Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 22/12/2019 00:00
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La artista Susana González-Revilla y el cineasta Viviano Romero comparten la opinión de que, por los sucesos del 20 de diciembre de 1989, “en Panamá no se ha dado un espacio para el duelo a pesar de la urgente necesidad de catarsis, para poder sanar”. Con ese acercamiento crearon una pieza de videoarte e hicieron un acercamiento al Centro Cultural Internacional para proponerles una muestra colectiva donde se pudiese presentar esta pieza. Así comienza a tomar forma la exposición “El 20 y su contexto”, que fue inaugurada el pasado 19 de diciembre y estará abierta al público hasta el 25 de enero de 2010, en la sede del centro cultural Internacional en Calle 14 oeste, Santa Ana.
A través de un llamado público, se ha reunido el trabajo de 12 artistas que confluyen en torno a este suceso histórico. En total, se muestran 35 obras referentes a este acontecimiento contextualizadas históricamente.
“La intención es de crear un relación con el tema de la invasión y su contexto, así como la apertura a otros artistas que tuvieran algo que expresar sobre ello. El único requisito fue que el/la artista viviese físicamente en Panamá, para evitar las complicaciones de traslados y transporte frente al poco presupuesto que teníamos para la muestra”, explica Susana González-Revilla, una de las organizadoras de la muestra.
A través del recorrido de las obras que conforman esta muestra, se pretende “generar un espacio donde los cuentos, las historias, las vivencias, el dolor, y el recuerdo; se compartan”, como establece el comunicado del centro.
Aunque el campo de trabajo de González-Revilla es el arte en sí, más que la curaduría, tuvo a su cargo establecer un orden para encausar la exposición. “Nos interesaba trabajar con artistas que crearon obras en relación con el tema, ya fuese a partir de sus propias vivencias o de compartir relatos con familiares”, explica. “Y hablando de una narrativa específica, teníamos la intención de cubrir todos los ángulos y presentar las cosas de la manera mas objetiva posible, sin juicios ni opiniones, sino más bien abiertos a conocer las piezas de arte que surgen a raíz de los procesos personales de cada artista, y cómo surge su interpretación, ya sea porque lo soprendieron las bombas en casa aquel 20 de diciembre, como lo fue con Jorge Jaramillo, o por ejemplo Madeleine Riande, quien pertenece a una generación más joven, y sin embargo, su abuelo guardaba una amistad con el General Manuel Antonio Noriega. A partir de esos relatos que le comparte su abuelo, ella genera un relato y una serie de piezas con un punto de vista interesante”, agrega.
Luego del proceso de convocatoria los artistas seleccionados fueron contactados y empezaron a recibir las obras, y así, en equipo con Rodolfo Oviedo Vega Director del Centro Cultural Internacional, se llevó a cabo el montaje.
Se trata de una muestra ecléctica que incluye pintura, videoarte, poemas, instalaciones, murales, piezas sonoras, un documental y exhibiciones de memorabilia.
“Me dio mucha satisfacción que tuvimos propuestas de artistas establecidos, así como de algunos aún en la universidad o recién graduados y que se nos presentaron obras sonoras de parte de Daniel Oropeza y Oscar Argote, innovadoras e interesantes, así como el documental de Luis Romero que es una pieza importante como digestión de todo lo que se vivió en esos tiempos”, destaca González Revilla.
Ene Casis presenta una obra de arte digital, y también se presentan imágenes de los murales creados por el Kolectivo en estos últimos 10 años. “Jose Braithwaite, quien participo recientemente en la bienal de la Habana, creó una obra especialmente para esta muestra, así como las ilustraciones de Guillermo Meza, a quien había conocido anteriormente y aceptó mi invitación a participar en la muestra luego de que le vi publicar una de sus ilustraciones en las redes. Jhavier Romero, escritor y dramaturgo se inspiró en hechos de su vida y de vernos trabajar a Viviano y a mi, luego de encontrarnos varias veces en los procesos de filmación de nuestra obra”, comenta la artista quien ejerció el papel de curadora para esta exhibición.
“Manuel Rivera, historiador apasionado del tema, fue desde el inicio un cómplice de Viviano y mío, pues nos colaboró con sus piezas de memorabilia histórica, para construir una interesante instalación y ademas hizo una pieza de ensamblaje especialmente para la muestra”, destaca.
Viviano Romero presenta su cortometraje de 10 minutos titulado Dobernman (2019) además de la pieza de videoarte creada en conjunto con González-Revilla, quien además incluyó de su autoría, una serie de pinturas llamada Invitación al duelo y una instalación titulada Barricada, “creada para incitar la memoria colectiva de lo que se vivió en esos días”.
“El cometido de esta muestra es invitar al dialogo, incitar a los que vivieron en esos tiempos, a comparrtir sus historias y a su vez, tentar a los jóvenes a conocer más sobre el tema, a indagar sobre lo que se vivió en Panamá durante la década de los ochenta, para así, a través del compartir vivencias, sobrepasar un duelo, llegar a una catarsis, y poder sanar”, asegura González-Revilla, ya que estos fueron eventos que compartimos todos, y “no había que ser protagonista para que su vida fuese afectada por la Invasión, ya fuese de manera directa o indirecta”.
Susana González-Revilla, con 37 años de edad (siete en el momento de la Invasión) afirma tener su versión de lo vivido en aquellos tiempos. “ Sin embargo, creando la pieza con Viviano y organizando esta muestra he aprendido mucho tanto escuchando los diversos testimonios así como también investigando y compartiendo lo vivido con mis allegados. He aprendido cosas que no sabía de mi propia vida, y cómo fue indirectamente afectada por hechos que sucedieron en los años previos a la Invasión. Entonces me quedo con el deseo de seguir investigando y aprendiendo sobre los hechos que se dieron aquel 20 de diciembre y su contexto”, acota.
Y estas es justamente la idea: generar mediante las anécdotas una visión histórica de lo ocurrido y con la excusa del arte y la historia ilustrada, propiciar una plataforma para escuchar y documentar de parte del ciudadano cotidiano, un relato que cambió nuestras vidas.