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Panamá: el aumento del nivel del mar sigue afectando las costas
- 02/02/2023 00:00
- 02/02/2023 00:00
Nadie imaginaba hace cinco décadas que las emisiones actuales de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, calentaría el planeta hasta propiciar el deshielo de los polos y el retroceso de los glaciares. La velocidad a la que avanza el cambio climático y el calentamiento global, intensificada por la acción del hombre, ha aumentado el nivel del mar unos 23 centímetros desde 1880, y casi la mitad de esos centímetros han aumentado en los últimos 25 años, según describen varios informes sobre el cambio climático.
Cada año, el mar sube otros 3,4 milímetros, lo que provocará un aumento de 30 centímetros en los niveles del mar de aquí a 2050, según afirmó la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (Noaa).
A fin de mitigar más desastres, en Panamá, el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) presentó los resultados del estudio denominado: 'Desarrollo de una base de datos de dinámicas marinas en las costas panameñas, para evaluar impactos y vulnerabilidad por ascenso del nivel del mar'.
Luego de cotejar la información, se confirmó que en los próximos años se registrará un ascenso de nivel del mar estimado entre 0.27 metros (Caribe) y 0.19 metros (Pacífico), en un escenario optimista, y que las zonas con más impactos por las tormentas e inundaciones serán: Isla Carenero, Changuinola, Bastimento en Bocas del Toro; el área turística en Boca Chica, Pedregal en Chiriquí; Kusapin, Tobobe en la comarca Ngäbe Buglé; Río Hato, Natá, Aguadulce en la provincia de Coclé; París, Parita, Llano Bonito en la provincia de Herrera; Isla Iguana en Los Santos; Portobelo, Santa Isabel en Colón; La Palma, Garachiné en Darién; Punta Chame, Playa Leona en Panamá Oeste; Tocumen, Juan Díaz en Panamá Este y todas las islas ubicadas en la comarca Guna Yala.
De hecho, el aumento del nivel del mar en la comarca Guna Yala ha obligado a algunos residentes de varias de las islas a trasladarse a tierra firme. Esta reubicación es prueba de que las comunidades costeras son las más afectadas por los estragos del cambio climático y de no actuar pronto, los habitantes pueden convertirse en 'refugiados climáticos', ya que pueden quedar sin hogar.
Durante la presentación del estudio, Milciades Concepción, ministro de Ambiente, expresó que Panamá es muy vulnerable ante el cambio climático; evidenciándose altos riesgos.
“De aquí en adelante ese análisis de riesgo climático debe estar en toda la planificación de los proyectos que estamos incluyendo en nuestros planes y programas, y esto debe ser una política pública”, agregó.
Ligia Castro, directora Nacional de Cambio Climático de MiAmbiente, destacó que lo más importante de este estudio es que se puede mostrar a todos los sectores.
Castro ahondó en que es indispensable identificar y prepararse ante los posibles impactos del cambio climático. “Si contamos con información futura referente al ascenso del nivel del mar, se pueden planificar las medidas de adaptación más apropiadas que podrían fortalecer las capacidades adaptativas y la resiliencia en las áreas costeras del país. Lo hemos estado haciendo primero en el sector gubernamental”, manifestó.
Esta iniciativa fue liderada por la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, a través del trabajo técnico y científico del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria, España) con el acompañamiento del equipo de Riesgo Climático de Departamento de Adaptación y Resiliencia.
El estudio, que tomó como referencia el 'Sexto Informe' del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, consiste en levantar una base de datos de las dinámicas marinas con cobertura a lo largo de toda la costa de Panamá, que permita conocer las condiciones actuales y evaluar el aumento del nivel medio del mar al año 2050.
Un informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 °C, destaca una serie de daños ocasionados por el cambio climático que podrían evitarse si el límite de calentamiento global se estableciera en 1,5ºC en lugar de 2ºC, o más. Por ejemplo, para 2100, el aumento del nivel del mar a nivel global sería 10 centímetros más bajo con un calentamiento global de 1,5°C.
Las probabilidades de tener un Océano Ártico sin hielo durante el verano disminuirán a una vez por siglo, en lugar de una vez por década, con el máximo en 1,5ºC si el límite se establece en los 2ºC.
Los arrecifes de coral disminuirían entre un 70 y 90% con un calentamiento global de 1,5 °C mientras que con 2ºC se perderían prácticamente todos (el 99%).
Este informe también indica que limitar el calentamiento global a 1,5°C requeriría transiciones “rápidas y de gran calado” en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Las emisiones netas mundiales de CO2 de origen humano tendrían que reducirse en un 45% para 2030 con respecto a los niveles de 2010, y seguir disminuyendo hasta alcanzar el “cero neto” aproximadamente en 2050.
Según una nota publicada por ONU Ambiente, el aumento del nivel del mar a escala mundial se aceleró desde 2013 y ha alcanzado un nuevo nivel máximo en 2022, a lo que se suma el calentamiento y la acidificación constantes de los océanos.
Debido a ese aumento de los niveles del mar, el mundo ha sido testigo de grandes catástrofes relacionadas con las lluvias y las inundaciones en los últimos años.
La última edición del informe 'Riesgos de catástrofes interconectadas 2021/2022', elaborado por investigadores de la Universidad de Naciones Unidas, que analizó 10 catástrofes en todo el mundo incluidos huracanes, inundaciones, incendios forestales y olas de calor.
“El informe provisional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado del clima mundial en 2021, se basa en los últimos datos científicos que demuestran que el planeta está cambiando ante nuestros ojos. Debemos actuar ahora, con ambición y solidaridad, para proteger nuestro futuro y salvar a la humanidad”, afirmó António Guterres, secretario general de la ONU en una declaración en video.
Desde las profundidades oceánicas hasta las cimas de las montañas, desde el derretimiento de los glaciares hasta los implacables fenómenos meteorológicos extremos, se están destruyendo los ecosistemas y las comunidades de todo el mundo, sostuvo Guterres.
“Los científicos no dejan dudas sobre los datos. Ahora los dirigentes deben ser igualmente contundentes en la adopción de medidas. La puerta está abierta; las soluciones existen”, compartió.