‘Hombres en bóxer’, la intriga sobre las tablas

Actualizado
  • 02/07/2024 00:00
Creado
  • 01/07/2024 19:51
Esta comedia, que se presentará entre el 4 y el 27 de julio en el Teatro La Plaza, presenta un dilema matrimonial que puede servir de reflexión social para el público

Tal como su nombre lo dice, la obra Hombres en bóxer involucra una situación truculenta que mantendrá a los espectadores a pegados de sus butacas hasta el final de la función.

La trama gira en torno a Alan Russo y Nicolás Bianchini, dos hombres que trabajan en la misma oficina y que se despiertan misteriosamente en la cama semidesnudos sin saber por qué se encuentran en esa posición. Acto seguido, la esposa de uno de ellos los descubre, y ambos deben hacer todo lo posible por demostrar que todo es un malentendido y que no son homosexuales. A partir de entonces, se desentraña una historia cuyo final responde a lo que se vaya desarrollando en el transcurso de la obra.

Inspirada en la obra francesa Deux hommes tout nus (Dos hombres desnudos, en francés) del dramaturgo Sébastien Thiery, la obra Hombres en bóxer propone una visión cómica de una situación que a todas luces sería tergiversada. Su director Aaron Zebede comentó a La Estrella de Panamá que le llamó la atención la puesta en escena de la obra cuando la fue a ver en España hace varios años.

“A mí me gustó mucho el tema, me parecía interesante pero lo que no me pareció fue la forma en cómo se estructuró el guión y la trama de esa obra. Entonces, yo agarré el tema y reescribí una obra nueva y ahora la vamos a montar en el escenario”, relató.

A juicio de Zebede, esta es una de las comedias que más ha disfrutado montar en sus 20 años de trayectoria en el teatro por esas situaciones que se asemejan a la realidad actual, siendo así la más divertida de todas las obras de las que le ha tocado estar al frente. Para reafirmar esa sensación, espera al público en el teatro para que le confirme sus buenas vibras el respaldo en las funciones que se darán de martes a sábado.

La obra busca ahondar no solo en la temática de la infidelidad en sí sino en la honestidad y la buena comunicación que debe haber en cualquier relación de pareja.

“La obra demuestra más que todo que la honestidad es la mejor herramienta para que una pareja, como tal, funcione porque hay muchas mentiras que se van creando en el transcurso de la obra, y que van a agravar aún más la situación. Cuando la verdad sale a la luz, queda esa moraleja en la que si se hubiese sido sincero desde un principio, no tendría que haber sucedido esto”, comentó.

Además de la honestidad de la pareja, se aborda también el hecho de que se piensa que hay males peores que otros cuando en realidad no debería ser así. Una situación que la esposa no sabe qué es lo que debería ser peor para ella, que su cónyuge la engañe con una amante o que su esposo tenga una relación secreta con un hombre.

“La pregunta que nos planteamos en la obra es: ¿Hasta qué punto tuvieron que llegar estos dos hombres para desmentir que son homosexuales? Es inverosímil de por sí el hecho de que ambos hubiesen creado estas mentiras y tuvieran que vivir estas situaciones”, apuntó.

Una oportunidad para reflexionar

Diego Medina, quien interpreta a Alan Russo, comentó a este diario que Hombres en bóxer es la ocasión propicia para reflexionar sobre ese dilema social que ha puesto al hombre a defender su masculinidad y su heterosexualidad a toda costa. En tanto, Medina señaló que otra de las moralejas de la obra es que las parejas tienen que conocerse para asegurar esa confianza mutua basada en la verdad.

“Le hemos dado tanta preponderancia a la orientación sexual de las personas hoy en día, que eso se convierte en un tesoro que hay que proteger celosamente y del que nadie puede tener dudas de él. Esto llega al punto de que uno como hombre se tiene que defender, no ante una desconocida, sino ante su esposa”, expresó.

Esta es una de las situaciones por las que tiene que atravesar Alan en un contexto en el que tiene que descifrar lo que le pasó mientras intenta salvar su matrimonio. Una confusión que le impide saber con certeza qué fue lo que lo llevó a compartir la cama con un compañero de trabajo en su propia casa y en calzoncillos. Él llega al punto de contratar a una escort para convencer a su esposa que si en todo caso hubo una infidelidad, esta traición fue cometida con una mujer.

Medina agregó que la obra de teatro toca un tema tabú en Panamá que es el de esas parejas, en las cuales uno de sus integrantes parece llevar una doble vida. Algo que es vox populi.

“Estos temas no se tocan abiertamente en la sociedad panameña, y se van a comentar abiertamente entre el público que vaya a ver la obra. Todo esto porque estamos en un país donde todo aquello relativo a la homosexualidad genera más importancia en la conversación pública que el problema de la corrupción. Una cámara de vigilancia puede captar a un diputado robándose un maletín y no pasa nada pero si se ve a dos hombres en un baño o en un parque, esto es lo peor y amerita una gran manifestación en la calle”, ironizó.

Carolina Castillo, por su parte, se mete en la piel de Katherine, esposa y madre abnegada de dos hijos que descubre la escena que la pone a dudar sobre la fidelidad de su esposo. Odiadora de la mentira, Katherine busca esclarecer la verdad y llega al punto de intentar convencer a Alan para que se abra a ella y le diga con sinceridad si es homosexual o no pero al final no lo logra, y eso es lo que más le frustra.

Cuando Castillo leyó por primer primera vez el guión, le pareció gracioso de principio a fin ya que es una situación mucho más frecuente de lo que se piensa.

La actriz expresó que la doble vida que viven otras personas, y que es objeto de murmullos en las calles, se debe a la incertidumbre que estas personas tienen en ser bien vistos o aceptados por la sociedad en términos de su orientación sexual.

“Al final, terminan casándose y obedecen ese patrón de familia clásica que ha sido impuesto por la sociedad, dejando de lado los sentimientos y la felicidad que uno debería vivir. Así podemos ver cómo una persona puede ser infeliz toda su vida porque no tiene esa confianza y esa libertad de abrirse y explorarse. Un buen aprendizaje de la obra es que cada quien debe ser feliz como quiera y la forma en que lo desee, sin hacerle daño a nadie”, dijo.

Hugo Víctor Rodríguez interpreta a Nicolás Bianchini, el hombre que acompaña a Alan en su propia cama. Rodríguez aseguró que esta comedia teatral con tintes de intriga tiene el fin de provocar un impacto reflexivo que entretenga al público.

“Además de hacer pensar, buscamos siempre hacer que en el teatro se haga pasar al público un buen rato. Esta obra cumple con dos propósitos: hacer una radiografía de cómo anda la sociedad o, al menos una parte de ella, y el otro es entretener con buena comedia”, comentó.

En tanto, Jeanny Raven funge como Dulce, la escort que consigue Alan para demostrarle su heterosexualidad a su esposa Katherine. Atractiva en su imagen e ingenua de personalidad, tiene una intervención en la obra que si bien es corta, participa de una parte jugosa de la trama.

“Aparte de toda la maraña de mentiras que Alan inventa para intentar quedar bien ante su esposa, la obra en sí tiene otras situaciones en medio que serán muy interesantes para el público”, agregó.

Hugo Víctor Rodríguez
Actor
Además de hacer pensar, buscamos siempre hacer que en el teatro se haga pasar al público un buen rato.”
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