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- 13/08/2020 00:00
En el Cincuentenario
La gestión de la pandemia ha generado diversas opiniones. Como es sabido, inicialmente de quienes han estado al frente de la crisis. Luego para la gradual apertura de actividades económicas, por bloque, y propuestas de aumentar la ayuda socioeconómica a la población más afectada. Repensar el pasado en esta coyuntura constituye un esfuerzo necesario para comprender cómo en momentos históricos cruciales se generó una idea de “comunidad nacional” y propuestas colectivas viables para los desafíos del porvenir. La conmemoración del Cincuentenario de la República, en 1953, sería un buen ejemplo. En ese contexto el debate público giró en torno a un valor retrospectivo: recordar los hechos de 1903, y otro prospectivo: promover relatos históricos y científicos sociales sobre Panamá, en definitiva, honrar el pasado con nuevas acciones. Reconocidos intelectuales invirtieron en esa reflexión y en fortalecer una imagen nacional. Al respecto, Isaías García expresó encontrarse “nada menos que ante un maravilloso despertar de la conciencia del panameño”. La prensa de la época reportó desde temas económicos como el fomento agropecuario de esos años hasta las letras. Referente a este tema, Ramón H. Jurado explicó el desplazamiento de “Panamá por y para el Canal”, por un interés de forjar una narrativa del país rural, ese espacio poco explorado: el interior de Panamá, se “palpó en el ambiente el deseo de nuestro campo, algo que es cariño benevolente por la geografía y los hombres que están más allá de la peripecia canalera: zona totalmente desconocida, aunque de alguna prominencia en los registros electorales”. La búsqueda del “Panamá profundo” para reforzar el imaginario nacional. Hoy, la reactivación económica de esta región debería contemplar un plan de desarrollo a largo plazo.
Con respecto a la población panameña, la demógrafa Carmen Miró alertó sobre las deficiencias del sistema sanitario, recomendó incrementar las unidades sanitarias para disminuir la mortalidad infantil y entre los adultos, las muertes por “malaria, parásitos intestinales y tuberculosis”, sugirió atender la vivienda para el mejoramiento de la salud personal, promover la medicina preventiva y ampliar la cobertura sanitaria. Esas reflexiones del Cincuentenario, aunque reconocían los avances educativos, apuntaron también a las tareas pendientes “no hay ni se ha ordenado un estudio completo y científico de la realidad nacional, con todos sus problemas ambientales y humanos, que pueda sugerir y permitir una planificación de nuestra vida colectiva, en cada uno y todos sus aspectos”, en su lugar se proponía un modelo educativo cónsono a las necesidades del país que garantizara una cultura plena.
El aporte de la generación de 1953 consistió en una meritoria labor interdisciplinaria sobre cómo estaba el país, su historia, de dónde viene y hacia dónde se dirigía. Es decir, una agenda que articuló pasado, presente y formas de imaginar el “futuro”. A pesar de las casi siete décadas transcurridas desde ese “despertar de la conciencia del panameño”, sería oportuno retomar esas propuestas del Cincuentenario. La crisis sanitaria, social y económica actual lo demanda, y la proximidad del Bicentenario de la Independencia, en 2021, constituye un decisivo momento para diseñar los cien años venideros y proponer un proyecto que debería priorizar en: educación, salud e investigación, sostenibilidad ambiental, distribución de las riquezas con equidad y consolidar la institucionalidad democrática.
Si bien esos ilustres panameños contribuyeron con sus reflexiones para un Panamá que, según el censo de 1950, no alcanzaba el millón de habitantes, sin el uso soberano de su posición geográfica y los cambios tecnológicos de nuestro tiempo, el presente invita a su relectura que no es más que crear una hoja de ruta para dar solución a viejas prioridades, visibles ante la pandemia. Repensar ese esfuerzo colectivo de 1953 requiere, adicionalmente, atender la interdependencia actual y el relato mundial del siglo XXI.