• 19/09/2014 02:00

Errónea percepción

Cualquier ciudadano panameño digno, con méritos, profesional, decente y responsable, jamás podrá optar por estos altos cargos

Con la proximidad de las vacantes que se darán a los cargos de contralor general de la República y procurador general de la Nación, es imprescindible que la sociedad civil se haga partícipe del mismo, es decir, que sea el censor primordial o fundamental para estas escogencias. Si bien es cierto que la Constitución Nacional exige una serie de requisitos para optar por estos cargos, tales como ser panameño, mayor de 35 años, no tener antecedentes penales, etc., también es cierto y que no podemos soslayar que el tiempo político, social y económico que vive nuestro Panamá y el mundo, nos exigen la incorporación de otros requisitos esenciales para el ejercicio de estos altos cargos y los mismos lo han definido con mucha insistencia los grupos de ciudadanos, tales como Alianza por la Justicia, la Iglesia Católica, el Colegio de Abogados, etc. Coincidimos plenamente con este punto de vista de estos grupos, ya que la ética, la moral, la trayectoria incólume y transparente y sobre todo la desvinculación de partidismo, compadrazgo o amiguismo con el Gobierno de turno, vendrán a ser el elemento catalizador que debe tomar en cuenta el presidente de la República, así como los diputados.

Nos parece una total distorsión, por decir lo menos, que los políticos en boga ahora se abroguen el derecho a pretender aspirar a estos altos cargos, por el simple hecho de pertenecer a un partido político, amparados por manipulaciones y jugarretas politiqueras, cuando ellos precisamente están llamados a llevar a cabo su profesión de políticos y nada más. ¿Como pretende un diputado, luego de ser escogido por el pueblo, querer ser contralor de la República? Esto sería una ofensa directa al pueblo que votó por él.

Por otro lado, hay que tomar en consideración que existen miles de profesionales graduados y por graduarse en nuestras universidades, con grandes méritos y alta preparación, pero que, por no ser políticos y no contar con el aval de la componenda politiquera actual, jamás podrán optar por cargos de esta envergadura, porque los mismos están reservados para los monosabios políticos. No podemos permitir que estos políticos sigan llevando las riendas de este país, por encima de los verdaderos rectores de la patria que somos la sociedad entera, una sociedad unida, enérgica, dinámica, que paga impuestos, y que sufre todos los desaciertos de estos superhombres políticos.

Es por ello que cada día vemos mayor deserción de estudiantes secundarios y universitarios, porque pensarán ‘¿para qué prepararte para servirle un día a tu patria, cuando es una verdad a gritos, que la mejor universidad es meterse en un partido político, conseguirte un buen padrino y así tener acceso a los niveles del poder político?’ .

Cualquier ciudadano panameño digno, con méritos, profesional, decente y responsable, jamás podrá optar por estos altos cargos, si no es ungido por el patrón de turno y ratificado por sus serviles lacayos todos ‘políticos’. Esto lo vivimos en carne propia desde que pretendimos optar por el cargo de defensor del Pueblo hace varios años.

Finalmente, se requiere una Constituyente originaria para acabar con esta sinvergüenzura, triste resabio de una dictadura militar.

ABOGADO

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