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- 06/08/2024 23:00
El abogado y la justicia
“La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia”, E Couture. En ocasión anterior escribí el artículo titulado “La noble y elevada misión de la abogacía”. En esta ocasión, a razón del Día del Abogado en Panamá (9 de agosto), día consagrado a honrar la egregia figura del que es considerado el padre de la nacionalidad panameña, Don Justo Arosemena Quesada, y en quien vemos como un ejemplo de virtudes ciudadanas que hoy es prudente imitarlas; nos avocamos a rendir tributo, al abogado y resaltar la alta y valiosa misión que desempeñan los profesionales del derecho en la sociedad.
Los abogados, como letrados y expertos en las leyes, transitan por los caminos del derecho, la ley y la justicia.
Previamente, se hace indispensable precisar que la abogacía es la actividad dirigida a la defensa de los derechos e intereses de otras personas ante autoridades y tribunales y el abogado es perito en el derecho que se dedica a defender en juicio los derechos de los litigantes, y también a dar dictamen sobre las cuestiones que se le consulten.
Al referirnos al abogado como profesional del derecho, versado en el conocimiento de las leyes, es necesario externar que el derecho es un “sistema de normas coercitivas que rigen la convivencia social”. Se trata, como anota R. Villegas de “un sistema o conjunto de normas que regulan la conducta humana, estatuyendo facultades, deberes y sanciones”.
La doctrina jurídica destaca que el derecho “tiende a regular conductas humanas, por medio de normas, buscando la realización de la justicia”. No hay duda, que la idea básica del derecho es la justicia y aparece ligada a la coexistencia, a la sociabilidad, el respeto de la persona en su dimensión trascendente.
El derecho tiene sentido para el hombre en la sociedad, ya que como dice Del Vecchio “no se concibe sociedad sin derecho, ni un derecho sin una sociedad humana”.
El derecho implica valores como la justicia, el orden, la seguridad, la paz, el bien común. Todos los actos de la vida diaria tienen trascendencia jurídica, siendo imprescindible un sistema normativo que indique las obligaciones, los derechos y obligaciones de las personas.
La justicia: “Constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”. Es el principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. “Es la virtud fundamental de la cual se derivan todas las demás virtudes, pues constituye el principio armónico ordenador de estas, el principio que determina el campo propio de acción de cada una de las demás virtudes, de la prudencia o sabiduría para el intelecto, de la fortaleza o valor para la voluntad y de la templanza para los apetitos y tendencias”.
Paulo VI, refiriéndose a la vocación del abogado dice: “Todo su arte, su ciencia están, en definitiva, al servicio de la justicia. Es el hombre que defiende y que, en la medida de sus posibilidades, hace que la justicia triunfe”. Lo que nos indica que los abogados no son meros intérpretes de la ley, sino luchadores de la justicia.
En síntesis, la palabra justicia se emplea en dos sentidos : a) como virtud universal comprensiva de todas las demás virtudes, B ) como criterio ideal del derecho y valor jurídico por excelencia.
La ley:. Es una norma jurídica expedida por la autoridad competente del Estado, que se debe cumplir de manera obligatoria con el fin de establecer los parámetros de conducta que permitan la convivencia pacífica en la sociedad.
La Constitución Política, la norma de normas, establece principios de cumplimiento obligatorio, la igualdad ante la ley y el mandato de que las autoridades están constituidas para hacerla cumplir.
En todo Estado de derecho rige el aforismo “Dura lex, sed lex”. (“La ley es dura, pero es la ley”), regla sagrada que rige para el bien de todos.
Una cuestión fundamental que rige la conducta de los abogados es la ética. Se debe recalcar que en sentido ontológico (el ser o razón de ser) del hombre, es la ética, que se define e identifica con lo bueno, lo honesto, lo justo y positivamente valioso. De allí que en la formación y desempeño del hombre de leyes se insista en la eticidad de su conducta.
El abogado debe buscar siempre la justicia, que es la finalidad del derecho, su actuación debe ser honesta y no puede utilizar medios ilegítimos. Tengamos siempre presente que el abogado debe proponerse un fin bueno en su actividad profesional.
Es imperativo en el abogado actuar con rectitud y probidad, La nombradía del abogado se mide por su talento y por su moral. El jurista Zanardelli nos enseñó el principio de probidad profesional, diciéndonos que el abogado debe tener “probidad de espíritu y nobleza de comportamiento”.
En este día reafirmo el principio que reza: “Ama siempre a la justicia como virtud y norte de tu profesión” y hagamos nuestro el mandamiento que dice: “Ten fe en el derecho como el mejor instrumento de la convivencia humana; en la justicia como destino normal del derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho , ni justicia, ni paz”.