Tendencias en salud para el 2024 apuntan a la sostenibilidad y transformación digital

Actualizado
  • 25/12/2023 00:06
Creado
  • 24/12/2023 15:07
Un estudio revela que la innovación y la tecnología seguirán siendo claves para mejorar la atención médica en el mundo. Además presenta los desafíos y las tendencias en salud que marcarán el 2024

“Avanzamos hacia una salud personalizada, descentralizada y verde, más sostenible”. Esa es la conclusión destacada en el nuevo informe Forecast Healthcare 2024, elaborado por LLorente y Cuenca, que identifica los principales desafíos que enfrentará el sector y las tendencias para el próximo año.

Además de las largas listas de espera generadas por la pandemia y los problemas presupuestarios, se suman factores como el envejecimiento de la población, el aumento de la desigualdad económica y la carga de enfermedades no transmisibles. Ante la presión significativa sobre los servicios de salud, las administraciones, la industria médica, los profesionales y los pacientes deberán encontrar enfoques creativos para abordar la situación y lograr la sostenibilidad.

El documento apunta a que en el 2024 aumentará la conciencia ciudadana sobre el autocuidado y la promoción de hábitos de vida saludables. Asimismo, resalta la relevancia de los cuidadores en la mejora de la salud de los pacientes, así como el impulso hacia una mayor transparencia e inclusión en la investigación clínica. El sector experimentará avances en el enfoque ‘One Health’, que aborda la salud humana, animal y ambiental, y en la adopción de normas ESG (Environmental, Social and Governance).

A lo largo del año, seguirá el proceso de desestigmatización de las enfermedades mentales, se ampliarán las soluciones para aquellas con opciones limitadas de tratamiento, y la tecnología continuará desempeñando un papel fundamental. Se prevé que el big data y la inteligencia artificial aceleren el desarrollo de medicamentos y vacunas, mientras que la convergencia de la innovación y la tecnología contribuirá a mejorar la atención médica.

El director senior de Healthcare Américas en LLYC, Javier Marín, asegura que el “2024 se asoma con retos inmensos para el sector Salud, pero también con motivos para el optimismo. Existe una fuerte preocupación por la sostenibilidad de los servicios sanitarios. ¿Cómo atenuarla? Parece inevitable que todos los actores, públicos y privados, colaboren para mejorar la situación. De momento, la ayuda de la investigación y la tecnología está siendo fundamental. Su impacto está siendo muy importante para progresar en tratamientos o medicamentos que hacen más fácil la vida al paciente”.

El informe Forecast Healthcare indica las tendencias en el sector salud para el 2024

Más concienciados con el cuidado individual de la salud y la mejora de los hábitos. La encuesta Global Trends 2023 de IPSOS destaca la persistente preocupación mundial por los efectos de la covid-19 en los sistemas de salud, con un aumento de la demanda de servicios y preocupaciones sobre el acceso y la calidad de la atención médica. Un 83% de los encuestados desea tener mayor control sobre su salud sin desconfiar de las instituciones gubernamentales o científicas. Esta tendencia ha impulsado el interés en el autocuidado, con un aumento en la búsqueda de información sobre tratamientos, políticas de salud y el consumo de productos como vitaminas.

Atención en los cuidadores y su rol en el mejoramiento de la salud de los pacientes. Los cuidadores, ya sean familiares o profesionales, juegan un papel importante en el bienestar de los pacientes, brindando apoyo emocional y asistencia física. Su relevancia ha sido revisada y existe sobre ella una creciente literatura médica, destacando la necesidad de apoyo debido a las consecuencias negativas para la salud. El tiempo dedicado a cuidar a otros implica, de manera directa, que los cuidadores dejan de disponer de espacios personales dedicados a actividades sociales, de ocio o de autocuidado, lo cual va en detrimento de su propia salud física y psicológica.

Aumento de la presión sobre la sostenibilidad de los sistemas de salud. La gestión de la salud enfrenta desafíos por la pandemia, cambios demográficos y desigualdades. A pesar de los avances, la presión financiera afecta la sostenibilidad de los sistemas de salud. Es crucial garantizar acceso universal y equitativo. La colaboración con empresas farmacéuticas y tecnológicas puede mejorar la eficiencia y facilitar el acceso a dispositivos médicos y medicamentos, contribuyendo al desarrollo económico y social.

Mayor transparencia e inclusión en la investigación clínica. En 1977, la FDA recomendó excluir a mujeres en edad fértil de ensayos clínicos, generando escasez de datos sobre cómo los medicamentos afectaban en ellas. Las protestas provocaron que, en 1993, se aprobará la inclusión de mujeres y minorías en los ensayos clínicos. Desde entonces, los NIH aseguran diversidad en investigaciones clínicas, diseñando pruebas para analizar impactos específicos en este ámbito. La diversidad en los ensayos clínicos es esencial para garantizar medicamentos adecuados para todas las personas.

El enfoque One Health: Medio Ambiente, Animales y Salud Humana. El concepto ‘One Health’ aborda la salud de manera integral, reconociendo la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. La OMS estima que el 60% de las enfermedades infecciosas tienen origen animal, destacando la importancia de abordar zoonosis. ‘One Health’ va más allá de la transmisión de enfermedades, incluyendo aspectos económicos, ambientales y de seguridad alimentaria. La colaboración local, regional y global es crucial, con políticas públicas que no sólo aborden problemas actuales, sino que también prevengan y mitiguen riesgos futuros.

La perspectiva empresarial con responsabilidad social. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y ESG. La creciente demanda de responsabilidad social impulsa a las empresas, incluidas las del sector salud, a considerar su impacto en las personas y el planeta. El aspecto social del ESG destaca la relación empresa-sociedad, abordando temas como condiciones laborales, igualdad de género y colaboración en proyectos sociales. Estos criterios están alineados con la Agenda 2030 de la ONU.

Desestigmatizar las enfermedades mentales. Esto es esencial, con 1 de cada 8 personas afectadas según las OMS en 2019, y un aumento significativo durante la pandemia. Factores como pobreza, violencia y desigualdad contribuyen al riesgo. En un mundo tecnológico, abordar la salud mental a nivel institucional y social es imperativo. La comunicación juega un papel clave, requiriendo estrategias afectivas para evitar la estigmatización en medios y redes sociales. Transformar la percepción pública es crucial para obtener apoyo y políticas de tratamiento efectivas.

Más acceso a la innovación farmacológica y las tecnologías de la salud. Con presupuestos ajustados en sistemas de salud, el acceso a innovaciones farmacológicas sigue siendo un desafío, La OMS destaca la importancia del acceso equitativo como requisito para servicios de salud universales. Fifarma encontró que el acceso a innovaciones en oncología y enfermedades raras es bajo, un promedio de 13%, y el tiempo de acceso varía significativamente en países de Latinoamérica. Por ello, se necesita un enfoque colaborativo que aborde la regulación, valor y costo de la innovación, poniendo al paciente en el centro de las decisiones para asegurar un acceso rápido y beneficioso para la salud.

El Big Data y la inteligencia artificial para acelerar el desarrollo de medicamentos y vacunas. La convergencia de Big Data e Inteligencia Artificial está revolucionando la salud. El mercado crecerá hasta alcanzar casi 70.000 millones de dólares en 2025. Estas tecnologías aceleran el desarrollo de medicamentos reduciendo plazos y mejorando la eficiencia. Además, la IA posibilita diagnósticos precisos y personalizados, anticipando problemas de salud. Económicamente, simplifica labores administrativas y eleva la calidad de la atención médica. Se espera que esta tendencia alcance su punto máximo en los dos próximos años.

Vacunación: la hora de los adultos mayores y los niños. La disminución en la vacunación, agravada por la pandemia, afecta tanto a niños como a adultos. Cerca de 40 millones de niños no recibieron la vacuna contra el sarampión en el año 2021. Ahora, el foco se centra en los adultos, influenciados por el movimiento antivacunas. La comunicación efectiva es clave para cerrar la brecha en la inmunización y prevenir la propagación de enfermedades prevenibles.

“Avanzamos hacia una salud personalizada, descentralizada y verde, más sostenible”. Es es la conclusión destacada en el nuevo informe Forecast Healthcare 2024, elaborado por LLYC, que identifica los principales desafíos que enfrentará el sector y las tendencias para el próximo año.

Además de las largas listas de espera generadas por la pandemia y los problemas presupuestarios, se suman factores como el envejecimiento de la población, el aumento de la desigualdad económica y la carga de enfermedades no transmisibles. Ante la presión significativa sobre los servicios de salud, las administraciones, la industria médica, los profesionales y los pacientes deberán encontrar enfoques creativos para abordar la situación y lograr la sostenibilidad.

El documento apunta a que en el 2024 aumentará la conciencia ciudadana sobre el autocuidado y la promoción de hábitos de vida saludables. Asimismo, resalta la relevancia de los cuidadores en la mejora de la salud de los pacientes, así como el impulso hacia una mayor transparencia e inclusión en la investigación clínica. El sector experimentará avances en el enfoque One Health, que aborda la salud humana, animal y ambiental, y en la adopción de normas ESG (Environmental, Social and Governance).

A lo largo del año, seguirá el proceso de desestigmatización de las enfermedades mentales, se ampliarán las soluciones para aquellas con opciones limitadas de tratamiento, y la tecnología continuará desempeñando un papel fundamental. Se prevé que el big data y la inteligencia artificial aceleren el desarrollo de medicamentos y vacunas, mientras que la convergencia de la innovación y la tecnología contribuirá a mejorar la atención médica.

El director senior de Healthcare Américas en LLYC, Javier Marín, asegura que el “2024 se asoma con retos inmensos para el sector Salud, pero también con motivos para el optimismo. Existe una fuerte preocupación por la sostenibilidad de los servicios sanitarios. ¿Cómo atenuarla? Parece inevitable que todos los actores, públicos y privados, colaboren para mejorar la situación. De momento, la ayuda de la investigación y la tecnología está siendo fundamental. Su impacto está siendo muy importante para progresar en tratamientos o medicamentos que hacen más fácil la vida al paciente”.

El informe Forecast Healthcare indica las tendencias en el sector salud para el 2024

Más concienciados con el cuidado individual de la salud y la mejora de los hábitos. La encuesta Global Trends 2023 de IPSOS destaca la persistente preocupación mundial por los efectos de la covid-19 en los sistemas de salud, con un aumento de la demanda de servicios y preocupaciones sobre el acceso y la calidad de la atención médica. Un 83% de los encuestados desea tener mayor control sobre su salud sin desconfiar de las instituciones gubernamentales o científicas. Esta tendencia ha impulsado el interés en el autocuidado, con un aumento en la búsqueda de información sobre tratamientos, políticas de salud y el consumo de productos como vitaminas.

Atención en los cuidadores y su rol en el mejoramiento de la salud de los pacientes. Los cuidadores, ya sean familiares o profesionales, juegan un papel importante en el bienestar de los pacientes, brindando apoyo emocional y asistencia física. Su relevancia ha sido revisada y existe sobre ella una creciente literatura médica, destacando la necesidad de apoyo debido a las consecuencias negativas para la salud. El tiempo dedicado a cuidar a otros implica, de manera directa, que los cuidadores dejan de disponer de espacios personales dedicados a actividades sociales, de ocio o de autocuidado, lo cual va en detrimento de su propia salud física y psicológica.

Aumento de la presión sobre la sostenibilidad de los sistemas de salud. La gestión de la salud enfrenta desafíos por la pandemia, cambios demográficos y desigualdades. A pesar de los avances, la presión financiera afecta la sostenibilidad de los sistemas de salud. Es crucial garantizar acceso universal y equitativo. La colaboración con empresas farmacéuticas y tecnológicas puede mejorar la eficiencia y facilitar el acceso a dispositivos médicos y medicamentos, contribuyendo al desarrollo económico y social.

Mayor transparencia e inclusión en la investigación clínica. En 1977, la FDA recomendó excluir a mujeres en edad fértil de ensayos clínicos, generando escasez de datos sobre cómo los medicamentos afectaban en ellas. Las protestas provocaron que, en 1993, se aprobará la inclusión de mujeres y minorías en los ensayos clínicos. Desde entonces, los NIH aseguran diversidad en investigaciones clínicas, diseñando pruebas para analizar impactos específicos en este ámbito. La diversidad en los ensayos clínicos es esencial para garantizar medicamentos adecuados para todas las personas.

El enfoque One Health: Medio Ambiente, Animales y Salud Humana. El concepto One Health aborda la salud de manera integral, reconociendo la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. La OMS estima que el 60% de las enfermedades infecciosas tienen origen animal, destacando la importancia de abordar zoonosis. One Health va más allá de la transmisión de enfermedades, incluyendo aspectos económicos, ambientales y de seguridad alimentaria. La colaboración local, regional y global es crucial, con políticas públicas que no sólo aborden problemas actuales, sino que también prevengan y mitiguen riesgos futuros.

La perspectiva empresarial con responsabilidad social. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y ESG. La creciente demanda de responsabilidad social impulsa a las empresas, incluidas las del sector salud, a considerar su impacto en las personas y el planeta. El aspecto social del ESG destaca la relación empresa-sociedad, abordando temas como condiciones laborales, igualdad de género y colaboración en proyectos sociales. Estos criterios están alineados con la Agenda 2030 de la ONU.

Desestigmatizar las enfermedades mentales. Esto es esencial, con 1 de cada 8 personas afectadas según las OMS en 2019, y un aumento significativo durante la pandemia. Factores como pobreza, violencia y desigualdad contribuyen al riesgo. En un mundo tecnológico, abordar la salud mental a nivel institucional y social es imperativo. La comunicación juega un papel clave, requiriendo estrategias afectivas para evitar la estigmatización en medios y redes sociales. Transformar la percepción pública es crucial para obtener apoyo y políticas de tratamiento efectivas.

Más acceso a la innovación farmacológica y las tecnologías de la salud. Con presupuestos ajustados en sistemas de salud, el acceso a innovaciones farmacológicas sigue siendo un desafío, La OMS destaca la importancia del acceso equitativo como requisito para servicios de salud universales. Fifarma encontró que el acceso a innovaciones en oncología y enfermedades raras es bajo, un promedio de 13%, y el tiempo de acceso varía significativamente en países de Latinoamérica. Por ello, se necesita un enfoque colaborativo que aborde la regulación, valor y costo de la innovación, poniendo al paciente en el centro de las decisiones para asegurar un acceso rápido y beneficioso para la salud.

El Big Data y la inteligencia artificial para acelerar el desarrollo de medicamentos y vacunas. La convergencia de Big Data e Inteligencia Artificial está revolucionando la salud. El mercado crecerá hasta alcanzar casi 70.000 millones de dólares en 2025. Estas tecnologías aceleran el desarrollo de medicamentos reduciendo plazos y mejorando la eficiencia. Además, la IA posibilita diagnósticos precisos y personalizados, anticipando problemas de salud. Económicamente, simplifica labores administrativas y eleva la calidad de la atención médica. Se espera que esta tendencia alcance su punto máximo en los dos próximos años.

Vacunación: la hora de los adultos mayores y los niños. La disminución en la vacunación, agravada por la pandemia, afecta tanto a niños como a adultos. Cerca de 40 millones de niños no recibieron la vacuna contra el sarampión en el año 2021. Ahora, el foco se centra en los adultos, influenciados por el movimiento antivacunas. La comunicación efectiva es clave para cerrar la brecha en la inmunización y prevenir la propagación de enfermedades prevenibles.

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