La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 03/12/2021 00:00
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Estamos de acuerdo con la medida. En encuesta que realizó BioRed CAC Foundation quedó en evidencia que el 78% de los pacientes crónicos está vacunado. Nosotros sabemos que con nuestras comorbilidades somos más susceptibles a consecuencias graves por infección de covid-19. La población en general debe cooperar y ser responsable.
Las personas más vulnerables somos los mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas. Invitamos a vacunarse a ese 32% que falta.
Si se cumple exigir tarjeta de vacunación o código QR en sitios públicos y entidades gubernamentales, es la mejor medida. Los derechos colectivos están por encima de los individuales.
Cumplir con las disposiciones que dictan. Defender el derecho colectivo.
Este virus seguirá causando estragos y las cifras son claras, los no vacunados son los que están entrando a UCI. Dejen de seguir información sin base que lo único que provoca es que el virus encuentre un lugar donde mutar.
Me parece una clara violación al derecho humano de las personas. Cada individuo debe ser libre de elegir si se vacuna o no, tratándose de vacuna experimental, donde las casas productoras obligan a los países a firmar acuerdos de confidencialidad, y exclusión de responsabilidad que pueda sufrir cualquier ciudadano. Es decir, es una ruleta rusa. Debo asumir que lo que está en etapa de experimentación no me causará daño alguno, pero si me lo causa, nadie se hace responsable.
Que cada quien tiene la libertad de elegir. La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos celebrada en la Conferencia General de la Unesco en octubre de 2005, comprometía a los Estados miembros y a la comunidad internacional a respetar los principios fundamentales de la bioética contemplado en ese documento, y en el cual el articulo 6 referente al consentimiento señala que “toda intervención médica preventiva, diagnóstica y terapéutica solo habrá de llevarse a cabo previo consentimiento libre e informado de la persona interesada, basado en la información adecuada. Cuando proceda, el consentimiento debería ser expreso y la persona interesada podrá revocarlo en todo momento y por cualquier motivo, sin que esto entrañe para ella desventaja o perjuicio alguno. En Panamá, igualmente la Ley 68 del 20 de noviembre de 2003 “que regula los derechos y obligaciones de los pacientes, en materia de información y decisión libre e informada”, publicado en la Gaceta Oficial 24,935 del 25 de noviembre de 2003, y el Decreto Ejecutivo 1,458 del 6 de noviembre de 2012 “que reglamenta la Ley 68 del 20 de noviembre de 2003, que regula los derechos y obligaciones de los pacientes, en materia de información y de decisión libre e informada”, publicado en la Gaceta Oficial 27,160-A del 9 de noviembre de 2012, también brinda a los pacientes en el territorio ese derecho. Por tal motivo, no quiero que se malinterprete que estoy a favor de que las personas no se vacunen; estoy a favor del derecho de cada quien de elegir si se vacuna o no. Ese es un derecho que sigue al individuo como la sombra al cuerpo.
Las precauciones encaminadas a informar, evitar que las personas acudan a eventos masivos sin mascarilla, y todo lo que requiera para que esto alcance proporciones bíblicas, pero respetando las garantías y derechos fundamentales que contempla nuestra Constitución y los tratados internacionales.
En estas fechas, supongo que empezará un proceso de distribución de jamones y bolsas con comida para la comunidad, todo eso debe ser controlado. Pienso que deben abrirse todos los centros de votación a nivel internacional donde cada quien votó, y que de esa manera cada beneficiario acuda a recibirlo y evitar grandes filas y aglomeraciones. Otra medida podría ser acreditar una cifra determinada a la cédula de cada persona, y que cada quien vaya y compre lo que requiera.
El mundo cambió, y nos enseñó de la manera más perversa y cruel que no somos nada ni nadie. Que hay otras cosas que realmente valen la pena, y eso es el apretón de manos, un abrazo, el amor familiar, y hasta una simple taza de café, con amigos. Esto es lo que realmente importa; los bienes materiales, son solamente eso. La pandemia cobró la vida de muchas personas alrededor del mundo, y todo lo que tenían se esfumó en segundos. Todo esto nos lleva a replantear las prioridades y a valorar lo que realmente importa, así de simple.