La obesidad severa desafía a la lucha contra la covid-19

Actualizado
  • 06/10/2020 00:00
Creado
  • 06/10/2020 00:00
Expertos aseguran que esta condición representa un gran reto para el manejo del virus. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, entre el 65% y el 85% de los pacientes fallecidos por el nuevo coronavirus presenta condiciones de obesidad

Mientras que médicos de todo el mundo intentan hacer frente a la pandemia, la humanidad no está prestando atención a lo que come. Es evidente que, además de la edad avanzada, las personas con más riesgo de morir por complicaciones de la covid-19 son aquellas que padecen obesidad severa, que es a su vez la principal causa de diabetes, enfermedades cardíacas y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc).

Data

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sobrepeso y la obesidad son el sexto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año fallecen alrededor 3,4 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.

De hecho, según el organismo, el 62% de los adultos panameños tiene problemas de sobrepeso y más de uno de cada cuatro padece obesidad. Estos datos disparan las alarmas si se unen a las estadísticas arrojadas a nivel global de que entre el 65% y el 85% de los pacientes fallecidos por la covid-19 presentan condiciones de obesidad.

Mariela Glandt, endocrinóloga y especialista en diabetes, reconoce que las personas que están en mayor riesgo de enfermar severamente de la covid-19 tienen en común enfermedades relacionadas con la alimentación, como la obesidad, diabetes, tensión alta y enfermedades cardíacas.

“Es evidente, y casi nadie señala, que la mayoría de esas dolencias están relacionadas con lo que esas personas comen. La mala alimentación es uno de los mayores riesgos para contraer el nuevo coronavirus y nadie está hablando de ello”, dice la experta en un comunicado.

Glandt, quien recientemente publicó el libro Cómo comer en los tiempos del covid-19, afirma que a lo largo de los años ha trabajado con pacientes cuyas enfermedades están relacionadas con la alimentación, y que no imaginaba que su conocimiento fuera relevante durante una pandemia. “Pero creo que la alimentación es la mejor manera de preparar nuestros cuerpos para luchar contra este virus, la superposición entre la disfunción metabólica y vulnerabilidad frente a la covid-19 es imposible de ignorar”, resalta.

En ese sentido, Ana Elena Espinoza, especialista en endocrinología del hospital Paitilla, admite que aparte de los factores ambientales, genéticos y hormonales, llevar un mal hábito alimenticio y sin actividad física debilita al sistema inmunológico.

“Estudios demuestran que la obesidad severa no solo es un problema general, sino que es una de las enfermedades de mayor riesgo para contraer el nuevo coronavirus, por lo que debemos prestar mucha atención a lo que comemos. Si vamos al súper, elegir alimentos saludables y frescos como frutas, vegetales, y evitar alimentos ultraprocesados, altos en grasa o colorantes como snacks, frituras, bebidas azucaradas y los dulces”, puntualiza.

La especialista menciona que aunque ahora estamos volviendo a la nueva normalidad, aún hay muchas personas que trabajan desde casa y es importante llevar una dieta balanceada y con mucho ejercicio; existen aplicaciones de salud que se pueden descargar al celular, solo hay que establecer metas como un gran paso para perder peso, ganar energía y evitar problemas como la obesidad.

Espinoza apunta que las hormonas como la leptina, la insulina, el cortisol y la hormona del crecimiento tienen influencia en el apetito, el metabolismo y, por ende, en el peso. De ahí que las personas que presentan sobrepeso u obesidad tienen niveles alterados de estas hormonas, que fomentan el metabolismo anormal y la acumulación de grasa corporal.

Una condición que agrava el cuadro de covid-19

Anas Hadeh, director del programa de becas de medicina pulmonar y de cuidados intensivos de la Cleveland Clinic Florida, explica que “los pacientes con obesidad severa tienen más probabilidades de terminar en la unidad de cuidados intensivos (UCI) con un ventilador y tener un resultado menos favorable cuando se trata de luchar contra la covid-19 e incluso si la persona no padecía ninguna otra afección subyacente.

Según el galeno, hay varias razones para llegar a esto, como lo es el tejido graso, el cual restringe la capacidad pulmonar y evita una respiración adecuada, además de contribuir a la probabilidad de coágulos de sangre, que se han asociado con el SARS-CoV-2.

Para modificar patrones, los especialistas insisten en que los padres son los responsables de brindar a sus hijos alimentos saludables (más frutas y vegetales, y menos dulces o bebidas azucaradas) y hacer actividad física.

Espinoza añade sobre las tasas de obesidad en el país: “Pese a que no contamos con estudios de prevalencia recientes, sabemos que a lo largo de los años la obesidad ha ido aumentando sobre todo en la niñez. Alrededor de dos terceras partes de la población panameña tiene incidencias de sobrepeso y obesidad, que no es más que el exceso de peso por exceso de grasa”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad es un problema de salud pública. De modo que se deben establecer estrategias de salud pública principalmente en aquellos “alimentos” que no aportan ningún beneficio, tal es el caso de las bebidas azucaradas, los snacks y muchos otros, lo que obligaría a las personas elegir los más saludables y sobre todo a tomar más agua, comenta Espinoza.

Como última alternativa de prevención o tratamiento para evitar complicaciones futuras o riesgos de contraer la covid-19, la doctora Espinoza propone la cirugía bariátrica. “Perder peso no es fácil y por eso es necesario el apoyo de todos, ya que las personas con sobrepeso y obesidad necesitan un manejo multidisciplinario para cambiar sus hábitos alimenticios y eso requiere de un largo proceso”, puntualiza.

Hadeh también reconoce que la obesidad se puede controlar mediante cambios conscientes en la dieta, y ejercicio regular y constante. “La obesidad es un factor de riesgo modificable, por lo tanto, si se reduce el índice de masa corporal en tan solo un 5%, se puede disminuir el riesgo de terminar en la UCI o con un ventilador”.

La obesidad comienza en la niñez y es un problema de salud pública.

Los especialistas también aconsejan a las personas obesas tomar sus medicamentos para cualquier condición de salud subyacente y seguir los lineamientos de su proveedor de atención médica, además de mantener las precauciones de distanciamiento físico.

Disfunción metabólica y cura

El metabolismo es el proceso que usa el organismo para obtener o producir energía por medio de los alimentos que ingiere. La comida está formada por proteínas, carbohidratos y grasas. El cuerpo descompone los alimentos en azúcares y ácidos, y el organismo puede utilizar esta energía de inmediato o almacenarla en tejidos corporales, como el hígado, los músculos y la grasa corporal.

En ese sentido, la doctora Glandt asegura que las enfermedades relacionadas con la alimentación requieren soluciones relacionadas con la alimentación también.

“Las enfermedades metabólicas se caracterizan primordialmente por un exceso en la ingesta de azúcar, carbohidratos y aceites vegetales. Todos ellos provocan un rápido aumento de la hormona insulina y podrían conducir a una resistencia a la insulina y a otros desequilibrios hormonales”.

La doctora señala la comida rápida como la gran culpable de las malas costumbres alimenticias de tantos países occidentales, que ven aumentar la obesidad en su población. Insiste en que la comida basura sin nutrientes, comida procesada llena de azúcar y aceites vegetales, las sodas y zumos de fruta (también los naturales), deberían sustituirse por comidas que no destruyen el metabolismo.

Un ejemplo de ellas son las que componen la dieta ketogénica, muy baja en carbohidratos, con muy poca fruta y sin arroz ni legumbres. “Evitar los carbohidratos es el mejor modo de romper el ciclo de subidas de insulina y resistencia a la insulina”, señala la endocrinóloga.

De acuerdo con la OMS, del buen funcionamiento del sistema endocrino, entre otros factores, depende nuestra salud, ya que este regula la liberación de hormonas esenciales.

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