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La conformación de la república a través del arte
- 13/11/2022 00:00
- 13/11/2022 00:00
Los rostros de Arlene Lachman y de Nancy Calvo, directoras ejecutivas de la Fundación Arte Panamá, reflejaban el entusiasmo, la alegría y, sobre todo, la esperanza de representaba que un nutrido grupo de personas respondiera a su invitación al Teatro Pacific la noche de un 1 de noviembre. El teatro se llenó a capacidad aún cuando muchos podrían encontrarse ya cruzando los puentes para salir de la ciudad por el asueto de fiestas patrias.
Se trataba de la culminación de un primer proyecto, por el cual la fundación estuvo trabajando por varios años. Esa noche se estrenó DocuArte Panamá, un documental que registra la vida y obra de las primeras generaciones de artistas panameños y que plasma cómo fue tomando forma el movimiento artístico desde el nacimiento de la República.
La fundación, constituida en 2014 para ejecutar un proyecto histórico de arte que contribuya a la documentación de la vida y obra de cada uno de los artistas que nacieron o desarrollaron su producción artística en Panamá, desde mediados del siglo XIX hasta el presente y así contribuir con la construcción de la memoria e identidad cultural de los panameños, ha estado desde entonces investigando y recopilando material a la vez que organizando tertulias, conversatorios, exposiciones y subastas.
“Vimos la necesidad de inventariar y documentar a los artistas para ponerlos en valor y crear la memoria de las artes plásticas desde la construcción de la nación panameña. Son obras y biografías de nuestros primeros artistas”, comenta Nancy Calvo. “Luego de analizar la mayoría de las publicaciones que existen en Panamá sobre arte, vimos que algunas se referían grupos selectos, en otras faltaban artistas o faltaba un hilo conductor entre ellos”, agrega Arlene Lachman
“Tomamos la decisión de investigar dividiéndolos en grupos, por fecha de nacimiento el primer grupo de los nacidos desde 1849 hasta 1930 y el segundo grupo de los nacidos desde 1931 hasta 1950. Decidimos poner a todos los que de una forma u otra participaron con su arte, sin juicio sobre si nos gustaban sus obras, sino queríamos recalcar quienes eran los que estaban dando su aporte para el enriquecimiento del acerbo cultural del país”, explica Calvo.
Al ir investigando sus vidas, fueron buscando referencias bibliográficas, “publicaciones anteriores de valiosos intelectuales como Renato Osores, Ramon Oviero, Pedro Luis Prados, Erick Wolfshoon, Carmen Alemán, Mónica Kupfer, Angela de Picardi, Adrienne Samos, Rodrigo Jaén, entre los más destacados, también entrevistamos a familiares, a coleccionistas a historiadores, a los artistas vivos, y así, poco a poco fuimos catalogando también fotografías de sus obras”, comenta Lachman.
Quienes descollaron, asegura, fueron los que se dedicaron al oficio con vocación, valentía, estudios, perseverancia y la gran mayoría trabajando todos los días. “Muchos con estudios académicos serios, otros que empezaron autodidactas, pero con la búsqueda permanente de superación, viajando, estudiando, comparando, participando en exposiciones individuales y colectivas, dentro de Panamá y en el extranjero, cuenta.
Lo obtenido en las bibliografías se completó con archivos propios, catálogos de exposiciones y entrevistas con los amigos de los artistas, galeristas y otros intelectuales que vivieron y compartieron con ellos.
“Cada una aportaba lo que tenía y conseguía. fueron días y días que nos sentábamos muchas horas a trabajar, investigar y escribir, sobre los artistas. Fue complejo y divertido, saber que estábamos organizando, a nuestra manera, lo que cada uno de ellos fue creando y aportando en su momento y cómo al final se va haciendo la patria y enriqueciendo la cultura del país”, relata Calvo.
La lista era cada vez más grande y tenía un hilo conductor importante: la conformación de la república, la identidad y nacionalidad de los panameños. “Esto había que dejarlo en un documental que sirviera de legado al país”, asergura Lachman, aunque esa tarea, por compleja y costosa, estaba casi al final de la lista de pendientes. Pero por esas cosas del destino, Patricia González Osorio, documentalista y cineasta española llegó a Panamá y en el año 2018 y se interesó por el trabajo de la Fundación, participó en uno de los conversatorios realizados y propuso hacer el documental, “Aceptamos aún sabiendo que no teníamos dinero para hacerlo. Patricia muy generosamente nos prestó su equipo, donó su tiempo y dirigió el documental”, destaca Calvo.
El trabajo empezó a inicios de 2019. “Conformamos un grupo de trabajo inicial bajo la dirección de Patricia y también con el equipo estuvo Sergio Cambefort, cineasta reconocido que nos apoyaba desde los inicios de la fundación. Logramos la incorporación de cinco estudiantes cuadro de honor de la Carrera de Comunicación Social de la USMA quienes hicieron una práctica con nosotras durante varios meses en las distintas áreas de dirección, producción, sonido, iluminación, claqueta”, detalla Lachman. La producción estuvo a cargo de Lachman y Calvo, por parte de la fundación.
“Como productoras del documental, nos organizamos para contactar a todos los que queríamos entrevistar, artistas, familia amigos, historiadores, galeristas... hicimos los cuestionarios para cada uno, dimos seguimiento a todo. Iniciamos las entrevistas y alcanzamos a hacer 23 de ellas”, relata Calvo. Luego llegaría la pandemia que detuvo gran parte de la producción, sin embargo, facilitó la escritura del guion por parte de Lachman mientras que Calvo se dedicó a recopilar y tomar las fotos que hacían falta para la contextualización. Concluida esa etapa vendría el siguiente reto: editar horas y horas de filmación.
Luis Troetsch, fue el editor y jefe de post producción, José Tuñón se encargó del sonido y a esto se sumó un elemento que distinguiría el resultado final. González Osorio quiso añadir más movimiento y lo hizo a través de las animaciones de César Sanjur G. Por último, Carla Lachman estaría pendiente de la identidad e imagen de la fundación.
Las productoras coinciden en establecer que es difícil cuantificar la inversión que ha requerido este documental. “Lo que si sé, es que fue un proyecto sacado adelante con mucho trabajo y dedicación personal, pero creo que el resultado es muy bueno, posiblemente por el cariño que hemos puesto en este proyecto”, indica Calvo. “ Tres grandiosas subastas, algunos cuantas donaciones, en pandemia un divertido 'coctel zoom', exposiciones y pequeños pero muy simbólicos patrocinios, algunos públicos como el del Banco Nacional, han hecho posible sufragar los gastos. Creo que ahora que la comunidad está viendo y compartiendo este gran legado que es DocuArtePanama, sensibilizaremos los bolsillos e intereses de quienes deben apoyar con todos estos esfuerzos”, sostiene Lachman.
Sobre lo que representa este documental para la escena artística panameña, Calvo considera que “el aporte que estamos haciendo es importante, primero porque es el primer documental que se hace al respecto y en el que hemos, usado como hilo conductor el arte, para tejer y contar esta historia, nuestra historia, contar cómo se fue desarrollando no solo la construcción del país, sino el aporte que el arte ha hecho desde el principio, a la creación de la Nación y creemos que con esto reafirmamos el sentido de pertenencia e identidad, para darle valor a los primero artistas, a los pintores, escultores y fotógrafos, al arte en general y poner en relieve a los que nos abrieron el camino a las nuevas generaciones”. En tanto, para Lachman es “¡Algo inesperado!, ¡Un gran impacto! Demostramos que se pueden hacer cosas grandes y muy profesionales cuando vamos seguras hacia el objetivo. El documental ha puesto en valor la memoria y las obras de estos artistas. Se lo merecen, pues gracias a ellos se ha conformado nuestro país. La cultura es lo que somos y lo que nos hace ser, es la que nos da sentido de pertenencia. Ahora la gente común podrá sentir a esos artistas y reconocerlos, agradecerles su participación activa en la construcción de la nacionalidad”.
Y el proyecto les ha representado grandes aprendizajes. “Conocer más sobre el aspecto humano y las visicitudes que han pasado [los artistas], aprender cómo algunos salieron a estudiar y otros se formaron de manera autodidacta, los que aprendieron, lo que enseñaban los que regresaron de estudiar de diferentes partes del mundo. Constatar cómo se ha ido desarrollando todo este 'mundo' del arte, sacar a la luz a algunos y darles su lugar, todo es parte del aprendizaje que nos queda”, afirma Calvo.
Y, a un nivel más íntimo, “a creer en nosotras mismas, seguras que aún sin casi apoyos de las entidades a quienes les corresponde, pudimos y lo hicimos y que seguiremos con nuestra meta final”, agrega Calvo.
Lachman aprendió que “no es lo mismo cuando lo ven que cuando uno lo cuenta. No te creen así nada más, y eso ha sido muy desgastante cuando no veíamos la luz al fondo del túnel. El desgaste tratando de lograr que las autoridades de Cultura nos voltearan a ver fue tremendo. Por suerte la Cancillería y Pro Panamá si creyeron en este documental y están siendo transcendentales y decididas sus acciones a través de muchos embajadores de Panamá en el extranjero, en su creencia de que este proyecto nos pondrá en una vitrina donde el mundo nos volteará a ver con una mirada diferente; que la patria tiene muchas cosas bellas, aprendimos a confiar en que cuando uno se empeña en algo, que uno sabe que está bien, nos ira muy bien. Es como un proceso de construcción de autoestima a través del arte”, analiza.
La documentación del arte panameño se ha completado a través de este proyecto hasta los artistas nacidos en 1950. “Ya hemos iniciado la investigación de la generación de los que nacieron desde 1951 hasta 1970 y luego haremos la siguiente, que es desde 1971 hasta 1990. Seguimos trabajando y ojalá logremos hacer lo que hemos hecho con estos grupos anteriores; llevarlos por todo el país, hacer conversatorios que nos retroalimenten y cumplir así con nuestra meta educativa y de difusión, no solo en Panamá sino que siga transpasando fronteras, como lo va a hacer este DocuArte, que va a Madrid, a Turquia y a varios paises más”, concluye Lachman.