• 13/06/2020 00:00

El castigado turismo del interior

El turismo interno, rural, de naturaleza, alternativo, de proximidad, debería ser el primero en activarse. Para eso hay que cumplir una agenda pendiente durante años.

El turismo interno, rural, de naturaleza, alternativo, de proximidad, debería ser el primero en activarse. Para eso hay que cumplir una agenda pendiente durante años. Señalizar las rutas de los proyectos que jamás se han hecho, localizar virtualmente en mapas interactivos con sus contactos y servicios, como actualmente está manejando la plataforma el Minsa con la situación de la COVID-19, iniciar desde ya una campaña de promoción del interior, sus atractivos, espacios privilegiados para relajarse, descansar e interactuar con la naturaleza, ideal luego de esta cuarentena.

Hay que actuar junto al turismo del país interior, preparándonos para la recuperación.

El turismo exterior el de sol y playa, el urbano, de ciudad, de compras, el masivo de convenciones etc., demorará mucho más, dependiendo de cientos de factores que no podemos prever ni controlar ni aquí ni en el mundo, por algo debemos empezar, prepararnos para el renacimiento.

Vamos a apoyar desde ya al turismo interno, para que la población de cercanía se relaje de la crisis que padecemos, y se recupere psicológica y espiritualmente de este período de mucho estrés, pérdida, tensión y encierro.

Se tiene que apoyar financieramente y acompañar a pequeñas y medianas empresas de emprendedores de turismo rural y de naturaleza para salvar sus emprendimientos, no es muy costoso y permea al entorno de los pobladores y las comunidades campesinas y locales. No se demoren, porque se encontrarán con cientos de pequeños proyectos quebrados. Es una urgente necesidad. No lleguen tarde con la tímida solución. Los hoteles, líneas aéreas y grandes proyectos se demorarán en arrancar mundialmente. El turismo interno es el que primero emergerá de sus cenizas, activando las economías de las provincias, salvarlo y reactivarlo no requiere de muchos millones y si se demoran pueden encontrar un escenario tardío. Estos pequeños y medianos proyectos no tienen mucho tiempo de espera. Actuar no es difícil para salvar este sector.

En estos momentos es la oportunidad de reinventarnos, fortalecernos para el gran momento de regresar.

El turismo rural y sus emprendimientos no tienen muchos ahorros para superar esta crisis. Hay que lograr apoyos y préstamos a largo plazo con bajos intereses para cruzar este largo puente sin final. Salvar el turismo del país interior no es caro, pero sí pone a circular liquidez a las poblaciones. Y los organismos internacionales están dando en otros países dinero para rescatar a este sector. Yo, que soy apasionado del turismo rural y el agroturismo en Iberoamérica y presido actualmente el Instituto Iberoamericano de Turismo Rural (Iberoatur), con sede en España, en pocos meses todos entraremos en crisis. Hay que mantener nuestros viveros, nuestros animales, áreas verdes y de producción, el mantenimiento de infraestructuras, etc. No podemos cerrar totalmente. Ese es nuestro drama, tenemos que seguir cubriendo el costo de mantener nuestros proyectos vivos sin que pueda entrar ni un solo visitante.

No tiene lógica numérica ni territorial. El sentido común y el conocimiento del comportamiento del entorno natural y los espacios abiertos frente a los espacios cerrados urbanos con los muchos y pocos aforos apuntan a que el turismo rural o el del país interior pueden abrir antes. Ecoturismo, agroturismo, hostales rurales, etc. Fíjense en Costa Rica, Uruguay, Colombia, Guatemala, España, etc. Corrijamos, porque el turismo urbano y grandes hoteles no pueden abrir al mismo tiempo que el turismo pequeño de montaña o mar.

Corrijan ese error antes de que el turismo del interior rural quiebre y se pierdan los sueños y el sacrificio de sus emprendedores por años.

Hay gato encerrado, al ignorar que en toda Iberoamérica están considerando priorizar el turismo interno en las ruralidades de montaña y campo. Más espacios y naturaleza de mar o montaña con aforos medianos, con protocolos más coherentes. Sentido común y capacidad de analizar escenarios diametralmente opuestos en capacidad de riesgo. Gato encerrado para favorecer a los grandes hoteles urbanos en detrimento de los patrimonios rurales. Lamentable tanta improvisación y falta de cultura turística sin análisis profundo.

Las autoridades saben que, en las provincias, donde menos infectados hay, están el turismo rural, el ecoturismo, etc. El aforo es bajo y las distancias son prudentes, rodeados de naturaleza. La prudencia y el sentido común en el mundo ya autorizó la apertura del turismo de naturaleza y rural. Presionen para que entren en razón, que la fase es ya. Con 20 o 30 de aforo se salvan de la quiebra y permean beneficios a los poblados del interior.

Los que hemos invertido en el turismo del interior, playas o montañas no podemos morir por falta de liquidez para pasar este desierto. El dinero para inyectar a nuestro sector nos pertenece como emprendedores panameños. Que no se vayan a las manos de unos pocos depende de que luchemos todos por todos. Hay que ser como el tábano. No bajemos la guardia, No cometamos más errores. El país interior los está esperando.

Distrito Omar Torrijos Herrera.
Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones