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- 25/11/2022 00:00
El Día del Servidor Judicial
“Se puede soñar, crear, diseñar y construir el lugar más bonito del mundo…, pero son las personas quienes tienen que hacer realidad ese sueño”, Walt Disney.
Por eso, quiero resaltar la gran importancia de esta celebración del Día del Servidor Judicial, que lo es el tercer domingo del mes de noviembre, de acuerdo con el artículo 5 del Código Judicial; lo cual el Consejo Administración de la Carrera Judicial dispuso la realización de este sencillo, pero muy significativo acto de homenaje a todos los que formamos parte de esta gran familia judicial.
Por esa razón, lo primero y necesario a exaltar es el gran esfuerzo que, día a día, realiza cada uno de los miembros de esta institución por cumplir fielmente con la visión y misión que nos impone ser parte de un Órgano del Estado encargado de la más noble y digna de las funciones, como lo es la administración de justicia.
Si hay algo que no puede ignorarse en estos tiempos tan difíciles, cuando el país se encuentra superando la pandemia y se enfrenta a otros complejos problemas sociales, es que los servidores judiciales no solo se esfuerzan por cumplir la tarea de administrar justicia, sino que lo hacen con tal dedicación, esmero y responsabilidad que podemos decir, con orgullo, que pronto alcanzaremos los más altos estándares de calidad y transparencia que merece nuestra sociedad.
Es por eso que el CACJ reconoce que el mayor y más valioso recurso que posee la institución es su recurso humano, lleno de talento y de amor al servicio público.
Es esta la ocasión propicia para reconocer a un grupo representativo de ese gran talento humano que poseemos, rindiendo homenaje a las personas de cada jurisdicción que han sido seleccionadas, porque son ustedes, con su trabajo lleno de mística y responsabilidad, que han logrado dejar huellas en nuestra institución, contribuyendo cada uno de ustedes desde la función que realizan al fortalecimiento de nuestro sistema judicial; y son la muestra más fiel de lo que ya dijimos, que en el Órgano Judicial lo que sobra es personal con ganas de hacer las cosas bien y orgulloso de ser funcionario judicial.
Hoy, todos debemos vernos reflejados en estos compañeros y continuar trabajando con la esperanza de que vengan mejores días, no solo para la justicia, sino también para la democracia de nuestro país, convencidos de que con nuestro trabajo también contribuimos a hacer una mejor sociedad.
En otro orden de ideas, quiero señalar que nunca estaré de acuerdo que los colaboradores de la administración de justicia, no importa el rango, jerarquía o cargo, desde el juez de Llano Tugrí hasta un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, pero sobre todo aquellos que han estado por muchos años, salgan de la institución sin que se les haga un reconocimiento público, y en esta ocasión esa forma de pensar nuestra nos hace realizar un reconocimiento público al magistrado José Ayú Prado Canals.
El magistrado Ayú Prado, luego de 10 años en el Órgano Judicial, puedo decir que fue una pieza clave para que entrara en vigencia el SPA en el 1er y en el 3er Distrito Judicial, apoyó la vigencia, se realizó un procedimiento de selección y nombramiento de múltiples funcionarios que no fueron designados de a dedo, por el contrario, salvo los funcionarios que han ganado su cargo por concurso, los funcionarios seleccionados pasaron por un filtro y procedimiento con mayor exigencia y estándar que cualquier otro funcionario judicial de las otras jurisdicciones o escogidos posteriormente, pues hubo entrevista y votaciones con número calificado necesario de votos.
En mi paso por la Corte Suprema de Justicia, tuve la oportunidad de convivir profesionalmente con el magistrado Ayú Prado, compartimos muchos Plenos donde hubo mucho debate académico, discrepancias de conceptos y pensamientos jurídicos, que permitieron enriquecernos unos con otros, en el continúo intercambio de ideas.
Además, es justo señalar que el magistrado homenajeado, ingresó al Ministerio Público desde su época estudiantil y allí tuvo una trayectoria de crecimiento combinado de diversas pruebas hasta convertirse en procurador general de la Nación, por lo que debe destacarse ese recorrido institucional.
Con este acto, le estamos manifestando al magistrado Ayú Prado un reconocimiento digno, ahora como servidor judicial, lo cual conviene destacar que compartimos momentos difíciles y momentos cordiales en la Corte Suprema de Justicia. Y es justo reconocer como uno de los altos dignatarios de la administración de justicia al culminar su periodo constitucional, y esto hace realidad que las personas que vamos pasando por la institución de manera continua, y el legado que dejamos en ella, es haberle brindado con sentido de pertenecía parte de nuestros mejores años de vida, pero con un trabajo digno y con sentido de pertenecía institucional.
Por lo tanto, no está de más señalar que, con este acto, materializamos nuestra perenne gratitud por la labor desplegada en la institución que le recibió, y a la que el magistrado Ayú Prado le brindó sus mejores esfuerzos y proyectos, para el cumplimento de los objetivos y visión institucional; para la institución que tiene como finalidad brindarle a la ciudadanía panameña la convivencia pacífica y armónica, que es el fin primordial de esta Administración de Justicia.
Compañeros funcionarios, la noble y fundamental tarea que ustedes han realizado, realizan y seguirán realizando es digna de admirar y reconocer, porque es una tarea crucial en el Estado social de derecho; es por ello que el Consejo de Administración de la Carrera Judicial no puede pasar por alto esta fecha, y dejar de homenajear la labor de todos ustedes y de todos los miembros de nuestras instituciones que han consagrado sus mejores cualidades y esfuerzos a la administración de justicia; ser un servidor judicial es experimentar un sentimiento social invaluable en toda sociedad civilizada, son ustedes los que nos permiten vivir en un Estado social de derecho, porque la tarea esencial de administrar justicia es una de las labores más difíciles e ilustres, que muchos de nosotros hemos ejercido no con la tecnología del día de hoy, sino con máquinas como Olimpia y Olivetti, ¿las recuerdan?, por eso es justo reconocer, en una fecha como la de hoy, ese sentido de pertenencia hacia nuestra institución de todos ustedes, a pesar de los obstáculos que han pasado, y que nunca los hizo desmayar en su loable labor que usurpamos de Dios, que es la de juzgar a nuestro semejantes en la Tierra.
Para finalizar, me gustaría dejarles una reflexión: ¿qué sería de nuestra institución sin el compromiso de las personas que trabajamos en ella?