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- 29/10/2023 00:00
En el centenario de Türkiye
Hoy 29 de octubre, la República de Türkiye conmemora 100 años de haberse constituido como nación libre, soberana e independiente, aboliendo así el imperio otomano, que por 600 años había controlado tres continentes.
Su origen se traza en las llanuras de la península de Anatolia que presenció cómo en el siglo XIII tribus nómadas turcas se asentaron allí huyendo de los mongoles. Osman I, dirigente de una de estas tribus, se destacó y a él se le atribuye la fundación del imperio, de allí que se llame “Osmanli”, que en turco significa “de Osman”. Perseguía construir un estado que reflejara la grandeza del Islam.
Su expansión fue vertiginosa en Anatolia y los Balcanes. Los otomanos, que eran muy astutos y gozaban de tácticas innovadoras, derrotaron a los bizantinos en 1453, tomando por asalto Constantinopla en una maniobra audaz y avanzada para sus tiempos, que se consideraba la “joya del mundo”, bajo el mando de Mehmed II, El Conquistador. Esa ciudad se llamó desde entonces Estambul y se convirtió en el corazón del imperio, un crisol de culturas y un puente entre Oriente y Occidente.
El apogeo del imperio fue durante el siglo XVI, con sultanes entre los que destacan Solimán el Magnífico. Se expandió territorialmente, llegando hasta las puertas de Austria, en Europa, las costas de Yemen, en Arabia y las montañas del Atlas en África. Durante esta etapa la cultura y las artes florecieron. Todavía hoy brillan con luz propia las mezquitas, palacios y bibliotecas en Estambul y los poetas, filósofos y científicos otomanos imprimieron un renacimiento islámico.
Su decadencia empezó en los siglos XVII y XVIII, mientras las potencias europeas se fortalecían y problemas internos como la corrupción y conflictos de poder iban minando su estabilidad. En el siglo XIX, cuando se le apodaba “el hombre enfermo de Europa”, se intentó modernizar, pero ya iba en aumento su debilidad, que fue aprovechada por grupos que tuvieron la visión de crear un estado moderno, liderizado por Mustafá Kemal Atatürk, a quienes los ciudadanos de estas tierras euroasiáticas veneran como el padre de la patria.
Atatürk estuvo al frente de la fundación de la República y tuvo que, prácticamente, reinventarla en todos los sentidos: estableció instituciones modernas, adoptó el alfabeto latino, fue un visionario en todo sentido.
Sin embargo, su legado persiste. El moderno estado turco, fundado por Mustafa Kemal Atatürk, es heredero de su rica historia. Los ecos del Imperio Otomano resuenan en la arquitectura, la música, la gastronomía y, sobre todo, en la memoria colectiva de aquellos que una vez vivieron bajo su sombra.