiero que al fiscal se le respete, pero que hagan los concursos de mérito. Ese es el cambio que se necesita en el Ministerio Público, que vengan de afuera y el que mejor puntaje tenga, que se quede con el puesto. Él me dijo que no iba a haber barrería de fiscales, que va a respetar la legalidad y que iba a permitir los concursos. Espero que haga lo que dijo, que respete la experiencia y que permita el cambio por méritos y eso se hace por concurso.
Fue una gestión regular, no quiso meterse donde podía meterse con acciones concretas con todo lo de la mina y las denuncias que se presentaron. Yo no vi que el actuó de una manera efectiva para implementar la carrera de instrucción, así que yo le pongo como un 3 de calificación. Quiso mantener el mismo statu quo de nombrar a dedo, de hacer lo que le dio la real y regalada gana y no permitir la carrera de instrucción y su implementación adecuada como corresponde. Eso es fatal para la independencia judicial. Para mí no estuvo bien.
Yo la he visto buena, no excelente, porque hay cosas que pudo haber hecho mejor, por lo menos en el servicio exterior, donde hasta ahora no se ha despolitizado. Sí veo como positivo el no haber pateado la pelota en temas que hay que atender como lo del Seguro Social. Veo como bueno haber incorporado a personas de diversas corrientes dentro de su equipo gubernamental. No obstante, debió hacer ajustes dentro del manejo adecuado de los fondos públicos. Eliminar la partida discrecional no lo ha querido hacer, son ajustes que lo llevarían a la excelencia y no los ha hecho. Empezó con buen pie y con popularidad por las decisiones que ha tomado, pero yo pienso que el nivel de desgaste va a venir seriamente por decisiones que puede estar tomando y no sabemos en el 2025 con qué se va a salir.
El mismo presidente Mulino ha dicho que en febrero va a tocar el tema de la mina y no lo va a llevar por la Asamblea, eso fue lo que nos dijo a nosotros cuando se reunió con todas las bancadas. Si no quiere llevarlo a la Asamblea, quiere decir que no va a eliminar la ley de moratoria minera. Si él dice que no lo va a llevar a la Asamblea es porque él pretende hacer algo por administración, eso va a generar controversia. Por administración la explotaría el Estado, no va a haber un tercero, y el Estado subcontrata a una empresa, eso jurídicamente lo puede hacer. Yo quiero ver qué es lo que va a hacer el presidente, qué es lo que está pensando, y queremos ver si va a venir con la conciliación o va a venir con el tolete. Vamos a ver cómo viene el 2025 con temas de mayor calor. Con lo del tema del Seguro Social pienso que el presidente Mulino ya entendió algo. La Asamblea envió un mensaje de que aquí las cosas se hacen de otra manera y él está entendiendo, porque el discurso cambió. Tú no puedes estar ‘rofeando’ a todo el mundo, tú puedes hablar, pero aquí mandan otros y en la Asamblea manda la mayoría, que son 36 votos.