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Organizaciones sociales de Colombia pidieron un cese al fuego entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC que se enfrentan en el Catatumbo, en la frontera con Venezuela, donde hay ya más de 35 muertos y 22 secuestrados.
La ofensiva emprendida en la mañana de este jueves en zonas rurales de varios municipios del Catatumbo, que abarca buena parte del departamento de Norte de Santander, por el ELN contra sus rivales de las disidencias de las FARC sorprendió a los habitantes de varios caseríos que tuvieron que correr a buscar refugio para protegerse de los tiroteos, todo documentado en videos subidos a las redes sociales.
En esas imágenes se ve como guerrilleros del ELN recorren las calles en busca de sus víctimas y se escuchan las ráfagas de fusil y de ametralladoras, enfrentamientos que dejan hasta el momento el saldo de más de 35 muertos, según denunció la Mesa Humanitaria del Catatumbo.
Esta Mesa, integrada por organizaciones sociales que han pedido un cese de los enfrentamientos a las dos partes, aseguró que entre los muertos hay siete firmantes de paz y que la violencia ha dejado también 22 personas retenidas ilegalmente, al menos 70 familias desplazadas y cerca de 20 heridos.
“El año pasado se alertó en reiteradas ocasiones de la agudización del conflicto armado derivado del incremento de la violencia ante la posibilidad de enfrentamientos entre el ELN y el Estado Mayor de Bloques (EMB, una escisión del Estado Mayor Central, la principal disidencia de las FARC)”, denunció este organismo.
En 2024 ya se produjeron en el Catatumbo 162 eventos violentos, y ahora la situación ha empeorado con esta escalada de tensión.
“En la Mesa Humanitaria y de Construcción de Paz del Catatumbo exigimos a todos los actores armados que tienen presencia en nuestra región, especialmente al ELN y al EMB-Gentil Duarte acoger los mínimos humanitarios, aplicar el Derecho Internacional Humanitario y respetar la vida e integridad de la población civil”, expuso el organismo.
Los enfrentamientos y la escalada de tensión han llevado también a que el presidente colombiano, Gustavo Petro, anunciara este viernes la suspensión de los diálogos con el ELN, al que acusó de cometer “crímenes de guerra” en el Catatumbo y del que dijo que no tiene “ninguna voluntad de paz”.
La negociación está suspendida hasta que el ELN definitivamente decida “caminar hacia la paz” porque “este país no aguanta más estos vaivenes”, explicó la jefa de la delegación del Gobierno en los diálogos, Vera Grabe.
Las partes habían planteado reunirse la próxima semana para reactivar la mesa de diálogos, que el Gobierno de Petro retomó en noviembre de 2022 y está congelada desde mayo pasado por diversas desavenencias.
El Gobierno también lleva a cabo un proceso de paz con una facción del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC, que es a la que el ELN está atacando.
La zona del Catatumbo es una región pobre y montañosa que limita con Venezuela y está formada por los municipios de Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú.
En ellos operan el ELN, disidencias de las FARC, un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras bandas que se disputan el control de los cultivos de coca y de los corredores para el narcotráfico.