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- 26/10/2020 00:00
Día Mundial del Patrimonio Audiovisual
El sábado pasado la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró 75 años de existencia. En ese marco, nuevamente llamo la atención sobre un tema que, muchos pueden pensar que no es importante. En el año 2005, la Conferencia General de las Naciones Unidas aprobó el 27 de octubre de cada año como el “Día Mundial del Patrimonio Audiovisual” y ha promovido, desde entonces, que todas las naciones del mundo lo reconozcan “… como mecanismo para concienciar a todo el público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes y reconocer la importancia de los documentos audiovisuales como parte integrante de la identidad nacional”.
Nuestro legado histórico audiovisual está en peligro de desaparecer en su gran mayoría y no existen programas o esfuerzos puntuales para rescatarlo, protegerlo y preservarlo. Las instituciones públicas y/o privadas (medios de comunicación), que históricamente han creado material audiovisual, enfrentan la contrariedad de la falta de visión de regentes pasados, que ha dado con la destrucción de importantes materiales audiovisuales de la historia nacional. La indiferencia, en gran medida de los que toman decisiones, ha resultado fatal para el legado histórico. Un esfuerzo por rescatar lo que queda por allí, a pesar de los retos tecnológicos, es de suma importancia.
Durante la conferencia internacional sobre “La Memoria del Mundo en la era digital: digitalización y preservación”, el objetivo fue: “analizar las principales cuestiones que afectan la conservación del patrimonio documental digital (entre estos los documentos audiovisuales), a fin de desarrollar estrategias que contribuyan a una mayor protección de los recursos digitales (…) en particular, para los países en desarrollo” y para su “acceso permanente”.
En el 2012, auspiciado por la Unesco, unas 500 personas de más de 100 países se reunieron en Vancouver, Canadá, para intercambiar ideas con expertos de diversas ramas del quehacer humano, preocupados por “la falta de entendimiento sobre la importancia del legado digital y los recursos necesarios para asegurar su preservación”.
Unesco señala que: “la falta de capacidad, un marco legal e institucional y de recursos económicos apropiados” afectará cada vez más la situación. Los entendidos en la materia ofrecieron sus conocimientos y, ante todo, sus preocupaciones más educadas sobre lo que representa en este siglo XXI el reto de la preservación del legado documental de la humanidad en su forma digital.
Las recomendaciones finales del evento comprenden 19 señalamientos que han sido divididos para ser considerados por la misma Unesco, los Estados miembros de la ONU, para las organizaciones profesionales y para la industria; siendo de las más notables la de: “asegurar la accesibilidad a largo plazo de la información digital”. Esto tiene que ver con la llamada “obsolescencia tecnológica”, que no permite claridad y planificación en las formas y metodologías de documentación y preservación de insumos digitales, debido a los cambios tecnológicos constantes, la diversidad de formatos y lo costoso (y además delicado) de la renovación y transferencia de data para fines de preservación.
La complejidad de este tema y los retos que propone para la humanidad, dentro del marco tecnológico existente, es enorme. Los cambios de formato y aparatos de captura, por ejemplo (cámaras fotográficas, digitales o de video, etc.), los dispositivos de almacenamiento: discos magnéticos, disquetes de 5.25 y 3.5, discos ópticos, CD, DVD, USB, etc., son tan constantes en la guerra por el posicionamiento de marcas y sistemas dentro de una cultura de consumismo, que hace casi imposible diseñar un método de captura y preservación comprensivo y sistémico.
Pero nosotros no hemos llegado aún a tener estos problemas ni preocupaciones, ya que no tenemos un plan comprensivo para el rescate y preservación de nuestra memoria audiovisual y parece que no sabemos por dónde comenzar.
Para los desmemoriados, o los que se les ha “convenientemente” olvidado, las aproximadamente 15 mil cajas de documentos capturados por los militares de Estados Unidos durante la invasión del 20 de diciembre de 1989 permanecen hasta hoy en un almacén militar en Georgia. En ellas se estima la existencia de una gran cantidad de documentos audiovisuales que tienen el potencial de darnos un retrato importante del Panamá de, por lo menos, los últimos cuarenta años antes de la invasión.
Por el bien de la historia de la Nación, no debemos dejar perder valiosas fuentes de materiales históricos y audiovisuales. Con la nueva mirada a los temas culturales, esto debe ser una prioridad insoslayable.