Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber
En la plaza toca:
Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró este jueves haber hablado con el gobierno de Venezuela para unir esfuerzos en la incendiada frontera que completa una semana de violencia con más de 80 muertos y 36.000 desplazados.
“He dialogado con quien ejerce la presidencia en Venezuela, Nicolás Maduro” para “establecer un plan conjunto de erradicación de bandas armadas en la frontera”, indicó el mandatario izquierdista en su cuenta de la red X.
Colombia lucha por desactivar la peor crisis de violencia en una década en la región limítrofe del Catatumbo, bajo el sangriento control de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista). Los rebeldes atacan a la población civil y libran combates con disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
Periodistas de la AFP en estas montañas plagadas de narcocultivos vieron este jueves un punto de control de los rebeldes del ELN, armados con fusiles y en motos.
El Catatumbo “es una importante ruta de tráfico de cocaína hacia la vecina Venezuela, país que durante mucho tiempo ha sido santuario de los rebeldes colombianos”, según la ONG Insight Crime.
Debido al recrudecimiento de la guerra, Petro suspendió las negociaciones de paz que sostenía con el ELN y anunció que el país entraría en “estado de conmoción interior”. La Fiscalía reactivó la órdenes de captura contra su cúpula.
Algunos municipios en Colombia se están convirtiendo en enormes campamentos de desplazados, a los que llegan por cientos todos los días. Algunos huyen hacia Venezuela, donde hay 1.580 colombianos “refugiados”, según Petro.
‘Un fracaso’
Las Fuerzas Militares se han concentrado en rescatar a los pobladores de las zonas críticas, pero aún no han entrado a forzar el repliegue de los rebeldes.
Zilenia Pana, una indígena wayuu de 48 años, huyó de la violencia en el Catatumbo con sus hijos de 8 y 13 años y se refugia en Ocaña, una pequeña ciudad en el extremo occidental de la cordillera.
“¿Qué es lo que nos dijeron? (Los grupos armados) Que desalojáramos. Entonces por nuestro derecho y para proteger a nuestros niños tuvimos que salir. Porque la verdad nadie deja nada botado porque quiere”, dijo a la AFP.
El Ministerio del Interior aseguró el miércoles que van a “pasar a la ofensiva”.
Petro apuesta por mantener una relación cordial con Venezuela, que comparte con Colombia una porosa y conflictiva frontera de 2.200 kilómetros.
Sin embargo, ha ido tomando distancia de Maduro, descartó asistir a su investidura y criticó varias detenciones realizadas en Venezuela tras las elecciones de 2024, en las que la oposición venezolana denuncia un fraude.
El martes Petro reconoció como “un fracaso” la situación en el Catatumbo y se preguntó como la guerrilla multiplicó su pie de fuerza en tan poco tiempo en la frontera.
“Las acciones del ELN no son acciones que se deben solamente al conflicto armado interno. Es una estrategia mortal que pone en peligro la soberanía nacional”, deslizó Petro el miércoles, sin dar detalles.
“El poder actual del ELN no es conseguido internamente”, añadió.