El desarrollo organizacional y la pospandemia

La emergencia sanitaria que provocó a escala global la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, no dejó escapar ningún ámbito del quehacer humano sin modificarlo o perturbarlo de manera sorpresiva. Nadie ni nada prácticamente en el mundo, estaba preparado para enfrentar el sinnúmero de restricciones que la cuarentena y el confinamiento obligaron a adoptar.

La producción de bienes y servicios y el comercio en general, recibieron golpes muy contundentes en sus actividades, de los que todavía muchas empresas dedicadas a ellos y que fueron capaces de sobrevivir, se encuentran en fase de ajuste y recuperación. Todas las empresas se vieron en la necesidad urgente, de algún modo, de incorporar cambios en sus procesos productivos o de comercialización que no estaban previstos y otras tuvieron que acelerar esos cambios, para adaptarse con rapidez a las nuevas realidades que les imponía la pandemia.

Hoy muchos de los cambios que fueron motivados por la crisis sanitaria están desapareciendo, otros se siguen manteniendo como consecuencia de la crisis económica que aún se vive y otros muchos se van a mantener más tiempo, por estar relacionados con las nuevas formas de comportarse y de trabajar dentro de los entornos laborales.

No hay duda alguna de que las empresas que mejor sobrevivieron o resistieron los efectos de la pandemia han sido las que desarrollaron un modelo de negocio más productivo y competitivo y mucho más capaz de usar la innovación y la tecnología en su beneficio. Han sido, en definitiva, más eficientes a la hora de ajustar sus procesos organizacionales a las nuevas realidades, donde la prioridad por la sostenibilidad empresarial va de la mano, con la capacidad para enfrentar cambios en la producción y comercialización, así como en la preparación ante imprevistos como la pandemia del coronavirus.

En esta fase de pospandemia se observa la casi inexistencia de esfuerzos gubernamentales para priorizar, por un lado, el impulso a las inversiones en infraestructuras digitales, que la crisis sanitaria demostró necesarias, y por el otro, la falta de un plan o programa para identificar los sectores económicos más impactados por esta crisis y las empresas que más sufrieron directamente los rigores de las restricciones y el confinamiento, entre ellas las vinculadas al turismo, al transporte, al comercio; y que indudablemente necesitan, sobre todo ahora, el apoyo necesario para realizar inversiones que les permitan recuperarse con mayor rapidez.