Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 25/06/2023 00:00
Humanidades + tecnología
El pasado mes de mayo, se llevó a cabo dentro de la Facultad de Ingeniería de Sistemas Computacionales de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) un proyecto que, si bien, no es particularmente revolucionario en sus intenciones, sí forma parte de un esfuerzo autóctono por demostrar los beneficios que se producen cuando se integran los saberes humanísticos con el avance y el desarrollo tecnológico. En este sentido, se trató de una alianza inter-disciplinaria, que fue posible gracias a que la UTP abrió sus puertas a un grupo de egresados de la carrera de Filosofía de la Universidad de Panamá, para que estos ofrecieran una formación ética-filosófica a estudiantes de dos grupos de la Licenciatura en Ingeniería de Software.
Este proyecto, que toma la forma de un seminario titulado como “{Humanismo + TIC} > futuro”, se dividió en cuatro etapas, cada una con una duración semanal. En este espacio de tiempo, se trabajó con una metodología de aprendizaje basado en proyectos, integrando a su vez técnicas como el café filosófico, clases magistrales y a su vez, se cultivó en los estudiantes la argumentación y reflexión propiamente filosóficas. Si bien lo ideal hubiese sido que dicho seminario se prolongase por más tiempo, es posible reconocer que se alcanzaron objetivos claves, y que a futuro permitirán establecer una colaboración más estrecha entre la Filosofía y el amplio universo de los sistemas computacionales en el territorio panameño. Una colaboración que es necesaria y apremiante a día de hoy, debido al auge de tecnologías como la Inteligencia Artificial, entre otras; dadas las incertidumbres y dilemas que estas traen consigo.
Ahora bien, uno de estos objetivos mencionados previamente, radicaba en la importancia que se otorgó a la formación de alianzas; si bien es cierto que los estudiantes se dividieron en equipos con la intención de desarrollar-emplear aplicaciones o tecnologías que respondían a necesidades apremiantes de su vida universitaria; estos debieron colaborar entre sí y por ello tuvieron que abandonar aquellas formas de trabajo egoístas que velan solo por el interés inmediato de: “mi emprendimiento-proyecto personal”. Pero el elemento más relevante, fue evidenciar que el avance tecnológico debe ir de la mano de la reflexión ética-filosófica, y no a un nivel meramente teórico, sino que, y quizás más importante, que sea aplicado a problemas y soluciones concretas del entorno inmediato de estos estudiantes. De este modo, todos los proyectos disponían de fundamentos éticos, que más allá de aspirar a buscar una renta cuantiosa para los integrantes de cada equipo, tenían como fin central brindar un servicio a la sociedad.
Para mencionar solo un ejemplo, me referiré a los proyectos relativos al tema de los expedientes médicos. El problema relativo a este asunto es que actualmente un paciente puede contar con diversos expedientes en varios centros hospitalarios del país (entre públicos y privados), algunos de los cuales no llegan a digitalizarse. Esto significa que un establecimiento puede contar con información médica que otro no posea, y en caso de que un accidente le ocurriese a dicho paciente, y este fuese atendido en un centro en el cual se desconoce de una nueva aflicción que este padece (algo que no ocurriría en el otro centro que sí tiene un expediente más actualizado), dicho paciente podría verse severamente afectado.
De este modo, dos equipos plantearon una solución a este problema, básicamente, se trataría de una aplicación que integre esos distintos expedientes dentro una plataforma digital y que permita una estrecha colaboración hospitalaria pública-privada (por ejemplo, entre la clínica de la UTP, el Hospital Nacional y el Hospital Santo Tomás), algo que, si bien ya ocurre en otros países, aún se encuentra de forma limitada en nuestro país. Al final, es tal y como indicó un estudiante durante su intervención, a la que tuve la fortuna de asistir; si aspiramos a convertirnos en un país desarrollado, ese desarrollo tecnológico no puede avanzar al margen de la calidad de vida de sus ciudadanos.