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Huawei, su salida del proyecto 5G en Reino Unido y el temor de ciberespionaje
- 18/07/2020 00:00
- 18/07/2020 00:00
Definitivamente el mundo ha pasado de una época de cambios a un cambio de época, como ya lo hemos dicho en análisis anteriores. Una evidencia de ello es el creciente desplazamiento del poder y de sus diversas expresiones, tanto a nivel geográfico y civilizacional, como también en la dimensión en la que se desarrolla: de una eminentemente material a otra cada vez más intangible, y donde las guerras y conflictos en general, tendrán una vinculación cada vez mayor con estrategias de baja intensidad, con la tecnología y la innovación.
Comencemos con el tema del desplazamiento del poder a nivel geográfico / civilizacional: en el siglo XX, la lucha por el poder se desenvolvió alrededor de ideologías y de los modos de vida, y de las organizaciones sociopolíticas y socioeconómicas que de ella se desprendían. El poder en gran medida se medía a través de la riqueza (PIB y PIB per cápita), entre el bloque capitalista, liderado por Estados Unidos de América, y el bloque socialista, encabezado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en lo que se conoció como la 'Confrontación bipolar' en el marco de la Guerra Fría.
Ya en el siglo XXI hemos visto cómo las relaciones internacionales han estado en constante movimiento –cual placas tectónicas que buscan reacomodarse– cosa que ha generado transformaciones en la estructura internacional, yendo de una de tipo unipolar (inmediatamente después de la disolución de la URSS y con EE.UU. a la cabeza), a otra uni-multi-polar, (donde el poder se bifurca, generándose diversos tableros de juego) y finalmente en una tripolaridad donde el poder se distribuye entre Estados Unidos, Rusia y China.
Estados Unidos es la potencia hegemónica que, a nuestro parecer, está en declive, o al menos eso quieren sus competidores; con un Donald Trump que ha propuesto mantener los principios y valores de la civilización occidental a través de la promoción de la democracia representativa liberal; del libre mercado, el libre comercio, la libre iniciativa, la libertad de expresión, información y el pensamiento e imperio de los derechos humanos, frente a una Rusia que trata de modo imperialista, de expandirse territorialmente por medio de una priorización de su accionar en términos de seguridad y defensa frente a China, que mantiene un sistema dual de autoritarismo creciente en lo político pero un liberalismo creciente en lo económico, con lo cual ha inundado mercados de occidente con empresas como Huawei, por ejemplo.
De esta manera, China lucha por ser el actor hegemónico en las relaciones internacionales del siglo XXI, a través de un desplazamiento del centro de gravedad de las mismas, del océano Atlántico al océano Pacífico, entre otras cosas, con su proyecto geopolítico del 'Collar de perlas' para dominar al lejano oriente.
Además, ahora quiere liderar un mundo donde el poder se desplaza según variables como: territorio, recursos naturales, economía y riqueza (en términos de PIB y PIB per cápita) y capacidad militar, a otro donde el poder se basará en lo intangible, donde lo central no solo será la voluntad y la estrategia en términos de interés nacional, sino que el conocimiento, la tecnología, la innovación tendrán un sitial principal.
Hemos sido testigos en la presente semana de cómo el Gobierno del Reino Unido ha dejado fuera de sus proyectos de tecnología 5G al gigante chino Huawei. Esta tecnología ofrece un acceso a tráfico de datos a una velocidad mucho mayor a la red de 4G haciendo que todos los artefactos de nuestra vida, o al menos gran parte de ellos, pasen a ser “inteligentes” y, por ende, controlados desde el internet o puedan ser una ventana abierta al ciberespionaje o al ciberterrorismo.
Ante este escenario hay temor, considerando que en el pasado de Ren Zhengfei, presidente de Huawei, pesa una carrera como exoficial del Ejército Popular de Liberación en las Fuerzas Armadas chinas, durante nueve años, hasta 1983. También es miembro del Partido Comunista de China.
Las acusaciones sobre Ren Zhengfei provienen del temor de EE.UU. de que Huawei podría ser utilizada por China para espiar, a través de su tecnología 5G bajo el criterio de que controlar la tecnología en el corazón de estas redes, podría darle a la multinacional china la capacidad de interrumpir las comunicaciones durante cualquier disputa futura, desarrollándose la hipótesis de guerras de cuarta y de quinta generación basadas en lo tecnológico y cibernético.
Basada en lo anterior es que China está trabajando el 'Club de los cinco ojos' que es una alianza de inteligencia, espionaje y contraespionaje entre Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que parte del compromiso de los Estados miembros de cooperar y compartir información en términos cibernéticos.
En este marco, dichos Estados promueven a China como una amenaza tecnológica de la mano de Huawei, que puede extenderse a otros países de occidente.
Quizás en el futuro más próximo ya no veamos unas guerras tan cruentas como la Primera y Segunda Guerra Mundial, sino que entraremos en una dinámica de “baja intensidad”, donde la incertidumbre y el miedo serán la constante, más aún cuando nos volvamos más dependientes de la tecnología y de la información.
El autor es internacionalista y especialista en derecho y política internacionales. En la actualidad es candidato a doctor en ciencias políticas.