Estudiar con una discapacidad y el reto de la inclusión universitaria

Actualizado
  • 04/11/2023 00:00
Creado
  • 04/11/2023 00:00
A pesar de los múltiples avances, cumplir con las necesidades especiales de este sector de la población estudiantil sigue siendo un desafío para la comunidad educativa
Las personas con una discapacidad intelectual o emocional son las más propensas a sufrir rechazos en ambientes académicos.

La inclusión de las personas con discapacidad en los campus universitarios, sigue siendo uno de los retos por superar en la educación superior.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) este grupo es uno de los más marginados, vulnerables y excluidos en centros universitarios, teniendo dificultades para acceder a las instalaciones y enfrentarse a diversas formas de estigmatización y discriminación.

De hecho, según el estudio presentado por la Fundación Universia en el VI Congreso Internacional Universidad y Discapacidad (CIUD), en el que participaron 57 universidades, un 18% de estudiantes con discapacidad que fueron consultados en una encuesta afirmó haberse sentido discriminado en alguna ocasión durante sus estudios universitarios.

El estudio, presentado por sexto año en carácter bienal, tiene la finalidad de medir el grado de inclusión de las personas con discapacidad en el sistema universitario, así como mostrar la evolución que han sufrido durante el curso académico.

Es importante que los campus universitarios adecuen sus instalaciones a las necesidades de los estuidantes con discapacidad.

En esta ocasión participaron 1,386 estudiantes universitarios con discapacidad que estén cursando actualmente la universidad o lo hayan hecho recientemente.

Según los encuestados, las principales razones por las que se han sentido excluidos han sido las barreras arquitectónicas y académicas de sus universidades, las relaciones con sus profesores, problemas de aspecto burocrático o la relación con sus compañeros de clase y otros estudiantes.

En cuanto a este último, cerca del 20% de los encuestados afirma que otros alumnos se comportan diferente con ellos a diferencia de aquellos compañeros sin alguna discapacidad.

Avances en el istmo

En Panamá, la inclusión de los estudiantes universitarios que presentan una discapacidad viene tomando fuerza en los últimos años.

Apoyados del artículo 87 de la Constitución de la República de Panamá, el cual menciona que “todos tienen derecho a la educación y a la responsabilidad de educarse”, así como en el Decreto Ejecutivo 1 del 4 de febrero de 2000, que se señala que se debe establecer la normativa para la Educación Inclusiva de la Población con necesidades educativas especiales, viendo la problemática de la discriminación de este sector de la población como una prioridad para la comunidad educativa de Panamá, instituciones de educación superior como la Universidad de Panamá (UP) y la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP)realizan actualmente iniciativas para la inclusión académica.

Desde la implementación de rampas universitarias y otras acomodaciones arquitectónicas dentro de los campus hasta la adecuación del trabajo para fomentar la igualdad académica entre los estudiantes son algunas de las tareas que se han tomado estas instituciones.

De acuerdo a Yomaris González Tuminelli, coordinadora de la Oficina de Equiparación de Oportunidades (OEO) en la UP, el primer paso que toma la universidad es orientar a los profesores sobre las necesidades de los estudiantes que presenten alguna discapacidad para asegurar las adecuaciones necesarias.

La experta dijo en una entrevista a la revista semanal de la UP, La Universidad, que eso no significa que el currículo académico de las carreras sea modificado, sino que el acceso a la información y espacios es facilitado a los estudiantes con necesidades especiales.

“Por ejemplo, que el estudiante pueda grabar una clase, que tenga un poco más de tiempo al momento de hacer el examen. En caso de ser no vidente, que cuente con el soporte de un escribiente para que él, en igualdad de condiciones, resuelva el examen”, señaló para el semanario.

Esta oficina también cuenta con el apoyo de trabajadores sociales, quienes están pendientes de los alumnos y asimismo, colaboran con la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), lo que permite identificar las necesidades de estos estudiantes más allá de su discapacidad, de una manera más integral.

Periódicamente, la información recabada por la oficina es remitida al Senadis para que conozcan lo que hace la OEO en materia de inclusión.

González Tuminelli dio a conocer en esta misma entrevista que los trabajadores sociales de la oficina identifican el nivel socioeconómico y falencias en esta arista que tengan los estudiantes para encontrar soluciones al alcance de los estudiantes.

Otras preocupaciones

Independientemente del avance que han realizado distintas universidades alrededor del mundo para la inclusión académica de las personas con discapacidad, el rechazo social sigue siendo una de las inquietudes en cuanto a este tema, siendo los profesores y otros estudiantes los más propensos a aislar a los estudiantes con discapacidades.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), los alumnos con discapacidades tienen tantas o más posibilidades de ser víctimas de violencia y acoso por parte del sistema educativo, a diferencia de aquellos estudiantes sin una discapacidad.

Otros factores que influyen la discriminación de estudiantes discapacitados es el tipo de discapacidad que tenga el alumno, siendo los más afectados aquellos con discapacidades intelectuales o emocionales.

El género también juega un rol importante, pues los alumnos varones pueden ser más propensos a ser acosados físicamente por sus compañeros, mientras que las alumnas pueden sufrir de bullying en el aspecto psicológico y social, así como la exclusión de dinámicas grupales.

A pesar de todo esto, el estudio presentado por la Fundación Universia destaca la participación de los estudiantes con discapacidad en actividades académicas, la cual es bastante elevada.

Un 44% de los encuestados afirmó que participa siempre que puede, mientras que un 25% tiene la sensación de aislarse al intervenir en actividades académicas.

En las actividades extracurriculares o fuera del ámbito académico, como deportes o tiempo de ocio, presenta una participación más baja, que desciende al 14% entre los participantes del estudio.

Por su parte, en Panamá, la OEO de la UP brinda el apoyo necesario a los centros regionales y extensiones de la universidad con las debidas recomendaciones, incluyendo reuniones, conversatorios y capacitaciones para mejorar el proceso de inclusión de los estudiantes en todas las actividades posibles.

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