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Claudia Vidal: 'Hay que suprimir el estigma sobre la educación sexual'
- 08/06/2021 00:00
- 08/06/2021 00:00
Claudia Vidal es abogada y se ha desempeñado en el área comercial y procesal. Cuenta que desde los 17 años supo que quería ser jurista. “Crecí en el interior del país y cuando visité la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá (UP), fue muy inspirador para mí; entonces quise formar parte de este centro de estudio superior. Otro factor que me inspiró es mi pasión por los derechos humanos y la investigación”.
Además de dedicarse a la abogacía, Vidal es activista por los derechos sexuales y reproductivos de las niñas, adolescentes y mujeres. También es fundadora de 'Palabras poderosxs', un colectivo que busca visibilizar la gestión menstrual como un derecho humano y la importancia de la implementación de una educación sexual integral.
Durante una entrevista para MIA Voces Activas, la abogada habla de su labor desde 'Palabras poderosxs' y cuenta cómo desde su trinchera gestiona para garantizar los derechos de salud reproductiva y sexual de las mujeres en el país.
Empieza en 2020 en medio de la pandemia a raíz de una indignación que sentí cuando vi un video en redes sociales y en los medios de comunicación. En ese video las mujeres le estaban exigiendo al gobierno que incluyera toallas sanitarias en las bolsas de comida; sin embargo, recibieron muchos ataques en las redes sociales, donde se les decía que ellas podían trabajar para obtener los productos y que no era asunto del gobierno. Es ahí que 'Palabras poderosxs' toma acción en pro de los derechos sexuales y reproductivos de las niñas, adolescentes y mujeres.
Creo que parte de nuestra formación ha sido más enfocada con relación a los derechos humanos, lucha contra la contaminación ambiental, el racismo, las luchas por la comunidad LGBTIQ+. Es importante que nos involucremos y que demos nuestras opiniones, también que estemos activos en nuestras comunidades porque hemos visto resultados favorecedores en los últimos años, por ejemplo, con el movimiento #Metoo que en su mayoría fueron mujeres, también #Niunamenos en Argentina que fue iniciado por féminas jóvenes, todo esto ha sido una ola para rescatar, hablar y traer a la mesa todas esas violaciones que se han afrontado durante toda la historia, es por ello que es muy importante visibilizarnos en la sociedad. Invito a que nos reunamos y hablemos de los derechos humanos.
Surgió como un ciclo de lectura feminista que buscaba visibilizar el trabajo literario y artístico de las mujeres a lo largo de la historia que, como todos saben, siempre ha estado presente, pero poco se ha contado sobre las féminas. Como mencioné hace un momento, dio un giro en cuanto a su función y encontramos un objetivo por el cual trabajar, que es velar por la salud de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Ahora desde el colectivo buscamos dar a conocer la gestión menstrual, derechos sexuales y reproductivos.
Fue un reto, tomando en cuenta que todos estábamos en confinamiento estricto, por lo que nos limitaba la recolecta de donaciones; lo hicimos todo por transferencia bancaria, otros fueron a mi casa, que se convirtió en centro de acopio para entregar las toallas sanitarias, incluso tuvimos que sacar salvoconductos para poder desplazarnos a los lugares donde haríamos las entregas, por ejemplo, a Chepo. Muchas personas nos reunimos y fue la manera en que pudimos llevar a cabo la entrega de los productos de gestión menstrual. Este ha sido un camino largo de enseñanzas, de redefinir los conceptos de la gestión menstrual que nos habían dicho anteriormente, de que era algo vergonzoso y otros conceptos que nos mantienen vulnerables ante los derechos de salud sexual y reproductiva. Esta experiencia también me ha llevado a aprender de otras mujeres.
He trabajado con Irma Hernández, la asesora legal del diputado Juan Diego Vásquez, ambas hemos leído muchos informes, leyes que ya se han hecho en otros países porque la iniciativa es reciente en el mundo, pero ya existen legislaciones que tienen una ley en naciones como Escocia, Colombia, México y Estados Unidos. En el camino hemos podido conocer la opinión que tiene al respecto el Ministerio de Economía y Finanzas sobre el proyecto de ley. También hemos estado trabajando en una mesa en la cual buscamos considerar una renta sustitutiva para que el gobierno avance con la eliminación del 7% de esos productos de higiene menstrual. En resumen, ha sido provechoso y estamos pensando en que se aumente el Itbms para la minería, y que pase de un 7% a un 10% que es la propuesta que venimos trabajando. Sabemos que este proyecto no será solo para el presente, sino que se mantendrá en el tiempo y va a permitir que muchas adolescentes y damas que se encuentran en pobreza menstrual cierren esa brecha y tengan una menstruación digna.
La educación sexual es una deuda pendiente que tiene el Estado en sus políticas públicas. Tenemos años tratando de que la ley de educación sexual pase en la Asamblea, pero de una u otra forma se presentan detractores en todas partes, grupos que mantienen condiciones fundamentalistas que impiden que este proyecto vea la luz y sea ejecutado. El principal problema es que las niñas y adolescentes no reconocen los procesos de su cuerpo, existe mucho tabú y desconocimiento del tema de embarazo adolescente, de enfermedades de transmisión sexual, lo que crea el ambiente propicio para que estas cifras sean tan alarmantes, en especial en las áreas más vulnerables, como son las comarcas, una de las zonas con más embarazos adolescentes. Se debe trabajar en una educación sexual integral para evitar estos casos y gestionar en conjunto, donde no solo participe el gobierno, sino la sociedad civil para pensar y buscar otras maneras de educar. Hay que suprimir el estigma sobre la educación sexual porque no tiene que ver solo con relaciones sexuales, sino con emociones, menstruación, protección y autonomía personal.
Necesitamos primero que se presente un proyecto de ley. El diputado Gabriel Silva presentó uno recientemente que busca implementar la educación sexual para evitar embarazos adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual. Este proyecto se enfoca en la prevención. Es triste ver que el problema está sucediendo y que las consecuencias para las niñas son nefastas. Es difícil para aquellas que no reciben la capacitación necesaria, que no pueden decidir, que no conocen lo que le pasa a su cuerpo. La sociedad debe abrir los ojos porque es un daño no tener educación sexual. Requerimos que la ley pase y que todos los sectores de la sociedad cooperen. Actualmente se deben estar implementando las guías de educación sexual integral del Ministerio de Educación, pero no es suficiente porque existen muchas áreas a las cuales no va a llegar esta información; debe ser un plan articulado que involucre también al Ministerio de Salud y a otras instituciones.
Seguimos enfrentando vulneraciones de nuestros derechos en lo reproductivo, lo laboral y la igualdad. En Panamá la lucha debe ser integral, ya que hay temas como el fuero de maternidad que no está siendo cubierto y garantizado para las mujeres que se encuentran embarazadas en estos momentos y por la pandemia se les suspendieron los contratos, se les despide de forma injustificada, sin reconocimiento a sus derechos laborales. Por otro lado, están los altos índices de feminicidio, violencia y abusos sexuales que siguen siendo temas de todos los días. Es importante que como activistas y feministas estemos pendientes de la vulneración de todos esos derechos.
Lastimosamente este año la justicia le ha fallado a las mujeres. Hemos sido testigos de dos fallos nefastos, el primero cuando declararon no inconstitucional la esterilización femenina, y el segundo es cuando declaran no culpable al diputado Arquesio Arias con una serie de errores en temas procesales que son evidentes y que mantienen esa vulneración de derechos a las mujeres. La justicia en Panamá está muy débil, al igual que la confianza en el sistema.
Me gustaría que las niñas y adolescentes en Panamá tuvieran una vida digna, lo que significa garantía de derechos, servicios cubiertos, que tengan autonomía sobre su cuerpo, caminar por las calles sin miedo, una menstruación digna, que puedan denunciar y que sepan que hay certeza de castigo, que las jóvenes no tengan que decidir entre comer o comprar una toalla sanitaria. Necesitamos un ambiente sano y derecho al ocio. Mi Panamá ideal sería donde se garanticen los derechos fundamentales.