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Yescenia Navarro: ‘Cuando eres auténtica, no te importa lo que digan las redes sociales’
- 06/12/2024 19:11
- 06/12/2024 19:11
Yescenia Navarro lleva varios nombres: mamá, esposa, empresaria y “supermamá”. Este último, otorgado por sus seguidores en Instagram, se inició gracias a un proyecto que ella impulsó con la intención de crear una comunidad de madres que pudiesen compartir sus miedos, dudas y momentos alegres en un espacio libre de prejuicios.
Con la experiencia ha aprendido que el camino de la maternidad no es uno plano, sino que posee subidas, bajadas y giros inesperados. Sin embargo, junto a sus dos hijas y una comunidad de fieles seguidoras que recorren el mismo viaje que ella, la “supermamá” ha aprendido a sobrellevar los retos y a inspirar a otras madres que junto a ella se han embarcado en la aventura de la maternidad
Tenía miedo porque fui mamá pasados los 35. Me había tomado mucho tiempo para esa etapa de mi vida y cuando supe que estaba embarazada me llené de incertidumbre, de preguntas, y tenía muchas ganas de prepararme para lo que venía.
Cuando nació Ana Gabriela realmente me preparé para recibirla. Recuerdo cuando estaba con mi ginecólogo y le pregunté sobre el parto por cesárea, por que pensé que era lo que me tocaba, y me dijo que yo iba a tener un parto natural. Al principio me abrumé porque sentí que me quitaron el único control que tenía de la situación, que consistía en programar la fecha del nacimiento.
Me preparé mucho, tomé clases, hice yoga prenatal y estaba tan consciente de lo que iba a pasar que siento que fue un parto espectacular. Mis contracciones se iniciaron en la noche y sabía que debía esperar en casa y tomármelo con calma. Luego, me dirigí al hospital, pero siempre estuve tranquila porque sabía a lo que iba y lo que tenía que pasar.
Di a luz en 45 minutos, lo cual fue rápido. Cuando la vi y la escuché llorar, sentí que el mundo se detuvo. Después te la colocan en el pecho y es un sentimiento que hasta ahora no encuentro las palabras para describir. Es como si de la nada sale en ti un amor que nunca habías sentido.
Muchísimas. Supe que estaba embarazada de mi segunda bebé cuando la primera tenía nueve meses. Mi primer embarazo fue a los 37 años y no quería esperar mucho para el siguiente. Ya sabía qué esperar, así que me sentía preparada.
Sin embargo, durante la semana 38 de gestación me dio una parálisis facial que significó otros miedos. Con la ayuda de especialistas y mi ginecólogo entendí que dicha afectación no me imposibilitaba parir. Mi segunda hija nació en 10 minutos y muy sana.
Luego de eso tuve un proceso de recuperación de la parálisis facial que duró entre dos y tres meses.
Sin duda. La maternidad me cambió la vida porque creo que encontré un propósito tangible. Mis hijas son ese impulso que me ayuda a ser mejor persona. Entendí que los niños copian lo que ven: tus hábitos, comportamientos. Eso me dio una responsabilidad de ser la mejor mamá para ellas con el propósito de que modelen cosas positivas.
La maternidad me cambió la vida y pude entender lo que realmente vale la pena. Valoro mucho el tiempo con ellas, compartir y acompañarlas.
Uno piensa que mientras los niños están creciendo, esos momentos disminuyen, y no es así. Me manejo pidiendo ayuda y cuidando de mí. Es importante que yo esté bien para poder atender a los demás y que, sobre todo, ellas estén bien. Eso incluye mi salud mental, física y emocional.
Creo que ahí juega un papel importante la corresponsabilidad de las tareas domésticas con tu esposo. Si bien es cierto la mamá es quien lleva una parte muy importante de la maternidad, su pareja también quiere y debe ser parte.
Tenemos que comenzar a hablar de que no se trata solo de la responsabilidad de la madre, sino de ambos, en cuidar a los hijos y mantener el hogar en orden.
Al ser una mamá de mayor edad, mis amigas ya tenían a sus hijos muy grandes. Entonces yo no tenía un círculo de amigas embarazadas o con hijos pequeños. Empecé a escribir en mis redes sociales estas “peripecias”, y un periodista me contactó y me preguntó si deseaba escribir un libro.
Trabajo en una agencia y con mi equipo se nos ocurrió crear un producto donde podríamos presentar una comunidad para madres, compartir datos y que comercialmente para las marcas fuese llamativo. Así nació “Supermamás”, con la intención de crear un espacio diferenciador y nos demoramos dos años armando todo. El pódcast nació tiempo después con la necesidad de abarcar los diferentes tipos de contenido.
Siempre me ha gustado ver el verdadero lado de las cosas e interactuar con cuentas reales. Si ves a una mamá que pinta una imagen de que todo es perfecto y que los niños no desordenan o ensucian, sabes que es contenido falso.
No me considero influencer. Soy una persona que comparte en redes lo que considero que puede ayudar a otras personas, desde lo lindo hasta lo feo. A veces es un reto, pero siento que lo importante es ser lo más auténtica posible. Cuando eres auténtica, no te importa lo que digan las redes sociales. La presión existe, pero uno no debe dejarse llevar por ella.
La vida se nos ha hecho más fácil en cuanto al acceso a información con las redes sociales o el WhatsApp. Hay tanto que podemos hacer sin movernos de casa y hasta cierto punto nos ha empoderado. Por otro lado, tener una fuente de información sin filtro también representa un riesgo, por eso es importante verificar todo antes de tomar decisiones, pero sin duda es una herramienta que nos ha llenado de beneficios.
Lo primero es que entiendan que no deben llevar la maternidad solas. Siempre apóyense en esa red que está a su lado para acompañarse.
Lo segundo es saber que eres la mejor mamá que le pudo haber tocado a tu hijo. No te frustres y no te compares. Intenta trabajar siempre en ser tu mejor versión, pero sin mirar a los demás.
Disfruta cada etapa. El tiempo vuela. Documenta, comparte, escribe todo para que cuando tus hijos quieran saber de aquella época de la que no tienen memoria, tú seas la persona indicada para contárselos.