• 05/08/2011 02:00

El retorno del Balboa

PERIODISTA. En un evento de significativa trascendencia, el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco Nacional de Panamá, iniciaron ...

PERIODISTA

En un evento de significativa trascendencia, el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco Nacional de Panamá, iniciaron el lanzamiento de 40 millones de la recién acuñada moneda de un Balboa, moneda oficial de Panamá, iniciativa que tiene plena justificación económica y llena un vacío de orden nacionalista.

Como quiera que el Balboa es desconocido por la gran mayoría de los panameños, hurgamos en los anales históricos del mismo y encontramos detalles interesantes que compartimos con los lectores, ya que esa historia comienza a revivirse con el retorno de nuestra moneda.

El Balboa como moneda oficial de Panamá, se remonta a 1904, porque, según datos suministrados por el Banco Nacional de Panamá, fue entonces cuando la República de Panamá desarrolló su primera moneda nacional. El 28 de junio de ese año, la Asamblea Nacional promulgó la Ley 84, que creó un sistema monetario decimal y autorizó la puesta en circulación de tres millones de balboas en monedas de plata. Se inició así la forma operativa del sistema monetario panameño y la reafirmación de una disciplina monetaria que ha garantizado una estabilidad monetaria en el país a lo largo de su historia como república independiente.

Desde 1904 hasta 1985, se han emitido monedas de 01, 05, 0.10, 0.25, 0.50 centavos, así como monedas de B/.1.00, B/.5.00, B/.10.00, pero en cantidades muy pequeñas que forman parte de la colección del Banco Nacional y, sin duda alguna, en algunos privadas. Arnulfo Arias, Mireya Moscoso y Omar Torrijos emitieron, en su momento, dinero donde aparecían impresos sus rostros, dejando sentada su vigencia como administradores del país, más no como una actividad rentable. La actual administración hizo rentable la acuñación y, al mismo tiempo, allanó el camino para que retornara al suelo patrio nuestra moneda: el Balboa.

Según el BNP, la paridad entre el dólar estadounidense y el Balboa, se dio debido a que la Zona del Canal de Panamá fue estructurada estratégicamente como un área política diferente a nuestra República, pero no se establecieron inicialmente restricciones de entrada y salida de la misma y el gobierno de USA determinó que la cooperación económica y política entre ambas naciones era casi obligatoria para garantizar la culminación y posterior operación del Canal. Pasada aquella etapa, debemos destacar que el dólar, que seguirá circulando como moneda de curso legal en nuestro territorio en paridad del recién acuñado Balboa, conlleva un costo adicional a su valor intrínseco. Cuando los dólares se deterioran, Panamá tiene que devolverlos a la Reserva de Estados Unidos y su transporte es de aproximadamente un millón en fletes y seguros. Por otro lado, cuando se importan monedas estadounidenses, el señoreaje se lo gana ese país, no el nuestro.

La Casa Real de la Moneda de Canadá, donde se acuñan las monedas panameñas desde hace más de 20 años, garantiza una durabilidad mínima de dos décadas, lo que evitará, en gran medida, la descomposición de los dólares que actualmente circulan localmente y consecuentemente, nos evita su reenvío a USA con la frecuencia y costo que lo hacemos hoy día.

Situaciones como esa motivaron la fabricación de los Balboas, lo que demandó una inversión de 9.9 millones de dólares, pero de su acuñación obtendremos una ganancia de aproximadamente 30 millones en concepto de señoreaje, que es la utilidad generada por la diferencia entre el costo de una nueva moneda y su valor facial, que es más del 75% del valor de la nueva moneda que comenzará a circular en todo el territorio nacional.

Entre los beneficios tangibles inmediatos, podemos mencionar que esos B/.30 millones de utilidad por señoreaje, se sumarán a los ingresos que el gobierno invierte en proyectos sociales y al mismo tiempo, refuerza el nacionalismo panameño, poniendo en circulación nuestra moneda oficial, el Balboa, que muchos conocen sólo por referencia.

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