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De Rusia, con amor
- 06/11/2022 00:00
- 06/11/2022 00:00
La invitación se dio a conocer a penas unos días atrás. El Coro Turetsky y Soprano se presentarían en Panamá en una función gratuita el día 3 de noviembre. La presentación fue organizada por la embajada de la Federación Rusa en Panamá.
La agrupación, reconocida internacionalmente está realizando una gira desde hace algunos años. Haría una parada de solo 12 horas en Panamá. Y, ¿por qué no presentarse aquí?
“La intención es hacer un intercambio cultural entre Rusia y países latinoamericanos”, dijo el embajador de la Federación Rusa en Panamá, Efgeny Boykov. “Estuvieron en Lima y después en Bogotá. Aquí se suponía una escala técnica, pero después, surgió la idea de aprovechar el tiempo para dar a conocer al público panameño también a la comunidad rusa”, agregó.
El embajador aseguró que “queremos que este sea un regalo de Rusia en esta efeméride de la separación de Panamá de Colombia. Nosotros nos adherimos a esta fiesta y quisiéramos también felicitar al pueblo panameño pero también para nosotros es importante, porque mañana (4 de noviembre) en Rusia se celebra la fiesta de la Unidad Nacional , se celebra el aniversario de la liberación de la capital, cuando las milicias rusas liberaron Moscú en 1612 de los invasores extranjeros”, detalló.
“Coinciden estas dos fechas, así que es una doble celebración y esperamos que el público panameño pueda disfrutar de un espectáculo de muy alto nivel. Con esta agrupación”, agregó.
El coro Turetsky, creado y dirigido por Mijail Turetsky desde 1990 tiene más de 30 años de trayectoria con voces que se han ido renovando a lo largo del tiempo. El grupo está formado por 10 solistas que van desde el bajo profundo hasta la voz de soprano masculino. El grupo Soprano – un nuevo proyecto del Coro Turetsky, está integrado por siete mujeres, igualmente con un amplio rango de voces femeninas.
“Se ocupan de interpretar piezas clásicas, rock, jazz y también piezas del folclor ruso. La idea de este viaje es mostrar un poco a los amigos en América Latina la cultura rusa”, recalca el embajador.
La convocatoria fue atendida. La iglesia San Antonio de Padua en Miraflores recibió a invitados del Cuerpo diplomático, a la comunidad rusa residente en Panamá, panameños que estudiaron en Rusia, entusiastas de la música y público en general.
La velada arrancó con unas palabras de bienvenida por el embajador Boykov, quien hizo énfasis en el intercambio cultural entre los dos países.
El programa arrancó con “Oda a la alegría”, tema del último movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, interpretado por voces masculinas. El ensamble vocal es acompañado por un sintetizador y un bajo eléctrico que aportan un sonido actual a piezas de otras épocas. Los arreglos vocales se apegan mucho a los tiempos originales de los temas, pero con algunos giros modernos. Las voces son impecables.
El programa continuó con el “Ave María” de Gounod, en voces masculinas, pero en un registro de soprano. Con “Nessun Dorma”, aria más conocida de la ópera Turandot se unió una voz femenina. Le siguió “Per te” de Josh Groban. Parte del repertorio incluyó canciones rusas, la infaltable “Kalinka”, de Ivan Larionov, "Podmoskovnie vecherá (Noches de Moscú) de Vasili Soloviov-Sedoi , “Ochi Chórniye” (Ojos negros) . de Florian Hermann, "Dorogoi dlínnoiu" (En el camino largo), de Borís Fomín.por mencionar algunas. Unas, tradicionales, otras, temas derecordadaes películas, otras, canciones que nacieron en la guerra.
De Albinoni, su reconocido “Adagio” en un arreglo que nos lleva a “Salaviei”, (El ruiseñor) de Alexandr Aliáviev, en una interpretación exquisita. El aria de Danilo de la opereta “La viuda alegre”. También hubo jazz, un número completo, improvisación en la técnica de scat que demuestra la maestría de su intérprete femenina.
“Hola Panamá”, saludaban los cantantes. Lanzaron besos a la audiencia, incluso sacaron a bailar a algunas personas. “De Rusia. con amor”, decían al finalizar las piezas, haciendo un guiño a la cinta de James Bond.
El público, sobre todo, el ruso, pudo acompañar las interpretaciones de los temas folclóricos, pero en general, temas como “Bella Ciao” y “ Hava Nagila”, fueron coreados por los asistentes. En español, un medley con “María Isabel” (Los Payos) y “La Batea”, (Quilapayún) con un acento bastante bien logrado, evidenció el interés por llegar a públicos con idiomas muy diversos. El espectáculo fue muy variado, con un repertorio internacional accesible a cualquier país, y claro, con un componente propio cuyo objetivo es dar a conocer una cultura que puede resultar muy lejana, pero no incomprensible.
“Queremos promover la paz y la amistad entre los pueblos a través de la música”, dijo su director Mijail Turetsky al dirigirse al público.
El proyecto ha recorrido ya más de 25 países de Europa, Asia, América del Norte y América Latina. El proyecto está impulsado por el Gobierno de Moscú, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia