• 16/07/2024 15:10

Colonialidad del poder y del saber, pura y dura

[...] no he visto ni un solo programa televisivo lleno de supuestos “analistas políticos”, ni mucho menos en notas noticiosas de denuncias, martillando sobre la evasión de impuestos de un sinnúmero de empresarios con poder [...]

En diversos escritos de finales de la década de 1950 e inicios de la siguiente, el psiquiatra y antropólogo Martiniqueño Frantz Fanon, describió y explicó cómo era que los colonos franceses, imponían sus modos de control violentos sobre los colonizados argelinos, de una forma tal que estos la copiaron, pero rara vez la ejercieron contra sus opresores europeos. En contraste, dicha conducta fue ejercida en sus relaciones con sus pares nacionales - que coincidía con su misma etnia-sus homólogos de clase social ... sus mujeres y niños. En este sistema racializado colonial (dominación creando diferenciaciones de etnias), se trataba de respetar, o asignarle valor y dignidad, a los colonizadores europeos en contraste con la subvaloración asignada a las distintas expresiones sociales y étnicas de la sociedad argelina.

Más recientemente, el premio Nobel de Lingüística, analista político y profesor de la Universidad de Massachusetts, el Dr. Noam Chomsky, suele afirmar que las élites o grupos que controlan el poder se sienten tranquilas cuando logran que las poblaciones bajo su explotación y opresión tienen como objeto de sus críticas y acciones de protesta a los gobiernos y no a ellos, aun cuando tales gobiernos estén a su servicio. Esta conducta, por supuesto, ha sido debidamente cultivada a través de los medios de comunicación y escolares, sobre las cuales dichas élites económica-políticas tienen enorme influencia y control.

En efecto, los colonos europeos y anglonorteamericanos han logrado imponer un dominio epistemológico, un dominio de lo que es capaz de conocerse, razonarse por cuál tipo de grupo social y por tanto considerarse como solución válida. Algunos filósofos y científicos sociales destacados como Dusell, Hinkelamert o los hermanos Bautista Segales, le denominan colonialidad del saber, por cuanto nos mantiene reproduciendo los lazos de sometimiento y subdesarrollo de parte de los grupos de poder de orden colonialista.

En el caso panameño, la lógica del pensamiento que reproduce las prácticas y actitudes que hacen viables la dominación colonial - o lo que es lo mismo, la colonialidad del saber - se expresan en que protestamos, atacamos, denunciamos a un tipo de corrupción; la que llevan a cabo los funcionarios/as, más aún si estos tienen orígenes sociales y étnicos de las agrupaciones históricamente sometidas en el sistema colonial. A quien tenga algo de pensamiento crítico, le resultaría sospechoso, que nunca se ha denunciado a autoridades salientes del gobierno anterior, como por ejemplo, un exdirectivo de Etesa - cuyo apellido nos sugiere origen de clase elitista y etnia anglo europea - con la dureza y escarnio al que se le ha sometido al exdirector general de esta misma empresa, el señor Mosquera, incurriendo ambos en lo que se está cuestionando. Lo mismo, con las denuncias hechas a otros “negritos” cuyos orígenes de clase no son de las élites del poder, como Carrasquilla (exalcalde), o Ávila (exdiputado), ¿coincidencia? En ciencia no caben las coincidencias. Y como decía mi madrina, si la ley es pareja no quema.

Los ataques suelen ser tales, que en el caso del exdiputado Leandro Ávila, que apela a la aplicación de la carrera administrativa de su institución de base, por aumento de unos mil dólares, esta suma, los acusadores la elevan a tal magnitud en el imaginario de la población, que se afirma que con ese monto se resolverían muchos problemas de la ciudadanía (¿en serio?). El razonamiento lleva a pensar que la corrupción viene amarrada a los que provienen de las clases y etnias subalternas. Que no quiere decir que no se haya incurrido en acciones de corrupción. El tema aquí es, que solamente se mira hacia quienes actúan de manera impropia, cuando pertenecen a las mismas clases y etnias sometidas por el sistema de dominación desde la colonia, reproduciéndolo (colonialidad).

En efecto, no he visto ni un solo programa televisivo lleno de supuestos “analistas políticos”, ni mucho menos en notas noticiosas de denuncias, martillando sobre la evasión de impuestos de un sinnúmero de empresarios con poder, que ya están alcanzando los siete (7) mil millones de dólares anuales. Si contrastamos la algarabía efectuada por las querellas contra políticos a nivel de gobiernos locales, con estas sumas verdaderamente alarmantes, dichas imputaciones a estas autoridades gubernamentales quedarían en el ridículo.

No obstante, lo que observamos es que se confirma que impera una colonialidad del poder y del saber pura y dura en nuestra sociedad panameña.

El autor es sociólogo, docente e investigador de la UP
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