Un encuentro con ‘La Diabla’

El restaurante Calíope presentó a los medios su propuesta para el Burger Week

Es una noche movida en Calíope. El Burger Week avanza y los comensales no quieren perder la oportunidad de probar la creación de esta temporada. El restaurante la bautizó ´La Diabla’. Es por eso que las damas que han solicitado la hamburguesa lucen unos coquetos cachitos satinados. Frente a una estación ubicada en uno de los costados del salón principal se forma una pequeña fila. Mientras espero a las colegas con quien compartiré mesa veo hamburguesas ir y venir. Solo eso despierta el apetito.

Sobre la mesa, un pequeño cartel con un código QR nos invita a conocer más sobre ‘La Diabla’: “Blend de Angus Patty, asado a la brasa en nuestro josper (horno para carnes) acompañado de pan brioche artesanal, pork belly adobado y ahumado al estilo interiorano, queso cheddar fundido, remoulade criollo, salsa bbq de guayaba tomate fresco y lechuga mantequilla”. Se acompaña con papas fritas y una coca cola, sin azúcar, que puede ser reemplazada por una clásica, como parte del combo.

Lo lograron. Más apetito. Mis colegas se demoran... hace hambre (como solemos decir)... Llamo a Paula, quien atiende amablemente la mesa. “Las chicas se han demorado... tengo mucha hambre...”. No tuve que decir más. “No se preocupe, ya le voy ordenando su burger”, dijo al momento. Unos minutos después, volvía Paula con mi plato y las siguientes instrucciones: “Aquí está la hamburguesa, pero no está completa. Debe ir allá (señaló la estación) y se la van a completar. Mientras usted va, le traigo su bebida”. Palabras mágicas para una hambrienta.

La hamburguesa está destapada. En un lado, el pan, el tomate y la lechuga con la remoulade criollo y la torta de carne. Del otro lado, la tapa del pan y sobre ella, unos chicharroncitos crujientes. Al lado, una porción muy generosa de papas fritas, delgadas y crujientes.

Me levanto para completar la misión. El encargado de la misión, muy atento completa el plato e indica qué elementos está agregando: “queso cheddar fundido con ají trompito y unas rebanadas de cerdo (a manera de bondiola) con adobo interiorano. La hamburguesa es cubierta y para mantener todo en su lugar, se le pasa un palillo.

El camino a la mesa parece interminable. Me siento y tomo el cuchillo. No es posible comerla de una sola pieza -al menos si quiere una mantener la integridad del atuendo.

El primer mordisco es el decisivo: el pan, fresco y muy suave. La carne, bien sazonada, tomando en cuenta las salsas que la acompañan. Está muy presente el sabor de las rebanadas de cerdo, con ese saborcito de campo. La lechuga y el tomate, aportan frescura, a pesar del baño con la remoulade. El queso fundido baña toda la carne y acompaña muy bien a los chicharroncitos que aportan crocancia. Me acerco a las papitas: doradas y crujientes, recién hechas. La urgencia ha terminado. Es de justicia bajar la velocidad para seguir degustando a ‘La Diabla’. A la tercera mordida, llegan mis colegas a la mesa. “Disculpen, tenía mucha hambre”, les digo, a lo que responden: “No te preocupes. El día se complicó. Ya estábamos listas, pero surgió algo nuevo en la información y debimos cambiar todo”. Así es. Gajes del oficio. Afortunadamente el día se puede cerrar de forma placentera, junto a ‘La Diabla’.

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