• 14/02/2015 01:00

Don Bosco y "los pela´os de avenida Ancón"

Nosotros, los que íbamos creciendo en aquella comunidad allá por los años cincuenta, gozamos de un gran privilegio

1950 y... estamos en el año 2015. Con alegría y suma admiración vemos que Don Bosco nunca será olvidado. Él continuará siendo recordado y venerado por la mayoría de los panameños. ¡Bendito sea!

¿Saben?, en este espacio de opinión quiero decirles cómo conocimos ‘los pela’os de la avenida Ancón’ a Don Bosco.

Nosotros, los que íbamos creciendo en aquella comunidad allá por los años cincuenta, gozamos de un gran privilegio: el Oratorio Festivo Don Bosco. Allí, hicimos la primera comunión, participamos de los coros de la parroquia y celebramos las fiestas de la Iglesia Católica de la época. Todo esto guiados por los sacerdotes católicos y la sabiduría de la palabra amorosa de Don Bosco.

¡Qué fe la nuestra! Sencilla, espontánea, alegre, sincera. ¡Activa! Así era la fe los pela’os del Oratorio Festivo Don Bosco... ‘los pela’os de la avenida Ancón’.

El Oratorio fue cual sagrado aposento... una verdadera posada. Un lugar donde, sin darnos cuenta, nuestra fe nació, creció y se fortaleció compartiendo con familiares, vecinos, amigos y religiosos salesianos.

Además, el Oratorio Festivo Don Bosco fue lugar para divertirnos sanamente bajo la plataforma de nuestra Religión Católica. Así, los sábados, luego del catecismo, podíamos disfrutar de una buena película apropiada para nosotros.

Liguillas de fútbol y tropas de ’Boy Scouts’ entretenían a los varones no solo en el deporte, sino en las enseñanzas de sobrevivencia, primeros auxilios, etc.

Igual, existió la Banda de Cornetas y Tambores, y se desfilaba durante las Fiestas Patrias.

Por otro lado, grupos, como el del Corazón de María, Corazón de Jesús, María Auxiliadora, nos mantenían activos en la fe; ocupados en el bien. Siempre anhelando que llegaran los días de reuniones, para también dar un poco de nosotros mismos.

¡Ah!, y durante las Navidades, la familia Villanueva, vecina del lugar y colaboradora del Oratorio, nos organizaba para ser pastores y pastoras y visitar los nacimientos en los hogares cercanos. Sin embargo, recuerdo que nos íbamos hasta las conocidas ‘quíntuples’. Allá teníamos amigos de la parroquia, quienes nos esperaban con golosinas, pues sabían de nuestra visita. Venerando al Niño Dios con villancicos, toques de panderetas y castañuelas, pasábamos alegres. Todo esto el día 25 de Diciembre en la mañana. ¡Qué Navidades aquellas!

¡Bueno!, no cabe duda de que el Oratorio Festivo nos mantuvo felices con la Pedagogía amorosa de Don Bosco. Él fue ejemplo y amigo. Apoyo y guía para ‘los pela’os de la avenida Ancón de la época’.

Aún recuerdo el coro del himno a Don Bosco que dice: ‘Don Bosco te aclaman, cual Padre y Pastor, legiones de jóvenes con himnos de amor...’.

También vienen a mi memoria las familias vecinas: Peralta, Villanueva, Serrano, Murray, Valderrama, Sealey, Simons, Tuñón, Vásquez, Perdomo, Morales, Rodríguez y muchas otras...

Don Bosco estuvo presente en la vida de ‘los pela’os de la avenida Ancón’, pues el Oratorio Festivo quedaba justo en el centro de la comunidad, a donde... más tarde, llegaría la Escuela primaria Justo Arosemena. Y donde, luego en el tiempo, tuve el honor de laborar modestamente, como maestra de tercer grado.

Juntito al Oratorio estaba la Barbería del señor Peralta. Y un poquitito más allá, en la casa #50, (con la nueva nomenclatura, 13-100), en la misma mano de la barbería, estaba la tienda-abarrotería del amable amigo chiricano, don Calixto Serrano.

¡Oh Señor...!, que también Don Bosco nos bendiga... nos guarde la memoria y tenga presente a ‘los pela’os de la avenida Ancón’. Los de ayer, hoy... en fin, los de siempre.

¡Así sea!

*EDUCADORA JUBILADA, COMUNICADORA SOCIAL-RADIO, PREMIO NACIONAL UNICEF DE PRENSA RADIO, EDUCADORA-IA-SUB- PARA LAS ESCUELAS PÚBLICAS DE SEATTLE, WA. EE. UU.

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