Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
La semana pasada escribí sobre la omisión de los alimentos ultraprocesados en la discusión dentro del comité de guías alimentarias para el 2025. Y, sin duda, al considerar los efectos de los alimentos ultraprocesados, las autoridades de salud deberían ocuparse más y prestar mayor atención a los resultados de lo que considero el estudio más importante jamás realizado para explicar el aumento de peso: el ensayo clínico controlado de dietas ultraprocesadas versus procesadas, realizado en el National Institute of Health (NIH) en 2019 (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1550413119302487?lctg=83470841).
Este estudio es importante por cuatro razones:
1. Las dietas ultraprocesadas y mínimamente procesadas se combinaron en cuanto a nutrientes y palatabilidad; los sujetos del estudio no podían decir cuál era cuál.
2. Los sujetos del estudio estaban encarcelados en una sala metabólica; no podían mentir ni engañar sobre lo que comían.
3. Los investigadores intentaban refutar la idea de que los alimentos ultraprocesados tuvieran algo especial.
4. Los resultados fueron inequívocos; los sujetos comieron 500 calorías más con las dietas ultraprocesadas; ésta es una diferencia enorme; los estudios rara vez muestran algo como esto.
Es catastrófico que después de su publicación, el comité de guías alimentarias recibió instrucciones de ignorar este estudio porque solo duró cuatro semanas. Esto de verdad es una broma de mal gusto, pero no la única. Después de darse a conocer los resultados del estudio, los líderes del NIH propusieron cerrar la única unidad de investigación metabólica en su sede en Bethesda, Maryland. La unidad tenía una cocina para preparar y medir comidas, habitaciones privadas donde las personas podían pasar la noche durante períodos prolongados, así como personal de investigación capacitado, incluidas enfermeras que impedían que las personas comieran alimentos a deshoras y de contrabando que podrían alterar los resultados del estudio.
El estudio de 2019 fue el primero en demostrar una relación de causa y efecto entre los alimentos ultraprocesados y el aumento de peso. Los investigadores diseñaron dos dietas que tenían los mismos niveles de calorías, carbohidratos, grasas y proteínas. La única diferencia significativa fue si los alimentos no eran procesados o se consideraban ultraprocesados. Las ensaladas de espinacas con pollo, manzanas y aderezo casero fueron designadas como las primeras; alimentos como los raviolis enlatados y el pan blanco fueron los últimos. Los participantes no tenían problemas de salud subyacentes y fueron asignados aleatoriamente a una de las dietas durante la primera mitad del estudio y a la otra durante la segunda mitad. El estudio duró un mes y los niveles de ejercicio se mantuvieron constantes.
Los resultados fueron un gran avance: aquellos que seguían una dieta de alimentos ultraprocesados consumían en promedio 500 calorías más cada día, lo que provocaba un aumento de peso, en comparación con aquellos que consumían alimentos no procesados, que perdieron peso en promedio. Investigaciones anteriores que analizaron esta pregunta habían demostrado que los alimentos procesados estaban asociados con el aumento de peso, pero este estudio demostró definitivamente que los alimentos procesados causaban aumento de peso.
El cierre de la unidad de investigación metabólica provocó el rechazo de la comunidad científica. En una carta dirigida a los dirigentes del NIH, la Sociedad Estadounidense de Nutrición y la Sociedad de Obesidad argumentaron que el cierre pondría en peligro importantes investigaciones. El año anterior, el NIH había invertido $1,8 millones en investigación sobre nutrición y el Servicio de Investigación Agrícola del USDA unos $8 millones. La ciencia de la nutrición se había convertido en una prioridad y las agencias estaban apostando a los estudios de nutrición altamente controlados.
¿Qué ocurrió? ¿Por qué el NIH cerró su unidad metabólica? ¿Por qué estas agencias han abandonado su interés en ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la dieta, que son las principales causas de muerte y discapacidad? Tres cuartas partes de los adultos tienen sobrepeso. El público necesita ayuda. ¿No debería ser la investigación sobre enfermedades crónicas una prioridad global importante? ¿No deberían los NIH, USDA, FDA, Minsa y MIDA del mundo hacer todo lo posible para responder preguntas sobre los alimentos ultraprocesados? La inversión en investigación para estudios de alimentación podría proporcionar las respuestas que todos necesitamos.
Tanto la decisión del NIH como la posición del comité de guías alimentarias son muy preocupantes. Demuestra que existe una mano peluda y un ser malvado que toma decisiones, sin importar las consecuencias. Los efectos de los patrones dietéticos de los alimentos ultraprocesados coinciden con criterios de densidad energética, punto bliss y adicciones, pruebas de que algo muy perjudicial existe con estos productos. Es urgente que el comité de las guías alimentarias tome en cuenta esa investigación y el NIH insista en abrir su unidad metabólica. Y que todos acepten y apoyen con entusiasmo dichos resultados.