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Billy Cobham: ‘La música es sobre la vida y cómo la vivimos’
- 15/01/2024 00:25
- 14/01/2024 14:45
Con casi 80 años, Billy Cobham (Panamá, 1944) todavía no siente el peso de ser una de las leyendas vivas de la música jazz. El baterista carga consigo una mirada tranquilizadora, un bastón y una personalidad perspicaz que saca a relucir en su conversación con ‘La Decana’. Cobham compartió sus experiencias y perspectivas musicales, que solo se pueden obtener después de un poco más de 50 años de carrera.
El panameño se presentará el día de hoy en el Panama Jazz Festival, en su 21° edición, dedicada a sus aportes y legado en el género, reconociéndolo como uno de los músicos más importantes del jazz. Junto a Spectrum 50, Cobham promete hablarle al público panameño de sus vivencias y anécdotas a través de la música.
Ha estado de gira desde 2018. Lo que más le gusta es tocar su música en vivo, pero ¿cuál es la mejor parte de una presentación para usted?
La parte en la que terminamos. Puedo recordar la presentación y decir ‘Okay, lo hicimos’. Todo el mundo está feliz, no hice alguna de las cosas que quería hacer pero me divertí y fue una buena presentación. Eso y la interacción con mis colegas. Tenemos una llamada y una respuesta, porque no podemos hacer que el concierto suceda solo. Si toco bien, todo el mundo va a saber que lo hice increíble, pero yo no toqué solo. Si solo me recuerdan a mí, entonces la presentación no fue lo suficientemente buena y me ven como un elemento destacado de un show que no fue muy interesante para ellos.
La música es una plataforma de comunicación, entonces... ¿qué pasó? ¿en qué nos equivocamos en el escenario? La magia [de una presentación] sucede gracias al eslabón más débil de una banda, porque todos nos apoyamos en esa persona para mostrar qué tan buenos somos cuando tocamos juntos y balanceamos la presentación. Mientras el más débil va agarrando fuerza, los demás también lo hacen. Si sacas o reemplazas a alguien de la presentación, nunca será igual, solo será tan buena como podría serlo con todos esos individuos.
Entonces, ¿lo más importante es tocar en equipo cuando se trata de un ‘show’?
Es una de las más importantes, pero cada individuo tiene que llegar con su propio currículum, presentarlo y probar que es real lo que dicen que hacen. Si no puedes, esa es la parte en la que la música es únicamente sincera, porque solo eres tan bueno como las notas que tocas y si no puedes tocarlas... Puedes decir que lo haces, pero apenas empiezas a tocar y lo que dijiste no se alinea con lo que presentas, todo se desmorona. Las personas empiezan a decir: ‘¿Por qué estoy aquí? Podría estar en otro lugar’, y se van con otra persona. Esa es la realidad.
Hablando de ‘shows’ en vivo, estará tocando en el Panama Jazz Festival junto a Spectrum 50. También tendrá presentaciones con Danilo Perez y Alex Blake, ¿qué puede esperar el público de estas presentaciones?
Si todo sale bien, pueden esperar presentaciones que no van a escuchar o vivir de nuevo, si es que nos ven tocando juntos de nuevo, ¿por qué? Porque cada vez que tocamos es diferente, los músicos nunca ensayamos exactamente cómo vamos a tocar, nota por nota, incluso aquellos que tocan música clásica.
Por ejemplo, si quieres escuchar la Novena Sinfonía de Beethoven conducida por un director panameño, no va a sonar igual a que si la condujera un director alemán que nació escuchando ese tipo de música en Viena. No es solo porque el director panameño no haya nacido en Alemania, pero porque él no vivió esa música como los alemanes.
Lo que quiero decir, es que todos estos elementos culturales forman parte de lo que es un músico. No es solo sentarse y tocar notas, es conocer la historia de por qué fueron escritas y quién las tocó primero. Tomas todo eso, luego creas tu propia interpretación y las juntas y de la nada tendrás un “arroz con pollo” [musical] que jamás creíste que tendrías. De eso se trata la música, es sobre la vida y cómo la vivimos. Tenemos que respetar lo que sucedió antes para poder hacerlo nosotros.
¿Y cómo se siente en cuanto al Panama Jazz Festival, que este año está homenajeándolo a usted y su legado en el género?
Me siento honrado. Nunca esperé que eso sucediera... ¿y en Panamá? Tampoco... siento que tengo que dar lo mejor de mí en esta situación y ver cómo nos va.
Lo que traigo a la mesa [en esta edición del festival] es mi historia, que claro, empieza en Panamá, así que es como completar el círculo: donde he estado y lo que he hecho desde que me fui; mis observaciones de la vida como panameño, en mi recorrido, desde Panamá hasta lugares como Dubai, Marruecos, y todas esas experiencias que han sido parte de mi carrera como observador, maestro y fotógrafo de manera audiovisual.
Hablando de su música, creo que el término ‘experimental’ es el que mejor la define. Cuénteme un poco sobre su evolución como baterista: ¿cómo fue incorporando nuevos elementos en su sonido con el tiempo?
Incorporar los elementos que me influenciaron en mi música fue natural, porque era lo que experimentaba en mi ambiente más cercano. Yo toco en base a quienes conozco, lo que veo, los sonidos que escucho y las cosas que se quedan conmigo. He expresado esas cosas [en mi música]. Así que si me preguntas como baterista, pensaría en incorporar esos elementos de una manera rítmica, pero como músico, lo haría musicalmente... el ritmo es parte de la música pero la música es el paraguas que abarca todo.
Esta conversación que estamos teniendo ahora, la tocaría sonoramente, porque ese es el sonido del movimiento del aire, que crea frecuencias que podemos escuchar. En ese espectro algunas son tan bajas que pueden sacudir nuestros cuerpos y otras tan altas que solo una hormiga puede escucharlas. He tenido experiencias en el medio de todo esto que he tratado de traducir y presentar a aquellos que son mi público inmediato para que puedan interpretar cómo sienten, cómo escuchan, cómo traducen lo que toco.
Finalmente, cuando se habla de Billy Cobham, no podemos no hablar de su legado, como lo hace el Panama Jazz Festival este año. Usted es uno de los músicos de jazz más icónicos del mundo, que ha ayudado a formar el sonido de una nueva generación de intérpretes del género. ¿Cómo ve Billy Cobham a esta nueva generación del jazz?
Mi mayor problema es identificarme como músico de jazz, no sé si realmente estoy calificado para eso. No sé qué es un músico de jazz, depende de cada quien. Me veo como un representante de todas las experiencias que tuve en todos los pequeños lugares: en Brooklyn, Nueva York y la música que provenía de la comunidad panameña, dominicana y haitiana; mi casa con mis padres, mi papá era un músico que aprendió a tocar por su cuenta y mi mamá amaba la música, especialmente la eclesiástica; todo mi alrededor.
Era muy difícil no pertenecer a la comunidad y las cosas que me dejó hasta hoy en día son la razón por la cual quise ser baterista. El jazz es simplemente una experiencia de aprendizaje a lo largo del camino de mis raíces en la vida.
Lo que he aprendido de esta nueva generación de músicos es la manera en la que presentan sus personalidades a través de las frecuencias musicales, tienen un ritmo muy difícil de sostener pero es muy poderoso. A veces me pregunto si es posible para mí hacer lo mismo, pero no creo. Creo que solo los puedo apoyar, pero no tengo idea de lo que están haciendo, porque no he vivido sus experiencias.
Cada vez que intento hacer algo como eso en la batería, siento que lo que quiero no es una batería sino uno de esos dispositivos con botones y sonidos para hacer samplings, pero no tengo tiempo para eso, es decir, tengo todo lo que necesito está en la batería frente a mí.