La vida en una maleta

Actualizado
  • 24/06/2024 20:55
Creado
  • 24/06/2024 16:51
Suitcases stories, exposición del artista Rodney Zelenka que se presentará en la Galería Juan Manuel Cedeño hasta el 13 de julio lleva al espectador por el viaje forzado de las víctimas de la hambruna y la guerra, una situación cada vez más frecuente y cruda

Mares y cerros de pertenencias: ropa, botas, artefactos... un sinfín de objetos que forman parte de la vida de una persona y que, en caso de huida, van quedando atrás. Unos pocos, aquellos considerados los más indispensables quedarán embutidos en una maleta que, con suerte, llegará hasta el final del recorrido propuesto. Armas de todo tipo y tamaño que amenazan, horrorizan y obligan a marchar.

Rostros atemorizados, desesperanzados, desfallecientes se encuentran con otros que fustigan, someten, castigan. Violencia, hambre, miedo... son algunos de los elementos que veremos en Suitcase stories, muestra que Rodney Zelenka presenta en la Galería Juan Manuel Cedeño en Las Bóvedas, San Felipe.

“Me esfuerzo por capturar y reflexionar sobre una amplia gama de elementos que componen nuestra realidad cotidiana; desde la dinámica del uso y abuso del poder, las complejidades de las costumbres sociales y su impacto en nuestra intimidad, hasta el papel del ser humano en relación con la naturaleza, ya sea mostrando el desprecio o el aprecio hacia ella...”, dice el artista en el texto que presenta esta muestra que consta de pintura, técnicas mixtas, escultura y video, este último producido por Animal. Y es que para Zelenka “una obra de arte es el resultado de una profunda investigación. Debe tener cuerpo, estructura, fuerza interior y mensaje exterior, movimiento, sonido y dirección, y debe proyectarse en más de tres dimensiones”.

Este concepto es ampliado por la curadora de la muestra, Gladys Turner Bosso. “El fenómeno artístico es sumamente complejo y la realidad es que las facultades que se activan durante la fase creativa son múltiples. Y todas son necesarias. En el proceso creativo del artista participa lo sensorial, lo emocional, lo subconsciente, pero también la memoria, la razón, la reflexión filosófica, lo simbólico, lo afectivo. Cuando un artista está trabajando en una serie de obras, no trabaja con sus facultades seccionadas o compartimentadas; todo está unido, activado a la vez”.

Y esta cantidad de elementos, algunos más visibles que otros, puede llegar a ser abrumador. El observador debe ser igual de meticuloso e investigador.

De acuerdo con la curadora, en el caso de Zelenka, “hay una fuerte actividad de observación atenta de la realidad, sumado a una serie de inquietudes filosóficas que se unen a preocupaciones de corte humanista, a una gran empatía y a una loca suerte de ferocidad lúdica”. Sa a esto sumamos amplios conocimientos en diversos campos, el resultado será “una obra polisémica, abigarrada, con una visualidad muy agresiva, con demasiadas capas de significado”. Y ante ello, la labor del curador es vital.

“Una de las muchas actividades que un curador tiene que abordar, es el de ser mediador entre la obra del artista y los públicos. Cada obra que forma parte de la exposición Suitcase stories fue seleccionada para poder facilitar el encuentro con el mundo creativo de Rodney Zelenka; un mundo muy complejo, con infinita cantidad de referencias visuales y filosóficas, que era necesario ordenar para los espectadores, sobre todo, tomando en cuenta que el artista no había expuesto en Panamá en más de 20 años”, detalla.

Turner Bosso decidió incorporar tres piezas que no son de su producción reciente, pero que “temáticamente son el germen de las se han realizado del 2022 en adelante”. Con ello, se muestra al público que los tópicos abordados en esta muestra son el resultado de un proceso evolutivo y continuo del artista. “Al final de cada una de las cuatro paredes de la galería, incluí obras que podrían ser consideradas como claves iconográficas del lenguaje de Zelenka, un lenguaje en cierto sentido muy críptico y personal, y con el que había que familiarizar al público para que pudiera comprender, desentrañar los múltiples mensajes de la obra, y también, claro, para disfrutar más de las piezas”. Todo ello, considerando que la galería Juan Manuel Cedeño es pequeña y “había que considerar las dimensiones de las obras que se iban a exponer y dosificar el impacto visual que pudiera generarse en los públicos”.

Son dos salas, cuatro paredes en la que el resultado juega entre lo descarnado y lo lúdico, entre la crudeza y lo conmovedor. Todo en una variedad de soportes que interactúan entre sí.

Sobre la obra de Zelenka, sobre todo en esta muestra, Turner Bosso se explaya:

“Debo decir que yo no había estado en contacto con la obra de Zelenka desde aquellos lejanos tiempos de la desaparecida Bienal de Arte de Panamá, la que fue creada por Mónica Kupfer e Irene Escofery. Ya en ese tiempo, Zelenka había realizado obra instalativa y ensambles que recuerdo vívidamente; el collage era habitual en su obra también. Pero cuando visité el estudio de Zelenka el año pasado, me di cuenta que me había perdido una parte importante del desarrollo de su obra. Ahora, las referencias se han multiplicado; la obra de Zelenka tanto tiene alusiones a Goya, Rubens o Miguel Ángel, como al cómic, el cine, a la novela gráfica o al fotoperiodismo. Y todo esto forma una obra híbrida, chocante, estimulante”.

Sobre su obra, el artista comenta que “mi objetivo es involucrar al espectador con una experiencia estética un tanto desestabilizante y que, a partir de la creación de dramas que resuenen en sus experiencias personales, se establezcan conexiones significativas en múltiples niveles”.

Como curadora Turner Bosso tuvo que “decantar toda la información acumulada para reducirla a unas cuantas obras selectas; y eso es un trabajo muy difícil. Pienso que Rodney también entiende que es buena idea mostrar pocas obras, pero bien relacionadas, para permitir a los públicos apoderarse de las claves de su mundo y familiarizarse con él”, concluye.

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