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- 29/06/2014 02:00
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El procesamiento del vicepresidente argentino, Amado Boudou, en un caso de presunta corrupción ha sacudido el escenario político, con un Gobierno que por el momento calla y una oposición que reclama el alejamiento del funcionario.
Boudou fue procesado en la noche del viernes por presunto cohecho y negociaciones incompatibles con su cargo, delitos penados con hasta 6 años de prisión, una medida judicial que no registra antecedentes en el país suramericano.
La decisión fue adoptada por el juez Ariel Lijo, que investiga la compra irregular de la imprenta de papel moneda Ciccone, presuntamente por parte de Boudou y de un socio. La operación se habría concretado en 2010, mientras Boudou estaba al frente del Ministerio de Economía.
Lijo procesó además a un socio de Boudou y a un supuesto testaferro del vicepresidente, así como a otras tres personas implicadas en el caso.
‘Tengo satisfacción porque creo que con todas las dificultades y con todos nuestros defectos, el Ministerio Público y la Justicia federal cumplió con su convicción de hacer lo que debía’, dijo ayer el fiscal del caso, Jorge Di Lello.
El fiscal explicó que ahora debe concluir la instrucción de la causa ‘y con el resultado final después quedaría elevar a juicio oral’.
Boudou, que ocupó la cartera de Economía entre 2009 y 2011, es el primer vicepresidente en funciones en la historia argentina en ser procesado en un caso de corrupción. Mientras nadie en el Gobierno de Cristina Fernández ha dicho de momento una palabra sobre la decisión judicial, desde la oposición reclaman que Boudou renuncie, pida licencia y que cualquiera de estas dos opciones se las exija la presidenta.
Además, varios dirigentes opositores insisten con impulsar el juicio político a Boudou, quien también es presidente del Senado.
Para el diputado y exvicepresidente Julio Cobos, de la Unión Cívica Radical, ‘los fundamentos de la resolución del juez Ariel Lijo son causa suficiente para el inicio del juicio político del vicepresidente’.
Sin embargo, otros opositores reconocieron la dificultad para impulsar un juicio político ya que el oficialismo tiene mayoría parlamentaria. Por eso, la diputada Margarita Stolbitzer, del Frente Amplio Progresista, pidió a los parlamentarios oficialistas hacer un ‘acto patriótico’ y habilitar un juicio político.
La decisión judicial ha sorprendido a Boudou en Cuba, primera escala de una gira internacional que inició el jueves y que debía concluir la próxima semana en Panamá.
Aún es una incógnita si el funcionario adelantará su regreso al país. El vicepresidente está acusado de presuntamente haber aceptado el 70 % de las acciones de Ciccone a cambio de ayudarla a levantar un pedido de quiebra solicitado por el Fisco por deudas impositivas.
Según el juez, Boudou habría actuado junto a José María Núñez Carmona, empresario y amigo del funcionario, y a Alejandro Vandenbroele, de la firma The Old Fund, empresa que se quedó con la imprenta.
El vicepresidente es también investigado por presuntas irregularidades en la documentación de un automóvil, caso que lleva adelante el juez Claudio Bonadío, que ha citado a Boudou a declarar para el próximo 16 de julio, fecha en la que estará a cargo del Ejecutivo ya que la presidenta argentina, Cristina Fernández, tiene previsto viajar a Brasil.