• 27/08/2023 00:00

¿Qué esperamos de nuestro próximo alcalde?

“[...] será obligatorio para emitir nuestro voto hacernos las siguientes dos preguntas sobre el aspirante [...]: ¿posee las competencias necesarias para gestionar con éxito la alcaldía?, y ¿han estado presentes la probidad, equidad y eficiencia en la gestión previa del candidato o la candidata?”

Ahora que varios ciudadanos han expresado su interés en ocupar la comuna capitalina a partir del 2024, consideré obligatorio dedicarle esta glosa a reflexionar sobre el perfil que debe poseer la persona que apoyaríamos en la contienda electoral, a fin de ayudar a no equivocarnos a la hora de emitir nuestro voto.

En este sentido, los expertos coinciden en que la mayoría de los ciudadanos que emiten su voto de manera racional, lo hacen basados en tres factores: el partido político al que pertenezca el candidato; el programa que nos presente y; la hoja de vida (competencias, valores, antecedentes) del candidato o la candidata. Démosle un vistazo a cada uno de estos factores, esperanzado en que nadie venda su voto o lo entregue por razones familiares, amiguismo o sencillamente el nefasto “¿qué hay pa' mí?”.

Para comenzar, aunque la mayoría _si no todos_ de nuestros partidos políticos están desprestigiados, no hay duda de que la “línea del partido” orientará el voto _en plancha_ de aquella membrecía disciplinada y de aquellos que esperan resolver su situación económica obteniendo un nombramiento en el Municipio cuando su candidato gane. Por otro lado, muchos de los llamados candidatos independientes tienen vínculos reales con algún partido político y pueden estar “amarrados” a los intereses del colectivo. En todo caso, el no pertenecer a un partido político tampoco es garantía de una buena gestión futura.

Llegados al programa, aunque los antecedentes demuestren que el papel aguanta de todo y las promesas en política suelen ser solo cantos de sirena, los ciudadanos, al menos quien escribe, queremos ver en el programa del candidato el compromiso por cumplir con las metas del ODS 11 para hacer que nuestro municipio sea inclusivo, seguro, resiliente y sostenible; pues, cuando el nuevo alcalde o alcaldesa tome posesión en julio de 2024, tendrá cinco años para cumplir con estas metas.

En ese ámbito de las metas del ODS 11, hay cuatro asuntos _y estoy seguro de que me quedo corto_ que deben ocupar la atención inmediata de nuestro próximo burgomaestre, pues constituyen las principales causas de sufrimiento diario en nuestra capital.

El primer asunto para resolver es el del ordenamiento territorial. Aunque tenemos varias normativas en esa materia, estas no se cumplen, provocando que en nuestra ciudad, el crecimiento urbano sea anárquico, y sin planificación alguna. Este auge desordenado de construcciones desproporcionadamente inmensas para los barrios donde están ubicadas nos enferma. Afecta nuestra movilidad, el aire que respiramos, provoca tranques vehiculares, inundaciones, y accidentes.

Por otro lado, la basura se ha tomado la ciudad y la vemos acumulada por doquier, pues muchos ciudadanos la tiran irresponsablemente en las aceras, veredas, zaguanes, calles, quebradas, y después esperamos que vengan los de la Autoridad de Aseo _que alega no tener recursos_ y recojan todas las porquerías que arrojamos. Y como eso no ocurre con la frecuencia debida, sobre todo en los barrios menos favorecidos, la basura se acumula convirtiéndose en criadero de alimañas y fuente de enfermedades. Y sumemos a esta inmundicia las inundaciones al llegar las lluvias por el acumulo de desperdicios en los cauces de nuestros ríos.

Nuestros sistemas de transporte tampoco son seguros, asequibles y sostenibles para todos, lo que ocasiona una gran inseguridad vial, responsable por cerca de 15 mil accidentes de transporte cada año, la mayoría de ellos por colisiones, como consecuencia de la ausencia de planificación urbana, las calles en mal estado, el manejo desordenado, la falta de consideración y la no menos importante, ausencia de autoridades.

Igualmente difícil, si no imposible, es el acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad.

En relación con la hoja de vida del candidato o candidata, y subrayo de entrada la importancia de que posea una sólida formación que le otorgue la necesaria visión estratégica, capacidad gerencial y un liderazgo fuerte e integrador que sea capaz de escuchar, comunicarse con empatía, motivar, inspirar y unir a las personas, a fin de conformar un equipo altamente efectivo y conseguir la necesaria participación de la población en el quehacer de la municipalidad. ¡No puede ser un improvisado!

Finalmente, tan importante o más que las características señaladas, es la garantía de que nuestro seleccionado o seleccionada haya demostrado en su gestión previa los tres elementos obligados de la ética pública: probidad en el uso de los recursos públicos, equidad en sus modalidades de operación y eficiencia en su manejo, de manera que se logre el mayor impacto posible en el bienestar social, finalidad última del Estado.

Dicho lo anterior, será obligatorio para emitir nuestro voto hacernos las siguientes dos preguntas sobre el aspirante a alcalde o alcaldesa: ¿posee las competencias necesarias para gestionar con éxito la alcaldía?, y ¿han estado presentes la probidad, equidad y eficiencia en la gestión previa del candidato o la candidata?

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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