• 09/08/2016 02:03

Un continente en crisis

Yo al menos, crecí convencido de que el mejor sistema de Gobierno era la democracia

Yo al menos, crecí convencido de que el mejor sistema de Gobierno era la democracia. Para mí el mundo tenía, en aquellos años, dos sistemas: democracia y capitalismo por un lado y comunismo por el otro. Desde el punto de vista romántico, el comunismo era lo ideal, todos compartían lo que había, en teoría no había diferencias de clases y la distribución de riquezas era más equitativa que en el capitalismo.

El comunismo tenía en la Unión Soviética su modelo y enfrentaba a los Estados Unidos, líder del capitalismo, además de su sistema democrático de Gobierno. El respeto a los derechos humanos, las libertades de reunión, de expresión, de asociación, todo eso negado en el comunismo. Cae la Unión Soviética en los finales de los ochenta y surgen entonces, con fuerza, corrientes europeas como la socialdemocracia, la democracia cristiana, el liberalismo, etc.

Pero, el capitalismo y la democracia bajo el esquema norteamericano, lejos del sistema real y el parlamentario de la Europa histórica, busca ser el ejemplo para nuestro continente. Un solo país de acá, Cuba, queda en el comunismo y luego en el socialismo. Pero el capitalismo casado con nuestras democracias traía un germen que nadie detectó al principio: la corrupción.

La ambición de los políticos, su afán de enriquecer, los lleva poco a poco a corromper el sistema para luego, al descubrir que se hacía más dinero desde el Gobierno, corromper los sistemas electorales y buscar a toda costa el poder.

Hoy, América Latina, tras pasar por corrupción democrática, dictaduras supuestamente para corregir y luego corromperse ellas, retorno a las democracias, está en crisis. Se ha llegado a extremos de la corrupción y finalmente ha empezado una ola para tratar de enderezar el rumbo. En los últimos años se han arrestado expresidentes y exministros en más de 10 países, hoy siguen en prisión el expresidente y la exvicepresidenta de Guatemala, separada e investigada la presidenta de Brasil, investigada la expresidenta de Argentina, el Gabinete casi completo, incluyendo al expresidente Martinelli, en nuestro país, etc.

Sin querer analizar los países del continente, concentrémonos en nuestro Panamá. No dudo que el panameño cree a pies juntillas que quien llega a un cargo busca enriquecerse. Por lo general las mejores casas de los pueblos son de un ex o actual representante, los exministros en su mayoría ostentan riquezas y qué decir de los expresidentes. Pero todo llega a rebasar el vaso, y le tocó al Gobierno de Martinelli ser la gota que excedió la paciencia y aceptación popular. Hay un deseo de todo un pueblo de que se investigue y castigue a los que dilapidaron las arcas del Estado, el que menos quiere acepta que sigan libres, pero que devuelvan lo robado.

Lo malo es que el Gobierno actual, encargado de limpiar el pasado, a su paso está dejando la impresión de que sigue lo mismo, aunque a menos escala. Casi todos a los que les hablo me dicen ‘esto es más de lo mismo '. Desapareció el PAN y apareció su reemplazo, igualito que ayer. Las partidas a diputados siguen, (477 millones en el Gobierno pasado sin investigarse). El presidente, envuelto en su cercanía a la iglesia, donde ya algunos dicen que la pareja presidencial es ‘groupie ' del papa, parece distante de los casos de corrupción que empiezan a aflorar en el mundo del rumor en la AMP, Tocumen, Miviot, Caja del Seguro Social, etc.

Las propias investigaciones de los funcionarios pasados no han satisfecho al pueblo, muchas deficiencias, muchas contradicciones. Finmeccanica al final parece un chiste, los hospitales y Minsa-Capsi siguen igual, el complejo hospitalario se continuó tras denuncias desechadas, el nuevo Palacio de Convenciones sigue, igual que la cadena de frío y tantas obras que fueron cuestionadas. Riegos de Tonosí ahora lo van a continuar, tras hacer un espectáculo de la corrupción que tenía de ejecución.

Nuestra democracia está totalmente desprestigiada. La Asamblea Nacional, con la imagen en el piso, peor hoy día que la imagen de la Corte Suprema de Justicia. Nepotismo, viajes sin explicación, contratos directos, falta de medicinas, falta de insumos en hospitales, transporte deficiente, falta de agua en muchos lugares, calles y carreteras en estado deplorable, no hay realmente una visión de que todo se va a arreglar, que pronto tendremos mejores tiempos para las clases necesitadas. Y los partidos políticos no son esperanza, no aparece el líder que proyecte los cambios necesarios, solo, después del 2019, más de lo mismo.

ANALISTA POLÍTICO.

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