• 21/09/2021 00:00

Nuestra política amnésica

“Pero ¿por qué no aprendemos? ¿A qué se debe nuestra pésima memoria política social? […] ¿O será que, cuando la realidad social se nos vuelve muy cruda o plácida, preferimos simplemente olvidar? ...”

La “mala memoria” parece un rasgo común en tres tipos de individuos: gente distraída, perdedores y pésimos políticos.

Hace apenas un par de administraciones atrás, el país tuvo la oportunidad inédita de romper el bipartidismo. En aquel entonces, surgió una tercera fuerza del clamor generalizado, y el pueblo votó por un cambio. ¿Pero en qué quedó el cambio?, en más de lo mismo. Entiéndase, el círculo vicioso predilecto de nuestra política criolla: escándalos-corrupción y corrupción-escándalos. Ciclo que, como siempre, fue depuesto, gracias al fastidio generalizado de las masas. ¿Qué les pasó al cambio y a su oportunidad histórica?, se les olvidó todo.

Por otro lado, hace apenas una administración, Panamá tuvo la oportunidad de hacer justicia a los más altos niveles del poder político nacional. Sin embargo, en el transcurso se confundieron dos términos: justicia y venganza. A la fecha, todavía nos seguimos preguntando ¿dónde está el dinero devuelto, y quién quedó preso? Tal parece que el arnulfismo se olvidó también de su gran oportunidad, para escribir un acontecimiento inédito en las páginas de la historia dorada panameña. ¿Qué les pasa a nuestros políticos? ¿Será que pierden la brújula, o más bien, jamás la tuvieron? Esto parece un dato recurrente, crónico y progresivo en nuestro país. De hecho, la fuerza política independiente que hizo “la gran diferencia” en las elecciones pasadas, hoy en día se uniforma de partido político. ¿Qué les pasó? ¿Será que también se les olvidó el discurso?

La actual administración tampoco se escapa de este síndrome político. ¿Será que ya olvidaron que el pueblo los marginó de la “rotación electoral” durante mucho tiempo? Tanto así que parecían sumidos en la más triste bancarrota política. Con luchas internas, infiltraciones y escándalos que llegaban al conocimiento general. ¿Acaso no recuerdan que ganaron al borde de nuestra “suerte política”? Propulsados por la división del voto popular que ocasionó el voto independiente. ¿Tan pronto se les olvidó que no ganaron por una mayoría ni siquiera un margen considerable?

La gran marcha de hoy demuestra el nivel de insatisfacción para con este Gobierno en términos generales. Fue un movimiento muy bien estructurado a nivel nacional, dicho sea de paso. Digo, si eso no es suficiente para que recobren la memoria y corrijan, ¿entonces qué? Les vendría a bien entender que la historia se repite en espiral, creciente o decreciente, tanto para bien como para mal. Es decir, su próximo periodo en coma política podría ser mayor al pasado, o quizás definitivo.

Quisiera yo poder decir que el problema de nuestro país se limita a la “mala memoria” de sus políticos. Sin embargo, eso sería ver el panorama a la mitad. Los malos políticos son un síntoma social. No vienen del aire, no surgen por generación espontánea ni los trajeron los extraterrestres. Los eligen los votantes, nuestros paisanos. Quizás, muchos de los mismos que, administración tras administración, se quejan sin hacer nada. O por qué no, muchos de los que, administración tras administración, van a las concentraciones, tocan pailas y acuden a las marchas.

Más de treinta años en democracia debería ser suficiente para que supiéramos separar el grano de la paja política. De hecho, ha sido uno de los periodos más estables, políticamente hablando, en toda nuestra historia. Pero ¿por qué no aprendemos? ¿A qué se debe nuestra pésima memoria política social? ¿Acaso existe una intención mayor con esto de eliminar materias de nuestra historia como Relaciones de Panamá con Estados Unidos, Cívica y demás? ¿O será que, cuando la realidad social se nos vuelve muy cruda o plácida, preferimos simplemente olvidar? ...

Ingeniero en sistemas.
Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones